La Guardia Civil alerta de que ANC y Òmnium quieren reactivar la agitación callejera en septiembre

ANC
Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC.
Carlos Cuesta

La Guardia Civil alerta de que las asociaciones separatistas empiezan a preparar ya una nueva agitación callejera a partir de septiembre. Los investigadores destinados a Cataluña por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad nacionales han detectado un nuevo foco de actividad en ANC, Òmnium y la AMI de cara a la vuelta del próximo verano. Su objetivo es relanzar la agitación en las calles de forma que la tensión separatista no baje en la próxima Diada y llegue hasta la cita electoral de las municipales de 2019.

Pese al descabezamiento de estas asociaciones y la acción judicial llevada a cabo en las tres, lo cierto es que todas estas formaciones están manteniendo la actividad suficiente como para alimentar el espíritu golpista. Saben que, por el momento, deben mantener un perfil más bajo, pero que, en el instante en el que el 155 desaparezca de Cataluña, habrán de volver a una actividad urgente para evitar que el sentimiento de agotamiento por los acontecimientos actuales afecte a las elecciones municipales, donde quieren volver a situar a sus cabezas del separatismo.

La Guardia Civil ha constatado que la capacidad de actuación de las tres asociaciones separatistas se ha reducido notablemente. Y tienen la certeza de que responde principalmente al hecho de que la Generalitat no sólo no está destinando las subvenciones oficiales con las que las regaba anualmente a algunas de ellas, sino que, además, también han perdido otras vías de ingreso opacas de las que se nutrían.

Pero la Benemérita es consciente de que el 155 tendrá que desaparecer en algún momento. Y de que, a partir de ese instante, el nuevo gobierno regional que surja –que será separatista– volverá a restablecer cauces de ingreso para ANC, Òmnium y AMI.

A la vuelta del verano

La fecha del inicio de la reactivación callejera ha sido detectada por los investigadores. Será el inicio de septiembre, un momento en el que los separatistas quieren hacer coincidir una cadena de eslabones populares y mediáticos que, comenzando con la Diada, enlacen actos, movilizaciones y algaradas hasta llegar a las elecciones municipales. Porque tanto JxCAT, como ERC y CUP han puesto sus miras en el control de los ayuntamientos. Especialmente en el control del bastón de mando de Barcelona.

La información ya ha sido trasladada oficialmente por la Guardia Civil. Y el Gobierno es consciente de que la retirada del 155 no puede dejar sin control unas partidas presupuestarias sobre las que son cada día mayores las evidencias de que han nutrido el golpe.

De hecho, Hacienda es consciente de esta situación y tiene previsto mantener controles del gasto en Cataluña tras acabar el 155. El Ministerio cree que la situación de peligro y posible uso de fondos con destino a partidas separatistas ilegales no ha terminado ni lo hará tras retirarse la aplicación del artículo 155 de la Constitución y, por ello, mantendrá un esquema de control de la información de las partidas de gasto públicas para evitar desvíos de fondos hacia fines distintos de los que quiere financiar el Estado.

Las sospechas de la existencia de rutas de dinero oculto –en ANC y Òmnium, principalmente– y de la utilización de fondos públicos por parte del Govern para financiar el golpe separatista y el referéndum han llevado a plantear la prolongación de un esquema de supervisión perfectamente regulador la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

No se trataré de estirar el 155, porque la orden oficial del Gobierno es que en el momento en el que se constituya un nuevo Govern legítimo debe retirarse el mecanismo constitucional de intervención. No se hará porque no se pretende dar la sensación de que existe un gobierno regional sin libertad de acción. Pero la pura aplicación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria sí permite elevar el control ante la evidencia de un mayor riesgo de incumplimiento de los controles fiscales.

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