Junts exigirá a Sánchez que convoque elecciones si no tramita la cuestión de confianza el 7 de enero
La iniciativa de Junts de forzar a Pedro Sánchez a plantear una cuestión de confianza en el Congreso es tan sólida que la formación catalanista ya tiene sobre la mesa una fecha, y una consecuencia si no se cumple con su exigencia. Carles Puigdemont trasladará a Pedro Sánchez que el martes 7 de enero es el día señalado para tramitar la cuestión de confianza y, si no se cumple con ello, la exigencia subirá en el escalafón: será la convocatoria de elecciones generales.
La Proposición no de Ley (PNL) de Junts fue tratada el pasado martes en la Mesa del Congreso de los Diputados, que decidió ganar tiempo y retrasar su decisión. Este movimiento, en cualquier caso, no supone que automáticamente se frene su tramitación, puesto que, en último término, la potestad constitucional de someterse a una cuestión de confianza corresponde al presidente del Gobierno y no al Congreso.
El propio Carles Puigdemont celebró que la Mesa del Congreso no rechazase de entrada su propuesta, afirmando tras esa decisión de retrasar el dictamen que un «portazo» hubiera tenido «unas consecuencias irreversibles, seguramente llevando la legislatura al colapso». En este escenario se enmarca la exigencia de convocar elecciones si no se tramita esta cuestión de confianza el próximo 7 de enero. El propio líder independentista defendía esta semana en una entrevista en TV3 que no hay «ningún impedimento técnico» para que en esa fecha del 7 de enero no se admita a trámite la cuestión de confianza.
El partido que lidera desde Waterloo Carles Puigdemont ha pisado el acelerador en los últimos días para apretarle las tuercas a Pedro Sánchez, conscientes de que el futuro político del socialista radica, como ha sido durante toda la legislatura, en que Junts permita su propia existencia. Los siete diputados de Junts en el Congreso son aritméticamente decisivos para la mera supervivencia del Ejecutivo de Sánchez y sus socios. Prueba de ello son las numerosas, más de 50 ya en lo que llevamos de legislatura, votaciones que el Gobierno ha perdido en el Congreso. La última de ellas, y una de las más importantes tanto en términos prácticos como simbólicos, se ha producido este mismo miércoles. PP y Junts, junto con Vox y el PNV, se aliaron para tumbar el hachazo fiscal de Sánchez a las energéticas.
Así pues, hace ahora once días, el 9 de diciembre, Puigdemont tomó la decisión de decir «basta» y poner sobre la mesa la cuestión de confianza. Acusó a Pedro Sánchez de «no ser de fiar». OKDIARIO ahondaba días después en las razones que habían llevado a Puigdemont a explotar contra el presidente que él mismo puso en La Moncloa: «De 30 compromisos, sólo cumplieron seis». Los socialistas habían tratado de salvar la situación en una nueva reunión en Zúrich a la desesperada, con la participación del propio José Luis Rodríguez Zapatero. Pero aquel encuentro resultó un fiasco, un estrepitoso fracaso para los socialistas, que ahora se ha traducido en que no solo Junts no ha retirado su iniciativa, sino que le ha puesto una fecha, el 7 de enero, y una consecuencia si no se lleva a cabo: la exigencia de convocar elecciones.