Inmigración ilegal

Interior recurre a los antidisturbios contra la violencia en los campamentos de inmigrantes ilegales

Todo empezó por una disputa entre los propios internos del campamento de Las Canteras en el que hubo graves agresiones y enfrentamientos con la Policía.

Ante la imposibilidad de contener a los violentos los propios gestores de los campamentos avisaron y tuvieron que intervenir los antidisturbios.

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Tres inmigrantes hospitalizados con heridas leves, ocho asistidos por lesiones más leves y un total de ocho detenidos. Ese saldo resume las horas más violentas vividas en los campamentos de acogida de inmigrantes ilegales mantenidos por el Ministerio de Migraciones y custodiados por el de Interior. Ni unos ni otros están consiguiendo controlar situaciones que cada vez son más violentas y peligrosas.

En un campamento como el de Las Canteras, en Tenerife, con una capacidad para 1.800 inmigrantes ilegales, los gestores velan por la seguridad y el orden para detectar las posibles chispas que preceden a la violencia. Las fuentes policiales consultadas por OKDIARIO explican que eso es lo que más está costando a los gestores de estos centros.

A mediados de esta semana dos de estos centros, el de las Canteras y el de Las Raíces, también en Tenerife, este último con una capacidad para 1.500 personas, fueron el escenario de violentísimas escenas de las que dan fe los vídeos a los que ha tenido acceso OKDIARIO y que se reproducen en este artículo.

El origen del conflicto, cada vez más indetectable, es la complicada convivencia entre personas de origen subsahariano y marroquíes. Una de esas rencillas provocó que sobre el mediodía del martes la Policía Nacional recibiera un aviso para intervenir en Las Canteras.

Cuando los agentes llegaron se encontraron con una gran pelea entre los propios inmigrantes ilegales que acabó con dos detenidos. Pero ahí no se acabó todo porque horas más tarde los agentes tuvieron que volver al mismo campamento porque la bronca se había reiniciado. Hubo tres detenidos más.

Pero pese a la gravedad de los hechos, lo de Las Canteras no era más que un aperitivo de lo que estaba por llegar.

De un tiempo a esta parte el Ministerio de Migraciones comenzó a trasladar a los inmigrantes alojados en hoteles vacíos a estos enormes campamentos donde viven en tiendas de campaña. La actual situación de la ola migratoria combinada con la pandemia ha provocado que los miles de inmigrantes ilegales pierdan la paciencia ya que están atrapados en las Islas Canarias sin poder ser devueltos a sus países de origen ni seguir viaje hacia la Península o Europa.

Esa situación y las condiciones de vida en los citados campamentos fue esa chispa no detectada en el asentamiento de Las Raíces, otra vez en ese campamento, escenario de anteriores conflictos. Al parecer, una bronca por la cantidad y calidad de la comida para los 1.500 internos fue el principio de una jornada de violencia imposible de controlar por los gestores del lugar y sus propios dispositivos de seguridad privada.

Según las fuentes policiales consultadas por OKDIARIO, la situación hizo necesaria la intervención de medio centenar de agentes pertenecientes a la Unidad de Intervención Policial, los antidisturbios, ante la violencia que se estaba produciendo en el centro.

Marroquíes contra senegaleses

Los agentes necesitaron recurrir a su equipamiento de control de masas para enfrentarse a dos grupos perfectamente diferenciados que se estaban enfrentando entre sí con piedras y todo tipo de objetos. De un lado un grupo de marroquíes y del otro unos senegaleses, se agredían con especial violencia.

Durante la batalla organizada fueron los propios inmigrantes ilegales los que decidieron dar testimonio de lo que allí estaba ocurriendo, y además de los lanzamientos de piedras y los puñetazos hay una escena especialmente estremecedora.

Uno de los internos graba un abundante resto de sangre en las escaleras del centro. Al parecer uno de los inmigrantes ilegales sufrió una agresión que acabó en la rotura de una pierna con herida abierta a través de la que podía verse en hueso. La cantidad de sangre habla por sí sola.

La calma no volvió al centro hasta que los agentes practicaron ocho detenciones y evacuaron a una docena de heridos. Pero los agentes consultados por este periódico explican que esto no es más que un episodio más y que irá a peor.

«Si acumulas a miles de personas en un lugar donde malviven, malcomen, se llevan mal entre ellos, se generan peleas y no tienen ni idea de hacia dónde van sus vidas, ¿qué te esperas? Estos episodios de violencia irán a peor cuanto más tarde en resolverse esta crisis», explica uno de eso policías encargados de devolver el orden a estos campamentos en Canarias.

De lo que no tienen duda los agentes que visitan frecuentemente el centro de Las Raíces es que las circunstancias no ayudan. Es uno de los asentamientos más criticados por internos y ONGs que los atienden. Critican las instalaciones y las normas de convivencia. De hecho en su exterior hace meses que varios inmigrantes se amontonan tras haber sido expulsados del centro.

Es uno de los lugares de Canarias que lamentablemente será de nuevo escenario de actos violentos, y mientras los ministerios de Migraciones e Interior lo mantengan abierto eso no va a cambiar.

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