Iglesias prometió eliminar la indemnización de 5.316 € al mes que va a cobrar como ex vicepresidente
Pablo Iglesias ha vuelto a pisotear el Código Ético de Podemos, que le prohíbe cobrar la indemnización de 5.316 euros al mes que va a embolsarse durante los próximos 14 meses como ex vicepresidente del Gobierno. Ahora dice que es un «derecho».
Pero el Código Ético sólo era un gancho electoral para hacer creer a los votantes que los candidatos de Podemos nunca serían como la casta: ni se comprarían chalés con piscina de más de 800.000 euros, ni cobrarían sueldos astronómicos (Pablo Iglesias e Irene Montero se han llevado a casa más de 14.000 euros al mes durante su estancia en el Gobierno), ni aceptarían indemnizaciones con dinero público al abandonar la política, ni se aprovecharían de las puertas giratorias. Todo lo han incumplido.
Pablo Iglesias quedó retratado en diciembre de 2015, cuando como candidato a la Presidencia del Gobierno protagonizó una performance en el centro cultural El Pozo, en Vallecas. Sometido a las preguntas de un público seleccionado por el partido, prometió derogar la indemnización de 5.316 euros al mes que va a embolsarse ahora.
Durante el acto, una simpatizante de Podemos tomó el micrófono para plantear la siguiente pregunta al entonces candidato: «De tu respuesta va a depender mi voto. ¿Vas a revocar con carácter retroactivo todas esas pensiones vitalicias que tienen esa gente, que ya no se merecen cobran porque ya no trabajan para el Estado, porque ya no son presidentes, ni ministros? ¿Lo vais a revocar?»
El líder del partido morado se puso muy solemne para contestar: «Te digo con toda honestidad: si podemos, no haremos». De nuevo, mentía. Pablo Iglesias ni siquiera puede excusarse ahora diciendo que Podemos no tenía mayoría suficiente en las Cortes para derogar esta norma: él ha pedido expresamente al Gobierno que le abone esta indemnización como ex ministro.
Interpelado al respecto en una entrevista, Iglesias ha argumentado que el cobro de esta indemnización de 5.316 al mes (equivalente a 5,5 veces el Salario Mínimo Interprofesional) es un «derecho» al que no tiene por qué renunciar ningún ministro de Podemos. Ya no renuncia a ni uno sólo de los privilegios de la «casta». Y eso no le impide acudir al día siguiente a Vallecas, disfrazado con una sudadera de Fariña, para pedir el voto en las elecciones del 4M.
«Hacer política es cabalgar contradicciones», sentenció Pablo Iglesias en otra de sus célebres charlas, en la que presumió de hacer un programa de televisión en Hispan TV, el canal de propaganda internacional del régimen iraní que ahorca a los homosexuales y lapida a las mujeres adúlteras.