El hombre del roscón fue detenido ante el casoplón de Iglesias sin haber una «multitud»: «Había 6 personas»
El atestado policial del último detenido ante el casoplón de Pablo Iglesias ha tumbado buena parte de las acusaciones iniciales lanzadas para justificar aquella detención. Se afirmó inicialmente que el hombre de 58 años -que fue detenido mientras comía roscón con chocolate a unos 60 metros del casoplón del vicepresidente social y la ministra Irene Montero- formaba parte de una “multitud” que componía una concentración ilegal. Y el atestado destaca que ese tremendo y peligroso grupo estaba compuesto por “6 personas”. Es más, los 6 “no se encontraban haciendo sonar silbatos ni gritando, sino que estaban hablando entre ellos sin parecer tener intención de marcharse”. Simplemente.
Francisco Zugasti fue detenido en esa actuación. Él se encontraba ante el casoplón de Pablo Iglesias el pasado 30 de diciembre a las 19:58 horas. Fue detenido y con malos modos, tal y como se pudo observar en el vídeo que hizo público OKDIARIO. Y él, un señor de 58 años, se encontraba con un grupo de amigos comiendo roscón con chocolate, un acto que, por lo visto, debió disparar las alertas del séquito de seguridad del líder morado a causa de su evidente e intrínseca peligrosidad.
Esa peligrosidad, de hecho, fue revestida inicialmente afirmando que se trataba de una multitud y que eso justificaba el envío urgente de agentes para desmantelar la protesta masiva. Pues bien, el atestado de los propios agentes presentes descarta por completo la existencia de una multitud de personas ante el casoplón, rechaza que estuvieran protestando de forma violenta y niega, también, que se lanzaran gritos de protesta.
«Se observa un grupo de cinco mujeres que pasean por las inmediaciones del domicilio con lo que parece ser unas vuvucelas, y que ante la presencia de los agentes, guardan”, señala el atestado.
“Que estas cinco mujeres se dirigen hacia los dos hombres y comienzan a dialogar entre ellos”, añade el atestado.
¿Seis o siete personas?
El texto de ese documento detalla lo ocurrido a continuación, señalando un máximo de siete personas en la escena: “Que a las 18:00 horas se observa al grupo de siete personas reunidos, sin mascarilla, sin respetar la distancia de seguridad entre ellos, consumiendo un chocolate y algunos de ellos fumando y haciendo sonar los instrumentos”. Y añade que “se procede a identificar a dichas personas informándoles que el motivo la identificación es que se encuentran reunidas más de seis personas y sin respetar las medidas del uso de mascarilla y distancia de seguridad entre ellas”.
Lo llamativo es que en otro momento del atestado, uno de los agentes contradice incluso esa versión de las siete personas para rebajar la cifra aún más: a sólo seis personas. En esa parte del atestado señala lo siguiente: “El agente manifestante, junto con sus compañeros, se dirige al lugar, llegando allí aproximadamente a las 18:30, encontrando a seis personas de las que habitualmente se reúnen en el lugar para protestar contra el vicepresidente […]”. Y detalla: “Estas personas ya no se encontraban haciendo sonar silbatos ni gritando, sino que estaban hablando entre ellos sin parecer tener intención de marcharse”.
Los agentes de la Guardia Civil destinados por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a proteger el casoplón de Pablo Iglesias e Irene Montero -con la ayuda, también, de la Policía Nacional-, manifestaron, de este modo, varias contradicciones en su declaración ante la juez Sara Rodríguez Huertas. Eso sí: todos coincidiendo en que nunca hubo una multitud protestando ante el casoplón de la pareja gubernamental. Esta magistrada ya ha enviado al banquillo a Francisco Zugasti, que fue detenido el pasado miércoles mientras se encontraba con un grupo de amigos comiendo roscón con chocolate frente a la mansión podemita.
En el atestado de la Benemérita, al que ha tenido acceso OKDIARIO, uno de los agentes narra también que el pasado 30 de diciembre, a las 18:30 horas, mientras se encontraba de «servicio para la prevención de la seguridad ciudadana» -en realidad, para proteger exclusivamente al secretario general de Podemos –«es solicitado por el suboficial coordinador de servicios de la compañía para prestar apoyo junto a los seis agentes a sus órdenes en las proximidades del domicilio del vicepresidente segundo del Gobierno, porque se encuentran unas personas haciendo sonar silbatos». En el lugar se encontraban seis personas, a lo sumo siete, según ese mismo atestado. La mayoría rondaba los 60 años. Ni una más, ni una menos. Sin embargo, los guardias civiles aseguraron en el interrogatorio ante la juez que «había una multitud».
En el mismo escrito, el agente aseguró que los vecinos de La Navata se encontraban a «diez metros de la valla perimetral» del casoplón. El guardia civil autor del mismo se ratificó en sede judicial en este detalle, pero su compañero, que fue testigo y estuvo presente en el acto, aseguró que los manifestantes se encontraban a 50 ó 60 metros de la vivienda de los dirigentes podemitas.
Fuentes presentes en el interrogatorio explican a OKDIARIO que la letrada del procesado Zugasti, Polonia Castellanos, preguntó a los testigos que «a qué distancia se encontraban» del domicilio. Estos efectivamente respondieron en línea con el agente testigo y en contra del atestado policial, que marcaba una distancia inferior a la real según los presentes.
La última polémica
Se trata de la última polémica por el séquito de seguridad del casoplón del hombre que aseguraba que nunca dejaría el barrio de Vallecas. Fue el propio Pablo Iglesias el que terminó de definir su contingente de seguridad y decidió cambiar a la Guardia Civil por la Policía Nacional -como cuerpo de protección principal- a raíz de las protestas que se produjeron durante el estado de alarma por el coronavirus. El antaño escrachador –por ejemplo, de Rosa Díez– cuenta, así, con un potente equipo de protección en mansión y con agentes de paisano que vigilan desde un coche camuflado para evitar poner en alerta a los vecinos que se concentran en las inmediaciones del casoplón. Desde ese vehículo se graba a las personas que participan en protestas.
En total, el contingente de protección a Iglesias está dotado por 20 agentes del Cuerpo Nacional de Policía. En concreto de la Unidad de Control de Protección -la UCP-. Todo el contingente se distribuye para cubrir los distintos turnos y garantizar una protección plena del perímetro de seguridad de Iglesias.
El plantel abarca la vigilancia estática del casoplón y de la parcela de Galapagar de Pablo Iglesias e Irene Montero. E incluye la eliminación de la ya famosa garita en la que se ha obligado a estar a la Guardia Civil en el exterior durante meses. La protección está especialmente dispuesta en el interior de la parcela de Pablo Iglesias e Irene Montero. Y allí, también tienen los agentes capacidad para grabar imágenes.
El control de la seguridad en las inmediaciones continúa, sin embargo, en manos de la Benemérita, con lo que, de facto, la protección a Iglesias cuenta con dos cuerpos: uno interior y otro exterior.
Eso sí, en teoría, es la Policía la que se coordina y avisa a la Guardia Civil en caso de percibir protestas exteriores que exijan de un mayor control o vigilancia. Además, un coche oficial con posibilidad de grabar imágenes está apostado en las inmediaciones para poder realizar contravigilancia.
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