Lluvia de críticas a los referéndum vinculantes estrenados por Carmena

Manuela-Carmena-Pablo-Soto
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid (Foto: Getty)

El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en firme este martes la segunda parte de su proyecto de Gobierno Abierto, llamado referéndum ciudadano vinculante. La famosa frase de la alcaldesa Manuela Carmena: «Hay que entregar la llave del Ayuntamiento a los madrileños» se ve cumplida según el equipo de Ahora Madrid.

El proyecto consiste en que cualquier ciudadano, mayor de 16 años y empadronado en Madrid, pueda presentar «propuestas de actuación» a debate a través de la página decide.madrid.es o directamente a través de la Oficina de Atención al Ciudadano. Para que se acepte dicha propuesta se requieren cerca de 53.000 apoyos, lo que representa un 2% del actual padrón municipal. 

Su principal impulsor, el concejal Pablo Soto, afirma que se inspiran en Suiza o el estado de California que son las principales democracias participativas del mundo. Sin embargo, no hace ni 24 horas que Carmena y Soto presentaron la medida y ya ha despertado numerosas críticas en el ámbito académico, político y en la calle en general.

Mayoría simple y referéndum

El nombre de ‘referéndum ciudadano vinculante’ ha sorprendido a los académicos tras conocer la «democracia participativa» de la que hablan los miembros de Ahora Madrid. Su sistema de votación, una vez que se ha aceptado la propuesta, gira en torno a dos formas:

1) Las propuestas se aprobarán que tengan la mayoría simple de ‘síes’ a través de la web de Gobierno Abierto y en las oficinas de atención al ciudadano en un plazo de siete días se darán por aprobadas. «Se descartarán las iniciativas que conciten «una participación que no sea representativa», avisan.

En este caso el Ayuntamiento hará un informe técnico sobre «su legalidad, viabilidad y coste económico», aclara Soto, en un plazo de 30 días para aprobarlo, salvo que sea «inviable técnicamente o no pueda ser financiado». 

2) Para las propuestas de mayor calado se recurrirá a la fórmula de la consulta popular prevista en la Ley de las Bases de Régimen Local. El referéndum se aprobará por la mayoría absoluta del Pleno del Ayuntamiento de Madrid y trasladar la petición a la Comunidad, quien a su vez se la enviará al Gobierno central, que es quien tiene que dar el permiso para la apertura de los colegios electorales.

En este punto Manuela Carmena aclara: «El resultado no será vinculante desde el punto de vista normativo, pero se someterá al «compromiso político» adquirido por el equipo de Ahora Madrid. Finalmente, el reglamento que apruebe el Pleno municipal, en el que los chicos de Carmena no tienen mayoría absoluta, dirimirá cuándo se someterá a una consulta por internet y cuándo a un referéndum clásico.

El desgaste de la Constitución

«Los referéndum vinculantes son llamamientos directos a la ciudadanía para un tema determinado. Se utilizan en contadas ocasiones como tal, sino quebraría el principio de democracia participativa. En Suiza la cosa es distinta porque tiene una larga tradición. El Estado no es especialmente fuerte y las decisiones, básicamente, se toman en los cantones que son muy pequeños. Ello permite que se establezcan este tipo de sistemas», señala el analista y sociólogo Juan Carlos Jiménez de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. 

«Se trata de una aclamación pública plebiscitaria. Si se preguntan 25 cosas, por ejemplo, se desvirtúa la palabra referéndum contenida en la Constitución», aclara Jiménez. «Populismo» ha sido la palabra más destacada por los expertos tras señalar que se debe de tener cuidado con quién vigila al vigilante. Es decir, ¿estamos ante una pequeña élite autorizada para que se aprueben ciertas medidas partidistas y, posteriormente, señalar que ha sido la ciudadanía quien ha votado?

Los expertos señalan que es realmente fácil obtener cerca de 53.000 votos, «sino miren en Twitter cuántos seguidores pueden dar favorito o ‘retuitear’ a su ídolo aunque escriba una tontería. «Llevamos algunos meses y todo lo que han conseguido ha sido quitar un busto. Tomar decisiones asusta porque implica que te puedes equivocar, pero tienen que dejar de ser niños para empezar a gobernar», apunta Jiménez.

«¿Dónde queda su programa electoral?», se pregunta Jiménez, quien afirma que la democracia demanda una estructura en red y no jerárquica. «Como ciudadano debes tener derecho a ver a tu concejal y plantearle el problema que sea. De esta nueva manera son ellos quienes deciden», matiza.

El truco: la palabra «vinculante»

Para el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, Juan Luis Pérez, la palabra «vinculante» que utiliza Carmena puede ser muy peligrosa, ya que en materia tributaria, por ejemplo, esta prohibido por la Constitución.

El catedrático aclara que en materias sobre cuestiones políticas sería legal el referéndum, pero muy difícil que sea vinculante: «Por ejemplo, una de las primeras ocurrencias del señor Iglesias fue la de no pagar la deuda. Eso no puede ser vinculante. Se trata de una decisión política. Les falta concretar las materias. La mayoría serán vinculantes moralmente, pero políticamente es más difícil por ley», explica Pérez.

La ‘pregunta del millón’ entre los periodistas en la rueda de prensa se encargó de contestarla (o no) el propio Soto: ¿se aprobarán disparates? El delegado de Participación Ciudadana terminó diciendo que «claro, es más fácil que un grupo de asesores se encierran solos y tomen decisiones en contra de la mayoría».

El caso suizo

La Constitución de Suiza contiene dos tipos de referéndum: el facultativo u obligatorio (vinculante) y la iniciativa legislativa popular, que se somete a consulta si reúne el mínimo de firmas.

De esta manera, los suizos pueden derogar una ley ratificada por el Parlamento, si se reúnen 50.000 firmas en un espacio de cien días tras la promulgación de la norma, para obligar al gobierno a someter el asunto a votación pública, mediante un referéndum facultativo. Y si la decisión de la Cámara concierne normas constitucionales o del derecho internacional, se usa el referéndum obligatorio.

Lo último en España

Últimas noticias