La marca ‘Sánchez’ cotiza al alza y sube la autoestima a los socialistas once años después
Andalucía, Cataluña y Madrid han sido claves en el triunfo socialista. Pedro Sánchez conseguirá gobernar con el resultado más bajo con el que un partido jamás ha ganado unas elecciones generales y podrá elegir socio de gobierno.
«Estamos muy cerca», repetía el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, en cada acto electoral desde el pasado miércoles, cuando los socialistas sustituyeron el eslogan de «Haz Que Pase» por uno más motivador y movilizador. Los números que manejaban los socialistas les acercaban de nuevo al Gobierno con más holgura, pero había nerviosismo. Hasta ayer. Once años después de la última victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, la marca Pedro Sánchez al frente de un PSOE que hace años que cruzaba el desierto, ha cotizado al alza hasta el punto de conseguir el séptimo triunfo socialista en unas elecciones generales.
Atizando el miedo a Vox, el PSOE ha conseguido sumar casi dos millones más de los 5.443.846 que consiguieron en la repetición electoral de 2016 y que llevó a Sánchez a la dimisión y el abandono del escaño tras la abstención socialista a la investidura de Rajoy. El PSOE ayer sumó 7.465.202 votos, la mayoría de ellos prestados de otras formaciones, pero también procedentes de parte de un electorado que en los últimos comicios se quedó en casa. Una subida que porcentualmente se traduce en un aumento de algo más de un 6%, lo suficiente para sumar 38 escaños más a un grupo parlamentario que, a diferencia del anterior, sí será 100% de la confianza del secretario general socialista.
El aumento de cuatro escaños más en Andalucía y 160.000 votos más y la subida de cinco en Cataluña han sido claves para la victoria del líder socialista en estos comicios. Entre ambas autonomías reportan a Sánchez 36 escaños, casi un 30% de los votos logrados en las 17 autonomías. El PSOE solo ha perdido en Cataluña y el País Vasco, pintando de rojo un mapa de España que en los últimos años era más bien azul y morado. En Madrid, el PSOE ha pasado de ser la tercera fuerza política a ser la primera, lo que «genera muchas expectativas», explica un dirigente del PSOE madrileño de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo.
Los 123 diputados logrados este domingo, ganados «con sudor uno a uno» dice uno de los estrategas de Ferraz, conforman la cifra más baja con la que los socialistas ganan unas elecciones pese a que en la última legislatura gobernaron con los 84 diputados obtenidos en 2016, el peor resultado histórico del PSOE. Ahora dependerá de la ejecutiva socialista decidir si quieren formar el primer gobierno de coalición de la democracia española con Podemos y el apoyo externo del PNV, el Partido Regionalista de Cantabria y algunos partidos minoritarios más como los separatistas, o si prefiere firmar un acuerdo que genere mayor confianza y estabilidad al país con Ciudadanos, pese a las exigencias de sus afiliados de que «con Rivera no».