El líder del PSOE volvería a recurrir a una consulta a las bases para rehuir al Comité Federal

PSOE-Pedro Sánchez-Susana Díaz
Imagen del Comité Federal del PSOE (Foto: AFP).

Ya lo hizo en las negociaciones del mes de marzo, cuando públicamente se comprometió a consultar a las bases del PSOE si estaban o no de acuerdo con los pactos a los que llegara. Claro, que convocó la votación antes de que estuviera nada claro a qué se iba a decir sí o no. Entonces, el Comité Federal se tuvo que limitar a dar por buena la decisión los militantes, que en su mayoría apoyaron el acuerdo de ‘Gobierno reformista y de progreso’ llegado con Ciudadanos. Ahora, Pedro Sánchez prevé utilizar la misma jugada y, caso de tener opciones de sumar a Podemos, ERC y PNV con las abstenciones de CDC y Bildu, la única opción es que pase por las bases antes que por los barones.

Y es que es una apuesta demasiado arriesgada. ya en enero el Comité Federal marcó como infranqueable el límite de llegar a un acuerdo «ni directo ni indirecto» con «los que quieren romper España». Es evidente que en ese estrechísimo paso que le dejaron los líderes regionales de su partido –ni te acerques al PP ni mires a los nacionalistas–, Sánchez ha sabido navegar y jugar bien sus cartas para sobrevivir. Era o presidente o al paro, y aun así se mantuvo como cabeza de cartel del PSOE.

En todo caso, los resultados ha sido aún más catastróficos para el otrora partido hegemónico en España. De modo que el cambio de inercia pasa por una catarsis. Las fuentes consultadas coinciden en que, si trata de lograr la investidura, nuevamente estará ante la tesitura de o presidente o cambio de líder. Y Sánchez quiere jugárselo a la carta de las bases.

A ellas les podría hablar en tono de mitin, de oportunidad de cambiar España, de sacar a Mariano Rajoy de la Moncloa; les podría vender el acercamiento a los nacionalistas como una apuesta por el entendimiento… el tono de mitin lo aguanta todo, mucho más que una discusión de frente entre dirigentes políticos con muchos años de despacho a sus espaldas.

Si Rajoy fracasa en su investidura y Sánchez logra que las sumas que fuentes cercanas a él ya piensan en cómo cuadrar, serán las bases que den su veredicto. Y los barones, por mucho que el Comité Federal sea el mayor órgano decisorio entre Congresos, sólo podrán o aceptar el voto de la militancia o evitar la victoria de Sánchez haciendo campaña en contra de que el líder del partido sea presidente del Gobierno. Una posición tan estrecha como la que tuvo que navegar Sánchez entre el 20D y el 26J.

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