El Gobierno promete a Bruselas que controlará el déficit pese a que negocia con Podemos dispararlo

Calviño mantiene su compromiso de cerrar el año con un déficit máximo nominal del 2,2% del PIB

El ritmo de crecimiento intertrimestral del PIB baja dos décimas hasta el 0,6%

Fusión
Nadia Calviño, vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital(Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ofrecido a Podemos eliminar el sistema de veto en el Senado de la Ley de Estabilidad Presupuestaria con un sólo objetivo: poder romper los actuales esquemas de limitación del déficit y disparar el gasto. Pero, pese a que negocia con Pablo Iglesias este punto, su Gobierno ha prometido ante Bruselas el estricto cumplimiento de los acuerdos con Europa y la aceptación de la senda de déficit que se pacte y acepte por parte de las autoridades comunitarias.

Bruselas lleva tiempo en alerta por los mensajes que llegan en materia de economía y política económica desde España. Las exportaciones pierden dos tercios de su ritmo de avance. El ritmo de crecimiento intertrimestral del PIB baja dos décimas hasta el 0,6%. El avance de las cotizaciones pierde el nivel del 3% por primera vez desde junio de 2016. Y los avisos de la Airef empiezan a ser constantes sobre los problemas de déficit que se observan en parte de la Administración, especialmente en la autonómica.

Y mientras la UE digiere esos datos, no dejan de surgir mensajes políticos sobre el deseo del PSOE y Podemos de modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y el propio artículo 135 de la Constitución: los puntos que garantizan que no se desbordará el control del gasto y el déficit y que España devolverá la deuda pública contraída con el extranjero sea como sea y aunque para ello tenga que recortar lo que tenga que recortar.

Sánchez aseguró rotundo que no se van a romper los acuerdos alcanzados con Bruselas en materia de déficit

El último anuncio, de hecho, no dejó tranquilas a las autoridades europeas. Los grupos de trabajo comunitarios en materia económica no tardaron en solicitar una confirmación del anuncio hecho público en el que se hablaba de que PSOE y Podemos habían llegado a un pacto para quitar el veto en el Senado al PP modificando la norma y permitiendo, por lo tanto, que una mayoría habitual de Ley Orgánica pudiese alterar la fijación del techo de gasto y elevar los desembolsos comprometidos por el Gobierno español.

La respuesta no tardó en llegar por parte del Gobierno español, que afirmó rotundo que no se van a romper los acuerdos alcanzados con Bruselas y que, por lo tanto, se negocie lo que negocie con sus aliados políticos, no será para desbordar el déficit por encima de lo admitido por la Comisión Europea.

Pero lo cierto es que, simultáneamente, Podemos lanzaba mensajes alardeando de haber conseguido empezar a desbloquear el aumento del déficit, la deuda y el gasto. Es decir, justo lo contrario de lo que garantizaba el Gobierno ante Bruselas.

La confianza de la UE en la ministra española de Economía, Nadia Calviño, es plena. Y las garantías aportadas por este departamento a Europa también. Lo que querría decir que la alegría de Podemos sería injustificada y que, le hayan dicho lo que le hayan dicho en sus reuniones, o haya entendido lo que haya entendido, el Gobierno de España mantiene su compromiso de cerrar el año con un déficit máximo nominal del 2,2% del PIB.

Moscovici pidió a Sánchez en julio un esfuerzo de ajuste estructural de las cuentas del 0,65 % del PIB

Pese a ello, la Comisión Europea lleva semanas intranquila con las tensiones de gasto en España. De hecho, aprovechó los días previos a agosto para revisar a la baja la previsión de crecimiento de España para 2018, del 2,9% al 2,8% y para recordar al Gobierno que, pese a ello, debe cumplir con los objetivos de consolidación fiscal.

“Los compromisos deben ser respetados y no son desfavorables para España” afirmó a mitad de julio el comisario Moscovici tras confirmar que Bruselas pedía a España un esfuerzo de ajuste estructural de las cuentas públicas del 0,65% del PIB (unos 7.500 millones de euros). Fuentes comunitarias, sin embargo, descuentan que España no cumplirá y aseguran que Moscovici se conforma realmente con que la cifra de déficit quede por debajo del 3%.

Y es que Bruselas está dispuesta a aceptar una desviación: pero no una desarticulación del mecanismo de control del gasto. En especial del artículo 135 de la Constitución, punto del que parte la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

La ley fue redactada precisamente para que Senado y Congreso pudieran vetar aumentos del gasto excesivos. Es una ley orgánica y fue elaborada para que cualquiera de las dos cámaras pudieran bloquear el techo de gasto público. Una de esas cámaras es el Senado y allí tiene mayoría absoluta el PP. Y el PSOE ha anunciado su pacto con Podemos para cambiar ese punto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y anular al PP.

El trasfondo de la cuestión es grave: el partido de Pedro Sánchez sigue insistiendo, pase a los anuncios de Calviño, en quitar el control del déficit para disparar el gasto y poder aplicar su programa. Y, para ello, quiere tumbar el poder de la Cámara que ahora personaliza ese control.

Y el partido ha anunciado que quiere más: desvirtuar el artículo 135 de la Constitución, punto del que emana el poder de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

Calviño deberá demostrar sus dotes de control para seguir siendo la garantía ante la UE. Y del propio Gobierno pese a las promesas que realiza el Ejecutivo ante Podemos.

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