El Gobierno dice que bajar el IVA de la luz «no garantiza que se reduzca el recibo»
El Gobierno de Pedro Sánchez rechaza bajar el IVA de la luz porque esa medida «no garantiza una reducción del recibo y sí tendría un fuerte impacto en los ingresos públicos».
Así lo expone el Ejecutivo en una respuesta por escrito en el Congreso, a una pregunta de Vox sobre por qué no aplicaba el tipo reducido de IVA a la electricidad, pasando del 21% al 4%.
Y la estrambótica respuesta del Gobierno fue la siguiente: «La reducción del IVA de la luz no garantiza una reducción del recibo y sí tendría un fuerte impacto en los ingresos públicos».
El Ejecutivo argumenta asimismo que se trata de «un impuesto armonizado a nivel europeo» y apunta a la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido que, explica, «supone la trasposición al derecho interno de las previsiones de la Directiva 2006/112/CE del Consejo, de 28 de noviembre, relativa al sistema común del impuesto sobre el valor añadido».
«El artículo 98 de la directiva citada, regulador de los tipos impositivos, prevé la posibilidad de que los Estados miembros establezcan tipos reducidos», admite el Gobierno.
No obstante, para tratar de justificarse, asegura que «la Comisión Europea ha reiterado en sus informes el excesivo uso que a su juicio hace España de los tipos reducidos y superreducidos del IVA».
Se trata de un argumento erróneo, ya que la Unión Europea ha confirmado que no existe impedimento alguno para que el Gobierno baje el IVA de la luz.
La UE no pone impedimento
De hecho, como reveló OKDIARIO, la Comisión Europea señala en una reciente respuesta por escrito que «España puede adoptar medidas destinadas a reducir su tipo de IVA sobre la electricidad, previa consulta al Comité del IVA».
Bruselas añade además que es posible aplicar tipos diferentes a este tipo de suministro «siempre que se respete el principio de neutralidad fiscal».
«Para evaluar si este principio se respeta efectivamente, el Comité debería llevar a cabo un examen más detallado de la medida; no obstante, su dictamen no es vinculante», concluye.
La respuesta, fechada el pasado febrero -tras las críticas por la subida de la luz en plena borrasca Filomena-, adquiere ahora plena actualidad con el tarifazo del Gobierno, que obliga a los españoles a cambiar sus hábitos de consumo si no quieren ver encarecida su factura.
El Ejecutivo siempre se ha resistido a rebajar el IVA. Pero en la respuesta parlamentaria admite con claridad que hacerlo supondría un impacto en las arcas públicas.
La nueva factura de la luz, que entró en vigor este 1 de junio, está basada en la discriminación horaria y otorga un mayor peso al término variable -que depende del consumo- frente al fijo o potencia contratada.
El sistema establece tres tramos -punta, llano y valle- con precios diferentes, que tendrán su reflejo en la factura de la luz. El más barato es de madrugada (entre las 12 de la noche y las 8 de la mañana), además de fines de semana y festivos durante todo el día. De esta forma, el importe final de la factura dependerá, por ejemplo, de a qué hora se ponen los electrodomésticos que consumen más energía.
Por ejemplo, lo ideal sería evitar que funcionen entre las 10:00 y las 14:00 y las 18:00 y las 22:00, de lunes a viernes. Ésas son las ‘horas punta’, donde el precio será más elevado.
Esta circunstancia ha provocado las críticas de los consumidores, que ven cómo se les obliga a planchar a horas intempestivas para ahorrar, o a poner la lavadora de madrugada.
Unas críticas de las que se mofa el Gobierno. La vicepresidenta Carmen Calvo ha ironizado este miércoles con que «el temazo es quién plancha a la hora que toque planchar».
«Yo creo que muchas mujeres estaríamos dispuestas a pensar no a qué hora se pone la lavadora, sino quién plancha y quién pone la lavadora. Ése es el temazo. El temazo es que sigue habiendo estadísticas que más allá de la factura eléctrica dicen que mayoritariamente la seguimos poniendo nosotras, planchando mayoritariamente nosotras», ha añadido Calvo.
El nuevo sistema afectará a todos los consumidores, que se verán empujados a cambiar sus hábitos de consumo aprovechando los tramos más baratos si no quieren llevarse un susto en la factura.
Más impuestos
Cabe recordar que el Gobierno se refiere en su respuesta únicamente al IVA, pero en la factura influyen otros impuestos. El impuesto sobre la electricidad -o impuesto eléctrico- grava el suministro de energía eléctrica. Es un impuesto especial, que se debe pagar por tener contratado un punto de suministro eléctrico. Es del 5,1127% y se aplica a la suma de los términos de potencia y de consumo de la factura.
Además, el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica -impuesto a la generación eléctrica- grava con un 7% la producción de electricidad en las centrales.
Aunque no es un impuesto directo, sí acaba repercutiéndose en el recibo. El Gobierno podría decidir suspenderlo, como hizo en 2018 en un intento propagandístico poco después de la llegada a La Moncloa, recuperándolo un año después. Este impuesto representa unos ingresos de 1.700 millones en la recaudación del Estado.
Lejos de aliviar el recibo, el Gobierno planea más golpes al consumidor. Como publicó OKDIARIO, Sánchez ha prometido a la UE subir impuestos a la energía.