Julián Reyes, autor del libro ‘Habla como un líder’, analiza el extraño gesto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidiendo tranquilidad con las manos a las ministras Nadia Calviño y Yolanda Díaz cuando en un primer recuento la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, dio por derogada la reforma laboral.
El experto en comunicación destaca que, mientras Calviño, en un gesto inconsciente, «levanta algo las cejas en señal de sorpresa y, además, además, frunce ligeramente el ceño», ni Yolanda Díaz ni Pedro Sánchez muestran señales de asombro.
En el caso de la vicepresidenta primera del Gobierno «vemos señales e indicios de incredulidad e incluso de tristeza, que es lo sucede cuando algo no sale como prevés», explica el periodista y presentador de TVE durante más de dos décadas, quien añade que, en el momento en el que Batet pronuncia el resultado erróneo, «se puede apreciar cómo se arruga ligeramente además la frente de Calviño».
Sin embargo, al mismo tiempo Sánchez «permanece impasible. No hay gestos que presentes indicios o señales, menos el de las manos». Según indica Julián Reyes, «hay quien puede interpretar que Sánchez y Díaz sabían algo que no sabía Calviño. O simplemente que Sánchez es hombre muy tranquilo al que no le afecta emocionalmente esa votación». Desde luego, lo que es seguro a juicio del experto, es que Sánchez «no se sorprendió por algo que sí sorprendió, en una dirección o en otra, a todo el Congreso».