Jordi Pujol Ferrusola ejerció funciones de tesorero en CDC cobrando las mordidas del 3% para el clan familiar
La fortuna de la familia Pujol, una de las más poderosas de Cataluña con Jordi Pujol al frente, ya tiene cifras concretas: 290 millones de euros en paraísos fiscales. Una riqueza que habría sido amasada a través de los años a través de prácticas corruptas, según un informe de los investigadores de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.
Según el mismo documento, que los investigadores han remitido a la Audiencia Nacional a finales de julio y al que ha tenido acceso Europa Press, Jordi Pujol Ferrusola, primogénito del ex presidente catalán, habría llegado a ejercer funciones atribuibles a un tesorero de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) con la recaudación del 3% en comisiones ilegales a cambio de la concesión de contratos públicos. Por ello, según el informe, buena parte de este dinero la habría destinado a engordar la fortuna de su familia.
De acuerdo con el documento, la UDEF afirma que las prácticas ilícitas de los Pujol se extendieron desde finales de los años 70 –’Caso Banca Catalana– hasta el mes de julio del 2014, cuando Pujol reconoció que tenía fondos sin declarar en el extranjero y los achacó a la herencia de su padre.
Son más de 200 documentos en los que los investigadores de la UDEF detallan todos los movimientos crematísticos de la familia Pujol, entre ellos, la primera cuenta bancaria que abrieron en Andorra en 1990. Pero, no sólo eso, además, explican que los Pujol funcionaban como un grupo criminal organizado que ha recibido rendimientos y plusvalías ilícitas «de forma sistemática y recurrente» fruto de «prácticas corruptas». La UDEF, además, sitúan al hijo mayor del matrimonio como el «paladín familiar» y el «gestor principal» de la riqueza de la familia.
El papel protagonista del primogénito del clan Pujol
La UDEF señala que Jordi Pujol Ferrusola «habría desarrollado las funciones atribuibles» al que fuera el tesorero del partido Andreu Viloca «en cuanto a la recaudación del 3% u otros porcentajes» de comisiones ilegales a cambio de contratos públicos en los primeros gobiernos autonómicos catalanes, aunque «habría derivado una parte sustancial del dinero al patrimonio de la familia».
De este modo, tras el arresto de Viloca el pasado 21 de octubre de 2015 por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de El Vendrell (Tarragona) –el primer juzgado que investigó la causa del 3%; ahora está en manos del mismo juez que instruye el caso de los Pujol en la Audiencia Nacional, José de la Mata– mantuvo varias conversaciones con entonces dirigentes del partido.
Uno de los «contactos» que mantuvo Pujol Ferrusola fue, a las cinco y media de la tarde del día posterior a la detención, con el ex consejero Joaquim For en prisión preventiva por el golpe de Estado en Cataluña–, quien entonces era primer teniente de alcalde de Barcelona, con quien comentó vía mensajes «la actuación judicial», según señala el citado informe.
Pujol Ferrusola también guardaba en su teléfono móvil, añade el informe de la UDEF, «varios mensajes en los que se alude a hechos vinculados con el caso 3%» y en uno de ellos decía «alarmado qué contenido tendrán los correos electrónicos intervenidos a Viloca».
Según los investigadores, Pujol Ferrusola ha mantenido una «íntima relación pasada y actual con CDC», la cual es, además, «transversal a todas sus estructuras, abarcando desde los puestos más representativos, con la presencia de dirigentes históricos como Josep María Cullel, considerado junto a su padre uno de los fundadores del partido, hasta Artur Mas», sucesor de Jordi Pujol al frente del partido y también expresidente de la Generalitat.
Pero, además, mantenía relación con personas de la «base» de la formación, como el caso de un trabajador «con quien mantuvo muchas impresiones el día que se estaría registrando la sede» del partido, el mismo día de la detención de Viloca por el 3%.