El Gobierno descarta cualquier negociación con el PNV sobre acercamiento de presos

Iñigo Urkullu
El lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Parlamento Vasco. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno rechaza cualquier negociación con el PNV para intentar lograr mejoras para los presos de la organización terrorista ETA. Según la información desvelada este martes por el diario El Correo, el Gobierno vasco ha hecho llegar al Ejecutivo un plan que contempla que los reclusos de la banda no estén a más de 250 kilómetros del País Vasco.

En fuentes del PP se descarta de forma tajante cualquier posibilidad de negociar sobre esa cuestión. La petición llega después de que ambos partidos hayan acercado posturas, sobre todo tras la negociación de los Presupuestos Generales del Estado y del País Vasco. Los populares, que se abstendrán para que el Gobierno de Urkullu apruebe las cuentas autonómicas, tiene ya prácticamente atado el apoyo del PNV en la tramitación de las estatales.

En medios internos del PP rechazan que en las negociaciones se hayan planteado cesiones en materia penitenciaria. Los acuerdos, como ya informó OKDIARIO, se limitarán a asuntos económicos y se centran sobre todo en la reforma del Concierto Económico (el conocido como cupo) que permite a la comunidad autónoma tener una situación fiscal privilegiada respecto al resto de regiones españolas.

El PNV reclama además al Estado el pago de 1.400 millones de euros (que podrían ascender a 1.600 millones) en concepto de la deuda que, a su juicio, mantiene la Administración Central con la Hacienda vasca por el cobro indebido del citado cupo vasco en los últimos años. El Gobierno de Urkullu no pretende que estos 1.400 millones de euros se abonen de forma directa, sino que sean descontados del dinero que debe la comunidad autónoma vasca al Estado.

En el PP descartan que, en esas negociaciones, el PNV les haya presionado con exigencias penitenciarias. Más aún, todas las condiciones que en su día presentaron los peneuvistas resultarían fácilmente asumibles para el Ejecutivo. Síntoma del buen estado de las relaciones es que desde Moncloa se trabaja en una próxima reunión con el lehendakari, Íñigo Urkullu. La última se produjo en septiembre de 2014. 

Los populares entienden que Urkullu busca con su petición «visibilizar» una de sus demandas históricas, aprovechando el último anuncio de la banda terrorista sobre la destrucción de su arsenal.

El plan del lehendakari ha provocado el abierto rechazo del líder de los populares vascos, Alfonso Alonso, que ha pedido a Urkullu que deje de «actuar como portavoz de ETA».

Según Alonso «nadie se cree» que la propuesta no esté relacionada con el anuncio sobre el presunto desarme. De hecho, ha exigido a Urkullu una rectificación para «que no se pueda entender como un premio a ETA». «Sigue siendo una organización terrorista, y no se ha disuelto. No nos está dando nada y no le debemos nada», ha avisado.

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