¿Un planeta vivo? Captan las imágenes del latido de la Tierra
Los científicos descubren que podemos ver la fotosíntesis
Sin este proceso bioquímico, sería imposible la vida en la Tierra

Todavía seguimos descubriendo nuevos secretos de la fotosíntesis, uno de fenómenos naturales más apasionantes y decisivos para la existencia de vida en la Tierra. Básicamente, porque sin este proceso bioquímico que convierte la luz del sol en energía, no habría oxígeno que respirar ni alimentos que comer.
Todo ello gracias a las plantas, algas y bacterias, que son los organismos capaces de realizar una función que es, además, esencial en la lucha contra el cambio climático, debido a su capacidad para retirar grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera.
La fotosíntesis es muy sencilla de explicar, a pesar de su complejidad inherente: gracias a la luz solar, las plantas convierten sustancias inorgánicas, como el dióxido de carbono, que absorben de la atmósfera, y el agua que captan sus raíces, en sustancias orgánicas, principalmente glucosa, que les sirve de alimento. Como resultado del proceso se libera, además, oxígeno.
Fluorescencia
Lo que no todo el mundo sabe es que la fotosíntesis también genera una especie de luz. Esto es así porque la clorofila, que es el pigmento verde que emplean las plantas y las algas para captar la luz del sol, emite durante el proceso lo que los expertos llaman fluorescencia de la clorofila.
Se trata de una tenue luz roja invisible para el ojo humano. O al menos, así era hasta fechas recientes. La revista Nature publicó en 2021 un artículo al respecto, en el que participaron científicos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), en el que se explica cómo se puede calcular la fluorescencia de la clorofila inducida directamente por el sol (SIF), y obtener, además, imágenes del proceso.
Satélites
Para estas mediciones de la fluorescencia de la clorofila inducida por el sol se emplean sensores hiperespectrales instalados en torres, drones, aviones y satélites.
Como destaca José Ignacio García Plazaola, miembro del grupo de investigación Ekofisko de la UPV: «Estas herramientas abren la puerta a la realización de estudios de fotosíntesis espacial y 3D en el campo, lo que ayudará a resolver cuestiones relacionadas con la dinámica fotosintética de las diferentes partes de una planta o ecosistema en condiciones del mundo real».
«SIF también se puede aplicar en fenotipado fisiológico y detección previsual de estrés, que es una herramienta poderosa para las prácticas de manejo de cultivos y bosques de próxima generación», añade García Plazaola.
Imágenes
Recientemente se pudieron ver imágenes obtenidas según planteamientos muy similares a los anteriormente descritos en la exposición You: Matter, una muestra de carácter inmersivo que nos permite conocer desde otro punto de vista muchos de los espectaculares fenómenos que se producen en nuestro planeta Tierra.
La exposición ha sido obra del colectivo de artistas Marshmallow Laser Feast en el marco de los eventos incluidos en la celebración de Bradford como Ciudad Cultural del Reino Unido en este 2025.
En este vídeo se pueden ver las citadas imágenes del llamado por los expertos pulso o latido de la Tierra.
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Tenue resplandor
Como explican desde la cuenta de Instagram de Space for Earth, que también colabora en la instalación: «Los satélites rastrean la fotosíntesis midiendo la fluorescencia clorofílica inducida por el sol (SIF), que es un tenue resplandor emitido por las plantas que indica la tasa de absorción de dióxido de carbono».
«En combinación con otras métricas como el Índice de verdor, que utiliza teledetección en el infrarrojo cercano para medir la cantidad de clorofila en las plantas, equipos de investigación de la NASA, la NOAA, el JPL, el Caltech y otros están descubriendo nuevos conocimientos sobre nuestro hermoso planeta», añaden desde la misma fuente.
Los satélites han sido fundamentales para obtener estas imágenes de la Tierra. Como explica la citada cuenta: «Los datos relevantes pueden medirse desde satélites como el Satélite Japonés de Observación de Gases de Efecto Invernadero (GOSAT) y el Observatorio Orbital del Carbono de la NASA (OCO-1, 2 y 3), PACE, Sentinel y otros satélites meteorológicos de la NOAA».
Fluctuaciones
Este latido de la Tierra que ahora podemos ver es también resultado de las fluctuaciones diarias y estacionales derivadas de la actividad fotosintética, que como sabemos depende directamente de la luz del sol.
En consecuencia, durante el día, cuando las plantas están activamente absorbiendo CO2 de la atmósfera para realizar la fotosíntesis, la emisión de SIF es más alta. Todo lo contrario de lo que sucede por la noche, momento en que la fotosíntesis se detiene, o bien se reduce drásticamente, y la emisión de SIF cae a niveles muy bajos.
Igualmente se producen diferencias entre estaciones. La actividad fotosintética siempre es mayor en primavera y el verano, cuando hay más horas de luz, temperaturas óptimas y suficiente agua.
Durante el otoño y el invierno, la actividad se reduce considerablemente debido a fenómenos como la caída de las hojas de los árboles caducifolios o la pérdida de luz solar, lo que se traduce en una menor absorción de CO₂.