Hacienda levantará el 155 financiero pero mantendrá el control de gastos si el nuevo Govern es golpista

Cristobal Montoro
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El Ministerio de Hacienda eliminará la aplicación del 155 sobre las finanzas catalanas en cuanto haya toma de posesión de un nuevo Govern en Cataluña. Pero, pese a ello, y dependiendo del grado de amenaza de los mensajes del nuevo Ejecutivo regional, Hacienda se reserva el poder de mantener los esquemas de control de los pagos. Una de las fórmulas posibles, sería mantener un esquema de comunicación obligatorio entre el interventor catalán y el del Ministerio, de forma que no se pudiese efectuar un pago sin conocimiento por parte del Gobierno nacional.

El grado de amenaza del nuevo Ejecutivo regional, evidentemente, tendrá todo que ver con la composición de los partidos que pacten el nuevo Govern. Es decir, que una nueva Generalitat que mantuviese los mensajes golpistas -aunque fuese con una menor intensidad- se vería abocada a un esquema de comunicaciones que garantizase un seguimiento oficial de las partidas de gasto para evitar su destino, de nuevo, a las partidas separatistas y de construcción de la pretendida ruptura con España. “La Ley de Estabilidad Presupuestaria recoge esa posibilidad”, comenta una fuente conocedora de los mecanismos de control tributario.

“Evidentemente, el nuevo Govern tendrá las manos libres para poder operar económicamente. Pero eso no implica que el Ministerio renuncie a los sistemas de control presupuestario que operan legalmente”. Y operan de forma especial cuando el riesgo de utilización indebida de los recursos económicos desafía las pautas marcadas por el Ministerio.

Hay que recordar que Cataluña se encontraba ya dentro de los esquemas de control del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica). Como principal receptora de estos fondos de rescate financiero -con 71.000 millones desde 2012-, Cataluña no puede aprobar gastos no autorizados ni supervisados por el Ministerio. Pero es verdad que el control de esos gastos puede ser adoptado con mayor o menor periodicidad y, sobre todo, con mayor o menor cercanía, dependiendo del riesgo que impliquen los planteamientos económicos ce cada región. La reedición de un Govern separatista, obviamente, se situaría en la banda alta de riesgo por el peligro de volver a usar fondos procedentes del rescate con fines identitarios e independentistas.

Otro factor avala este planteamiento. Y es que el fuerte deterioro del crecimiento en Cataluña por culpa del separatismo y el 1-O convertirá a esta región en aún más dependiente de los fondos enviados desde el resto de España. Y, por lo tanto, el Ministerio deberá garantizar un refuerzo de los esquemas de control ante el riesgo que implica una inyección financiera de esa dimensión y el propio deterioro económico y empresarial de Cataluña.

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