La lucha contra la corrupción, en manos de los corruptos
El independentismo que pilota Artur Mas pretende perpetrar mañana la compra de su billete para embarcar a Cataluña en su viaje a su destino político: ser la Katanga europea.
Envueltos en la senyera, cada vez más grande olvidando las críticas a los metros de la bandera española de la plaza de Colón, en la emoción de salir a cada poco a la calle para enlazar cadenas humanas y de lagrimear al escuchar els segadors…los catalanes parecen haber olvidado que esto empezó por dinero. Sólo dinero. Y siempre se acalló con dinero por el Gobierno español de turno. El reto era pagar menos dinero a los españoles de regiones más pobres con sus impuestos. Nunca les dolió percibir dinero de países de la UE más ricos. Por esto toca hablar de dinero. De lo que supondrá abandonar España.
Impuestos
Los impulsores del independentismo quieren fiscalizar y distribuir sus impuestos. Pero Cataluña en 2012 tenía 3.000 millones de euros en paraísos fiscales u ocultos en el extranjero. Entre ellos, la familia de Jordi Pujol al completo. El padre de su sucesor en la presidencia catalana también tuvo dinero en paraísos fiscales. El dinero esquilmado por dichos catalanes a las arcas estatales y catalanas supone una cifra abultada del presupuesto que Mas ha tenido que recortar cada año mientras culpaba a España de tales sacrificios.
Por tanto, Cataluña roba a Cataluña. Sus dirigentes emocionales y políticos roban a Cataluña. Si una Hacienda controlada desde Madrid por un partido rival ha tenido toda clase de dificultades para rastrear el dinero de los dirigentes catalanes, ¿qué eficacia podría tener una lucha fiscal controlada por compañeros de partido de tan insignes defraudadores?
El autocontrol fiscal supone nulo control. Cataluña es la segunda comunidad más defraudadora, por debajo de Madrid, pero esta comunidad no pide que dirijan Hacienda los políticos del PP implicados en la Púnica. Es una sutil diferencia.
En una Cataluña de sacrificios donde nunca ha faltado dinero, la Generalitat destina una media de 14 millones anuales para subvencionar, léase controlar, a los medios de comunicación. En función de la cantidad vertida desde el grifo público, unos periódicos abanderan el nacionalismo y otros se quedan en la tercera vía.
Persecución judicial del dinero de la corrupción
Cada vez que un convergente corrupto cobra una comisión del 3%, querido catalán, esa obra te está costando al menos ese porcentaje más. Y se paga de un dinero que debió servir para financiar tu comunidad y sale de tus impuestos. Ese gobernante catalán roba a Cataluña. Suma el dinero extraviado en el caso Palau, caso Fundación Cataluña y territorio, caso Pallerols, caso Adigsa, caso ITV, caso Clotilde, caso Crespo, caso asociación catalana de municipios, caso Catdem…
Son decenas de millones. Millones tuyos que Madrid no robó. Los robaron a tu lado, en tu ciudad, personas de tu partido, compañeros de tu manifestación independentista.
Todas esas investigaciones han sido consideradas por CIU como conspiraciones policiales madrileñas. Ni una sola nació de su policía autonómica. Porque un conseller de Interior nunca investigará a su Gobierno, a su partido. ¿Quieres perder esta pelea por tu dinero y dejar toda investigación anticorrupción a tus imputados dirigentes? ¿Quieres que la zorra vigile el rebaño y a la vez se autoimpute? Gürtel saltó porque gobernaba el PSOE.