Beneficios a etarras

Indignación entre los guardias civiles tras la excarcelación de Troitiño: «Que no nos hagan cruzarnos con él»

Guardias Civiles Troitiño
Algunos de los guardias civiles asesinados por Troitiño..
Pelayo Barro

La excarcelación del etarra Antonio Troitiño, aquejado según el auto de la Audiencia Nacional de una grave enfermedad incurable, ha provocado una gran indignación entre la Guardia Civil. Troitiño fue uno de los más sanguinarios terroristas de ETA en los llamados ‘Años de Plomo’ de la década de los 80, y sobre él recaen las muertes de un total de 17 guardias civiles (del total de 22 personas que asesinó). «Instamos, encarecidamente, a que por las mismas razones humanitarias, no nos hagan cruzarnos con él. Ni a nosotros ni a sus víctimas», han advertido representantes del Cuerpo.

Son muchos los nombres de etarras grabados a fuego en la memoria de la Guardia Civil, objetivo prioritario de la banda terrorista durante toda su historia. Pero algunos de forma especial, como es el caso de Troitiño. El hoy puesto en libertad por «razones humanitarias», según el Gobierno, es responsable entre otros del brutal atentado que costó la vida a 12 agentes de la Guardia Civil en Madrid en 1986.

Aquel atentado de la Plaza de la República Dominicana se llevó la vida de 12 compañeros de la Guardia Civil y dejó malheridos a buena parte de los 60 que se vieron afectados por la deflagración de un coche bomba que los terroristas habían colocado al paso del convoy. En su interior había 5 ollas express con 35 kilogramos de Goma 2 Eco. Agazapado en la distancia se encontraba un joven miembro del ‘Comando Madrid’, el palentino Troitiño, que fue quien accionó el explosivo antes de huir a toda velocidad en un coche conducido por Iñaki de Juana Chaos (actualmente en libertad y protegido por el chavismo en Venezuela).

A aquellas muertes hay que sumarles las de otros 5 guardias civiles que cayeron en atentados de diversa índole en los que participó activamente Troitiño. Por eso, su nombre no es uno más para la Guardia Civil. Y así lo han hecho saber varias asociaciones representativas del Cuerpo nada más conocer la noticia.

«Instamos, encarecidamente, a que por las mismas razones humanitarias, no nos hagan cruzarnos con él; ni a nosotros ni a sus víctimas.
No sólo los asesinos tienen derechos», advertía la Asociación Profesional de la Guardia Civil (APROGC).

Tampoco dejaban pasar la oportunidad de mostrar su profundo malestar con la excarcelación del asesino etarra desde JUCIL, advirtiendo en un mensaje difundido por redes sociales que Troitiño es «uno de los más sanguinarios asesinos de ETA. Ejecutor del atentado de la República Dominicana en Madrid, donde acabó con la vida de 12 guardias civiles. Jamás pidió perdón y tampoco renegó de la banda terrorista. Ni olvido Ni perdón». Troitiño, efectivamente, cumplió 24 años de condena de los 2.700 que se le impuso por sus asesinatos, y al poco de ser puesto en libertad (en 2011), volvió a ser detenido por haberse vuelto a integrar en la estructura de ETA.

Además, desde JUCIL han querido recordar uno a uno los nombres de los 12 compañeros que fueron asesinados en aquella Plaza de República Dominicana, en uno de los peores atentados que recuerde la capital de España y donde se erige un monolito en su recuerdo. Las flores frescas todavía son algo habitual hoy en día frente a la escultura en su memoria.

«Razones humanitarias»

La Audiencia Nacional informó que este lunes se había concedido el tercer grado al «preso de ETA Antonio Troitiño Arranz», aplicándole este régimen penitenciario por «razones humanitarias» y dejándole libre al sufrir una enfermedad grave e incurable. Al parecer, un cáncer.

El juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia estimaba así el recurso presentado por la defensa del etarra. Contaba con el visto bueno de la Fiscalía, por lo que se ha llegado a un acuerdo para que progrese a tercer grado y la incoación del expediente de libertad condicional. Su puesta en libertad en la cárcel de Estremera (Madrid) donde cumple condena está prevista para este mismo martes.

La Audiencia Nacional tomó esta decisión en virtud del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario, que permite que «los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad», apunta el auto.

 

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