Crisis del coronavirus

El Gobierno de España pasa de no ver necesaria la mascarilla a ser uno de los últimos en eliminarla

España mascarilla
Mascarillas.
Pelayo Barro

El recorrido de las mascarillas en España ha sido, cuanto menos, curioso. De no ser «necesarias» pasaron a ser obligatorias. Luego algunas, las que repartió el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, fueron tildadas de «egoístas». Ahora, con multitud de países europeos ya retirándolas de la circulación en espacios abiertos, incluso con peor situación de contagios, España sigue aferrándose a su uso obligatorio. El Gobierno de Pedro Sánchez asume que se retirarán «pronto» pero aún no hay fecha para ello.

Desde este jueves 17 de junio, los franceses pueden salir a la calle sin mascarilla. Sólo será necesaria para acceder a espacios públicos cerrados, comercios, restaurantes o medios de transporte. Francia, el último país en sumarse a la eliminación de las mascarillas obligatorias al aire libre, notificó el miércoles una incidencia de 100 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. En España, el mismo día, fue de 98 casos.

Sin embargo, España continuará sine die saliendo a la calle con mascarillas. Y lo hará después de casi un mes de promesas de eliminarlas «cuanto antes». El experto de cabecera del Gobierno, Fernando Simón, aseguró el pasado mayo que el fin de los tapabocas estaba próximo: «En junio».

Llegó junio y Simón se matizó a sí mismo: no es posible aún «de ninguna manera» ponerle fecha. El último en poner sobre la mesa la eliminación de las mascarillas ha sido este miércoles Pedro Sánchez: será «pronto», pero el Gobierno sigue sin concretar cuándo.

En Europa hay al menos seis países con peores cifras de contagios que España que ya no requieren el uso de las mascarillas. Además de Francia, la lista la componen Reino Unido (con una incidencia de 136), Bélgica (127), Suecia (146), Países Bajos (140) o Irlanda (111).

De hecho, la mascarilla en exteriores sólo resiste en el arco mediterráneo: Portugal, Italia, Grecia y España siguen considerándola obligatoria.

De no ser necesaria a esencial

Al inicio de la pandemia, Sanidad calificó la mascarilla de no necesaria. Lo hizo a través de Fernando Simón: «No es necesario que la población use mascarillas. Su uso es interesante en los pacientes con sintomatología. Pero no tiene ningún sentido que la población esté preocupada por si tiene o no tiene mascarillas en casa».

El Gobierno terminó rindiéndose a la evidencia que le señalaban todos los científicos y la decretó obligatoria en espacios públicos el pasado verano. Desde entonces, no llevarla por la calle suponía multas y sanciones, e incluso detenciones. A día de hoy, España es de los pocos países que se resiste, de nuevo, a la evidencia científica que apunta a que ya no son necesarias.

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