Juan Verde: «El fenómeno Trump no está lejos de la Francia de Le Pen o la España de Podemos»

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Juan Verde, colaborador de la campaña de Hillary Clinton, durante la entrevista. (Foto y Vídeo: E. Falcón)

Pasa por Madrid casi corriendo, requerido por empresas y medios de comunicación, en una visita a España que es casi una escala en medio de la campaña electoral estadounidense. Juan Verde es miembro del Comité Nacional de Campaña de Hillary Clinton, y colaborador para sus Relaciones Internacionales. Antes que con la ex secretaria de Estado ha trabajado para las campañas de Barack Obama, de John Kerry, de Al Gore y del esposo de la favorita en las encuestas, Bill Clinton. «El próximo 8 de noviembre hay muchísimo en juego», apunta Verde, «la clave está en sacar a la gente a la calle a votar».

Pregunta.– ¿Y cómo van a movilizar los votantes demócratas?

Respuesta.– La tecnología juega hoy un papel clave, no sólo en la comunicación vía redes sociales, sino desde el punto del vista del Big Data. Antes de 2012, los consultores aplicaban su conocimiento, su experiencia y su intuición en la toma de decisiones. Ahora lo aplican sobre los datos. Y eso cambia por completo el paradigma tradicional. Hoy la tecnología te permite comunicar un mismo mensaje a 17 segmentos distintos de 17 formas distintas. Por ejemplo, la reforma migratoria, Hillary Clinton la va a comunicar de un modo diferente a un hispano, porque el 70% de ellos tienen un familiar o conocido en situación ilegal, que a un anglosajón, a quien le diremos que hacen falta los inmigrantes para pagar las jubilaciones.

P.– ¿Hay algún tema clave en la campaña que precise un trabajo específico de comunicación?

R.– El mundo es hoy extremadamente complejo. Y el reto es simplificar esos temas apelando a los sentimientos de las personas. Justo eso es lo que hace Trump de una manera muy efectiva. Cuando él habla del papel que tiene que jugar EEUU en la política internacional no explica nada, sólo apela a o más básico: te habla de odio, de superioridad racial, de miedo… Lo contrario de lo que debería hacer un buen político, que es explicar los temas de una manera racional.

P.– ¿Y eso no puede ser un problema? La política es más complicada que los sentimientos…

R.– ¡Totalmente! A eso me refería con que los mensajes son complejos y no los puedes explicar en detalle porque la gente no quiere. En gran medida, el reto es entender lo que le preocupa a la gente, y luego cómo conectar con ello, independientemente de que sean los temas más importantes para el país.

P.– El legado de Obama es complejo: el deshielo con Cuba, la apertura a Irán, la nueva ‘guerra fría’ con Rusia, un Oriente Próximo peor que hace ocho años…

R.– Estoy muy preocupado por lo que pueda ocurrir el 8 de noviembre. Jamás habíamos tenido dos candidatos con posiciones tan opuestas sobre el papel de EEUU en el mundo. Uno, Hillary Clinton, que va a ser la persona mejor preparada de la historia del país en llegar a la Casa Blanca: ha sido ministra de Exteriores y conoce Europa. Sabe que hay que seguir apostando por la cooperación, fortaleciendo los lazos con acuerdos como el de libre comercio… Y dos, está una persona que quiere que EEUU se vuelva a aislar y no juegue el papel de líder que ha jugado hasta ahora. El viernes se confirmó el rol que ha jugado Putin en las elecciones estadounidenses intentando facilitar información en contra de Hillary Clinton y a favor de Trump. Quizá porque le favorece su aislacionismo, que EEUU deje de estar al lado de Europa. ¿Y eso qué mensaje le envía a países como Lituania o Polonia que son fronteras con Rusia? Nos debería preocupar.

«Trump se parece más a Putin que a un presidente de un país democrático. Cree que puede mandar a la cárcel a alguien sólo por ser presidente»

P.– ¿Son ciertas las acusaciones contra Clinton por su uso de servidores privados de correo electrónico durante su etapa de secretaria de Estado?

R.- No es cierto. Se está intentando argumentar que hubo falta de seguridad, y no ha sido así. Ella ha reconocido que fue un error. Pero todos los secretarios de Estado anteriores a ella utilizaron sus emails personales y nadie dijo nada. No se ha quebrantado la Ley y no hubo información secreta que terminara en manos públicas. Eso es lo importante.

P.– Pero en el debate, Trump ha acusado a la señora Clinton de haber destruido 30.000 mails más después de comparecer ante el Congreso.

R.– Eran todos correos de carácter personal, nada que ver con su trabajo.

P.– En el debate, Trump ha amenazado a la candidata demócrata: “Acabarás en la cárcel”. ¿Hay temor a que esto pase?

R.– La mejor defensa es la verdad, no hay nada que ocultar. Ella estará muy tranquila hoy pese a las acusaciones y amenazas de Trump. Pero esto sí dice del personaje, de su actitud dictatorial al creer que si llega al poder, el sistema judicial va a estar a sus órdenes y él podrá mandar a la cárcel a quien le venga en gana. Eso nos invita a pensar que es un señor que se parece más a Putin que a un líder de un país democrático.

P.– Una pregunta incómoda: ¿Es responsable la campaña de Hillary Clinton de la filtración del vídeo de 2005 en el que se veía a Trump haciendo aquellos comentarios soeces?

R.– En primer lugar, yo no hablo por la campaña ni soy portavoz de la misma. En segundo lugar, no se sabe de dónde vino el vídeo. Pero dudo de que eso lo filtrara la campaña.

P.– La reacción de Trump fue hacerse acompañar de mujeres supuestamente acosadas por el ex presidente Bill Clinton al debate…

R.– Lo importante es entender qué tipo de persona es el señor Trump. Él confiesa no haber pagado impuestos, fomenta el odio, la división de la sociedad norteamericana, ha hecho comentarios negativos sobre las mujeres una y otra vez… pero no es un caso aislado, habló así de los musulmanes, de quienes dijo que ninguno debería poder entrar en EEUU, un país que se creó bajo el concepto efe la libertad religiosa. Es una persona que dijo que todos los mexicanos eran violadores y criminales, que ha insultado a los veteranos de guerra… Parece que lo que dice sea consistente con lo que vaya a hacer si gana. Es un personaje que debería darnos mucho miedo.

P.– ¿Y cómo es posible que esté donde está?

R.– Yo creo que su fenómeno se entiende como un fenómeno global. No está muy lejos de lo que está pasando en Francia con Le Pen, o lo que ha pasado en España con Podemos. No es un tema ideológico de la derecha o de la izquierda, porque apelan a los sentimientos más básicos y negativos de la población. La crisis ha creado las condiciones propicias para que pueda surgir un personaje como Donald Trump. Eso es francamente peligroso: lo vimos a principios del siglo XX con la Gran Depresión, donde empiezan a surgir sentimientos populistas: en Europa, Hitler y en EEUU, partidos que obligaron al país a cerrarse en sí mismo y a aislarse. Eso dio pie a la Segunda Guerra Mundial. Yo soy optimista y no llegaremos a eso, pero tenemos que tener mucho cuidado porque son políticas muy peligrosas.

«Me preocupa que tanta gente quiera un presidente con el que podría ir de copas. Yo prefiero alguien superior a mí intelectualmente»

P.– ¿Y ya hay un 40% de estadounidenses que piensan como él?

R.– Muy buena pregunta… Yo no creo que haya un porcentaje así de estadounidenses xenófobos o racistas. Pero sí que están dispuestos a ignorar ciertas posiciones extremistas porque lo ven como algo nuevo, fresco y distinto.

P.– Clinton es acusada de estar muy preparada pero ser muy fría, distante… Es complicado competir así con el que mejor apela a los mensajes simples.

R.– Hillary Clinton no es Bill Clinton. Él y Obama son muy buenos comunicadores, logran apelar a sentimientos. Ella es intelectualmente brillante y los que la conocemos sabemos que es una persona muy preocupada por los temas que le deberían preocupar a todos, es muy solidaria. Ése es el reto de la campaña: dar a conocer a la otra Hillary. Me preocupa que haya gran parte de la población que se vea identificada con un presidente con el que se pueda ir a tomar una copa. Yo quiero una presidenta que sea intelectualmente superior a mí, más preparada que yo para tomar decisiones difíciles.

P.– Nos ha hablado del paralelismo con principios del siglo XX, y hasta el Papa habla de Tercera Guerra Mundial por entregas… 

R.– Yo soy optimista porque el mundo no es lo que era en los años 30. Los medios hoy facilitan una mayor divulgación de lo que hay en juego. La gente puede votar y hacer que el mundo vaya a un lado o a otro. Nos guste o no, EEUU sigue siendo la potencia mundial y en la campaña tratamos de explicar que la alternativa a Hillary es un egocéntrico del que pongo en duda su estabilidad emocional y su cordura. Trump no está preparado ni tiene el temperamento para ser presidente de EEUU.

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Juan Verde, durante la entrevista con OKDIARIO. (Foto: E. Falcón)

Los populismos en España

P.- Hay quien ve paralelismos entre el discurso de Donald Trump y el de Podemos. Más allá de ideologías, apelan a los mismos instrumentos. ¿Usted lo ve también así?

R.- Desde luego. Si bien son ideológicamente posiciones enfrentadas, sí son parte del mismo fenómeno, del populismo, de la falta de análisis, de rigor, de ofrecer soluciones poco viables y desde luego sin pensar bien las cosas. Y yo creo que ese tipo de movimiento político es extremadamente peligroso.

P.- ¿Es posible que las encuestas estén inflando el voto a Trump como inflaron el apoyo a Podemos?

R.- Yo estoy convencido de que va a ganar Hillary Clinton, y lo creo en la medida en la que la gente salga a votar y haya movilización. Que los demócratas entiendan qué hay en juego. Me preocupa también lo que ha pasado en Gran Bretaña con el Brexit, que las encuestas decían una cosa y al final el resultado fue el contrario. Esto sucedió porque la gente no fue a votar, no se involucró todo lo que debía.

P.- ¿Cómo ve la política nacional española? ¿Qué espera que ocurra?

R.- Pues en primer lugar, no me gustaría que hubiera unas terceras elecciones, creo que tiene todo el sentido llegar a algún tipo de acuerdo. Por otro lado, creo que es extremadamente importante que hayan surgido movimientos políticos nuevos, fundamentalmente Ciudadanos. Espero que la gente se vuelva a involucrar y a creer en la política porque es la forma más eficaz de cambiar lo que no te gusta.

«Pongo en cuestión que en España tengamos una verdadera democracia mientras haya listas cerradas»

P.- En España, a C’s se le penaliza por haber pactado con el PSOE y luego con el PP…

R.- Bueno, ésa debería ser su gran fortaleza. Verdaderamente, lo que tiene que buscar un votante es un partido que sea lo suficientemente flexible para ver lo mejor de la izquierda, lo mejor de la derecha y apelar al sentido común para ver lo mejor para el país. En ese sentido, yo creo que Ciudadanos es una alternativa interesante –es mi opinión personal– sobre todo porque inyecta frescura y legitimidad al proceso.

P.- ¿Qué haría falta para verle a usted en una campaña en España?

R.- Otra vida. [Risas]

P.- ¿No hay nada que le puedan ofrecer?

R.- Primero, a mí me gusta mucho la frase ‘Zapatero a tus zapatos’. El mercado que conozco es el de EEUU, que es donde he trabajado en muchas campañas y donde más valor puedo aportar a una campaña política. En segundo lugar, creo que a España le hace falta una modificación del sistema electoral. Pongo en cuestión si verdaderamente tenemos un auténtico sistema democrático cuando hay listas cerradas. Votamos unas siglas de un partido que elige a los que deben ir en sus listas. Y no siempre son los mejores, ni los más preparados, suelen ser los más mediocres. Con listas abiertas habría un caldo de cultivo para que más gente joven se meta en política, para que haya un sistema más democrático.

P.- ¿Hay alguna expectativa de que esto ocurra?

R.-  Creo que los partidos nuevos lo están proponiendo, especialmente Ciudadanos. Pero al PP y al PSOE no les interesa. Eso tiene que cambiar, con el paso del tiempo se conseguirá.

P.- Pero el ex secretario general del PSOE sí fue elegido por las bases… y su mensaje se acercaba al de Podemos. ¿En España no funciona lo de las primarias?

R.- Para empezar, con ciertas excepciones no hay primarias abiertas y democráticas donde una persona sea igual a un voto. En EEUU, si en una mesa hay dos personas cabreadas, se levantan, van a su Ayuntamiento y se inscriben en las próximas elecciones. Ya está. Y pueden elegir ellos a qué partido representar. ¡Y sin pedir permiso al partido! Cuando no tienes incentivos para cambiar, es difícil que cambies.

P.- Sin embargo, si en EEUU existiera un sistema como el español, ahora mismo el Partido Republicano podría eliminar como candidato a Donald Trump, dado que están todos en contra.

R.- En EEUU, es cierto que puede surgir un Donald Trump, pero también puede surgir un Obama. Él no era el candidato del partido, lo era Hillary y sin embargo no pudo con Obama porque él logró convencer a más gente. Ésa es la verdadera democracia, para bien o para mal. Para bien si gana un Obama y para mal si lo hace un Trump. Es un precio que estoy dispuesto a pagar, y si la gente quiere a Donald Trump, que así sea.

P.- ¿Y si así es? ¿Y si gana Trump?

R.- En primer lugar, creo que puede ganar Trump, creo que es poco probable pero puede ganar. Si gana Trump… el mundo va a ser muy distinto.

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