El juez sospecha que Rusia «tenía interés en participar» en la campaña de Roures de apoyo al ‘procés’

Jaume Roures
Jaume Roures y Carles Puigdemont

El juez de Barcelona que investiga el supuesto desvío de fondos públicos para los gastos de Carles Puigdemont en Waterloo cree que el grupo de rusos con el que el exdirigente de CDC Víctor Terradellas trabajaba tenía interés en «participar en los temas de comunicación que conjuntamente estaban realizando Vendrell, Madí y Jaume Roures -director general de Mediapro- y, para ello, querían «colocar a una persona en primer nivel» y estaban dispuestos a invertir entre 100 y 300 millones.

Terradellas ere responsable de relaciones internacionales de CDC y fue el interlocutor de Carles Puigdemont con Rusia en pleno proceso independentista y que se estudió crear una plataforma de criptomonedas para garantizar la «estabilidad financiera» de Cataluña.

En las conversaciones investigadas por el juez, Vendrell expresó además su «preocupación» porque estaba «bajo vigilancia de los servicios secretos» y quería «garantizar la máxima seguridad para que no trascendiesen las relaciones con Rusia».

La actividad societaria de Jaume Roures, el magnate del conglomerado Mediapro/Imagina, ha sido insaciable desde que en los años 90 montó su holding audiovisual. En el registro mercantil español su apellido no sólo figura en más de 200 inscripciones sino que además destaca como el máximo accionista y administrador único en decenas de sociedades.

Pero, sobre todo, al editor del diario Público es conocido en el sector audiovisual internacional como un verdadero experto en la creación de sociedades conocidas como «espejo», que poseen la misma denominación social en diferentes países para, posteriormente, interrelacionarlas en diferentes negocios. De ahí que Jaume Roures en numerosas ocasiones emplee la terminología “media” para denominar las filiales de su holding.

La operación más importante de adquisición de acciones de Roures –la compra de la participación de Globomedia en Imagina en 2015– se realizó por medio de ese tipo de mercantiles “espejo”, constituidas en Holanda bajo el formato BV y registradas también en Barcelona con el mismo nombre.

La investigación a Puigdemont

Por otra parte y en lo que a la investigación a Puigdemont se refiere, el juez también cree que el entorno del expresidente catalán contó con apoyo ruso y de activistas como Julian Assange en su «estrategia de desestabilización» de la Unión Europea (UE).

Así lo recoge el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona en el auto, al que ha tenido acceso Efe, en que autoriza las detenciones y registros practicados este miércoles por la Guardia Civil en la tercera fase de la operación Volhov contra una supuesta trama acusada de desviar subvenciones públicas para financiar los gastos de Puigdemont en Bruselas.

En la operación, la Guardia Civil ha detenido a 21 personas, entre ellas al exconseller de ERC Xavier Vendrell, al empresario de la comunicación Oriol Soler, al exdirigente de CDC David Madí -todos ellos miembros del «estado mayor del procés»-, así como al historiador Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont, y al excónsul honorario de Letonia en Barcelona y presidente de la Plataforma pro selecciones catalanas, Xavier Vinyals, entre otros.

El juez resalta en su auto que el 9 de noviembre de 2017 Oriol Soler se entrevistó en la embajada de Ecuador en Londres con Julian Assange, el responsable de Wikileaks, cuando se encontraba huido de la justicia estadounidense, para recabar su apoyo en la estrategia para la internacionalización del proceso independentista.

En su escrito, el juez recoge el contenido de un informe de la Guardia Civil que apunta a que esa reunión se enmarca en la «estrategia de desinformación y desestabilización en la que también habría participado el gobierno del Kremlin como parte de su narrativa general sobre una Unión Europea al borde del colapso».

Esa «narrativa general» sobre el colapso de la Unión Europea era el «principal mensaje» entonces de los medios de comunicación controlados por el Kremlin, entre los que la Guardia Civil sitúa a Russia Today y Sputnik.

Ante esta situación, según concluye el juez de los informes de la Guardia Civil, la «estrategia coordinada de comunicación» que el empresario y el activista activaron con motivo del 1-O «respondió a la combinación de diferentes instrumentos: uso de redes sociales, tuits de Julian Assange y Eduard Snowden, las fábricas de la Web con respecto a los medios de comunicación rusos Sputnik y Russia Today y los medios de comunicación catalanes tanto públicos como privados en los que participa Oriol Soler».

En los atestados de la Guardia Civil que el juez refiere en su auto se destacan las vinculaciones de Oriol Soler con Julian Assange así como la posibilidad de que el gobierno del presidente ruso Vladimir Putin hubiese recurrido al procés en el marco de «sus campañas geopolíticas de desestabilización, como el Brexit o la elección de Donald Trump».

 

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