GOBIERNO DE ESPAÑA

La interlocutora de Sánchez con Puigdemont es la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados

Puigdemont ha situado sobre la mesa, a cambio del apoyo a reformar el delito de la sedición, su retorno a la primera línea política

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La interlocutora de Sánchez con Puigdemont es la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados
Eva Granados.
Joan Guirado

El Gobierno tiene una ventana de diálogo abierta con Carles Puigdemont. Hace más de un año y medio que Moncloa, por orden expresa de Pedro Sánchez, habilitó al ex presidente fugado de la Generalitat como interlocutor válido pese a las cuentas pendientes que tiene con la Justicia. Precisamente sobre esas cuentas es de lo que hablan, aún hoy, Puigdemont y la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados. La catalana, que fue portavoz del PSC en el Parlament durante el golpe separatista, es una de las interlocutoras de Sánchez con el eurodiputado, aunque nadie confirma si le ha visitado en Waterloo o no.

Granados, que fue la mano derecha de Miquel Iceta en su etapa al frente de los socialistas catalanes, fue nombrada jefa de filas en la Cámara Alta hace justo un año. De esta forma el PSC daba cumplimiento a la renovación completa, con la sustitución de Salvador Illa por Iceta, rompiendo así con todos los vínculos con la dirección que afrontó el desafío de los separatistas. Estos tres nombres, Granados, Iceta e Illa, son claves en el encargo realizado por parte de Sánchez para incluir a Carles Puigdemont en la solución política que el presidente quiere dar al conflicto catalán. Desactivando el procedimiento judicial, lo que los separatistas llaman represión, con la reforma del delito de sedición.

De momento, a juzgar por las diferentes fuentes consultadas por este periódico en España y Bélgica, las conversaciones han permitido avances en la posición que hasta ahora mantenía Junts per Catalunya en relación con la reforma del delito de sedición. Como ERC, hasta hace poco, los junteros la rechazaban por completo, porque su línea roja era la amnistía, que dejaría sin efectos cualquier sentencia sobre los miembros del Govern que lideraron el golpe. Pero la rebaja de las penas del principal delito por el que fueron condenados, y un compromiso verbal que los emisarios del PSOE habrían trasladado a Puigdemont de que la Abogacía del Estado sería «benévola» con el de malversación de fondos, han cambiado la opinión de Junts. Ya no se ve tan mal esa reforma de la sedición, que permitiría a Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig, Clara Ponsatí y Marta Rovira volver a España.

Candidato

Puigdemont, según las mismas fuentes, quiere volver a ser candidato a la Presidencia de la Generalitat una vez vuelva a España. Es la misma petición que ha hecho Oriol Junqueras al PSOE. Ambos están negociando en paralelo con el Gobierno que las causas que tienen abiertas, que aparejan la inhabilitación para ejercer cargo público, no sean un impedimento para su retorno a la política de primer nivel. En el entorno del ex presidente y el ex vicepresidente, esto sería visto como «un paso importante contra la represión».

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