Crisis del coronavirus

Un informe de la UE avisa a Sánchez: el retraso en la vacuna traerá más muertes por las nuevas cepas

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Predicciones de letalidad de la UE según varios escenarios de vacunación y avance de las nuevas cepas.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La Unión Europea ha reforzado sus advertencias a los países miembros sobre la propagación de las nuevas cepas. Especialmente, la variante británica, mucho más contagiosa. Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez permanece impasible ante la crisis de la tercera ola, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha emitido un informe en el que advierte de que los retrasos en la vacunación reducirán sustancialmente el efecto de la inmunidad ante la mayor mortalidad que pueden provocar las mutaciones. El documento avisa también sobre los riesgos de relajar las medidas de prevención del virus en los próximos meses si la vacuna no se administra según el calendario previsto.

Los investigadores del centro europeo de referencia para el coronavirus concluyen que «si una cepa con una transmisibilidad aumentada del 70%»  -como es el caso de la británica-«reemplaza las cepas que anteriormente circulaban en la UE a finales de febrero de 2021, las medidas no farmacéuticas actuales no serán suficientes para prevenir un aumento sustancial de la mortalidad, incluso cuando se están implementando las vacunas».

El aviso es claro: «Si los Estados miembros alcanzan los objetivos de vacunación establecidos por la Comisión Europea, la tasa máxima de exceso de mortalidad debido a la nueva cepa se reducirá aproximadamente la mitad y se evitará la mayoría de las muertes en exceso». Sin embargo, «si el 25% de las dosis se retrasa un mes y el 25% dos meses, el impacto del programa de vacunación se reducirá sustancialmente».

El ECDC admite que «se prevé un aumento de la mortalidad por el reemplazo por una cepa más transmisible». El centro europeo estudió el impacto de las actuales medidas de protección frente al virus, a distintos niveles, desde un confinamiento estricto a las medidas similares a una fase de desescalada. «Nuestros hallazgos sugieren que el endurecimiento de las medidas evitarían un incremento de la mortalidad asociada a la cepa más transmisible», señalan. «Cada mes adicional que se mantengan las medidas reducirán el número de muertes», añaden. La conclusión es la siguiente: habría un 10% menos de muertes este año si se levantasen las medidas el 1 de abril, en lugar del 1 de marzo; y un 20% menos si se levantasen el 1 de mayo en lugar de un mes antes.

La advertencia supone un jarro de agua fría para las previsiones sobre la pandemia y ponen en cuestión el lema tan repetido de Pedro Sánchez de que la vacuna será «el principio del fin» de la crisis. Varias comunidades, como Madrid o Cataluña, se han visto obligadas a ajustar seriamente el proceso de vacunación debido a los retrasos por parte de las farmacéuticas. En el caso de Madrid, disponer de una reserva estratégica de vacunas, pese a la reticencia del Ministerio de Sanidad, ha permitido asegurar la segunda dosis, cuya administración es obligatoria para asegurar la inmunidad.

El ECDC prosigue en su informe afirmando que «si las dosis de la vacuna se retrasan debido a la adquisición, distribución o problemas administrativos, las intervenciones ‘no farmacológicas’ deberán mantenerse durante más tiempo para mitigar el impacto del reemplazo con cepas más transmisibles».

Como se observa en el gráfico, el retraso en la vacunación tendrá indudablemente un impacto en la mortalidad, dada la mayor propagación de la nueva cepa. El organismo compara el número de muertes si se relajan las medidas en marzo, o en mayo. El trabajo concluye que aunque las medidas se suavicen más tarde, si la vacunación se retrasa se producirán un 30% más de muertes que si el programa de vacunación es óptimo.

Fuente: Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).

En definitiva, «durante al menos varios meses», reitera el organismo, «será necesario mantener estrictas intervenciones no farmacológicas para evitar un aumento de la transmisión, hospitalizaciones y muertes. Las demoras en la vacuna implican que las medidas deban mantenerse durante más tiempo».

El ECDC también avisa sobre la estrategia de administrar la primera dosis al mayor número de personas, retrasando la segunda dosis, y señala que «esto puede tener un impacto negativo en la cobertura de vacunación».

Pese a los últimos reveses, Sánchez sigue encomendándose a la vacuna y reitera el compromiso del Gobierno de que el 70% de la población esté vacunada en verano.

Los retrasos en las dosis preocupan a las comunidades autónomas. En las últimas semanas se ha visto además cómo políticos, sindicalistas o incluso obispos se saltaban el protocolo para recibir la vacuna. El director del Centro de Alertas y Emergencias de Sanidad, Fernando Simón, defendió este lunes que se administren en casos puntuales al margen de los grupos prioritarios:

«Si llega el final del día de trabajo y queda una o dos dosis en un recipiente que no se puede guardar hasta el día siguiente esas dosis no se pueden tirar, hay que ponérselas a alguien que esté por ahí. Creo que todo el mundo lo entiende sin problema», señaló el jefe de las alertas del Gobierno.

Mientras tanto, y a pesar de la situación crítica que atraviesan los hospitales y, especialmente, las UCI, el Ejecutivo se resiste a tomar nuevas medidas o, al menos, a facilitar a las comunidades autónomas nuevas herramientas para, por ejemplo, endurecer el toque de queda o llevar a cabo confinamientos selectivos.

La nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, pidió este lunes a las comunidades ampliar las medidas contra la tercera ola, pero dentro del actual estado de alarma que, según el Gobierno, «funciona».

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