MINISTERIO DE CONSUMO

Garzón afirma en una guía que decir «cochecito» es una forma «sibilina de sexismo contra las niñas»

Garzón
Paula Baena

El ministerio de Consumo, con Alberto Garzón a la cabeza, ha editado una guía titulada Libertad para jugar, guía para la elección de juguetes sin estereotipos sexistas, en la que tacha de «sexismo sibilino» contra las niñas el hecho de utilizar diminutivos como «cochecito» para referirse a sus juguetes.

En el marco de la cruzada emprendida hace tiempo por el líder de Izquierda Unida en contra de que las niñas se entretengan con juguetes tradicionalmente asociados a ellas como las muñecas o los objetos de color rosa, el ministerio ha publicado este manual de 42 páginas que arranca con un escrito de Garzón en el que proclama que «una elección sesgada con estereotipos sexistas, muchas veces inconscientes, restringe las posibilidades de desarrollo que ofrecemos a los niños».

Para el ministro, «las niñas que juegan principal o exclusivamente a las cocinitas o a cuidar bebés, están entrenándose para dedicarse al cuidado de los demás; mientras que niños que aprenden que esos son ‘juegos de niñas’, entienden que tienen derecho a recibir esos cuidados y a no implicarse en esas tareas».

Tabla incluida en la guía del Ministerio de Consumo.
Tabla incluida en la guía del Ministerio de Consumo.

La guía de Alberto Garzón establece que el sexismo tiene «mil y un disfraces». «El sexismo no sólo está en los pasillos o los colores. Año tras año, va adoptando formas cada vez más sibilinas para pasar desaparecido y segmentar los juegos y los juguetes todavía más. Los propios nombres de los juguetes ya nos dan algunas pistas. ¿Usan diminutivos o superlativos? ¿Utilizan adjetivos referidos al aspecto físico o a la guerra? ¿Animan a quedarse muy quieta o a no parar quieto? ¿Cómo son los espacios que representan? ¿Se refieren a la emoción o a la razón? Hay que mirar más allá del rosa y del azul. Estas son algunas de las máscaras detrás de las que también se esconde el sexismo», reza el documento que, a continuación, reproduce una tabla con aspectos supuestamente sexistas para niñas y niños.

Así, enmarca dentro de ese «sexismo sibilino» hacia las niñas el empleo de diminutivos como «mini, peque, little, cochecito, casita, comiditas, merienditas, bolsito, blandito, hermanito, sillita o ratita», al tiempo que critica que en para los juguetes de niños se usen superlativos como «súper, mega, gran, colosal, gigante, hyper, massive, ultra, multi, extreme, colosal y maximun».

Otras de las cuestiones que censura la guía es el empleo de referencia a la moda, el glamour y la fantasía para niñas, mientras que para niños se priorizan las referencias bélicas y violentas. Por otra parte, también pone el foco en que para niñas se fomentan actividades estáticas y lentas versus las rápidas y de acción que se potencian entre los niños.

En este mismo sentido, también apunta a que se hacen diferencias entre los roles, así mientras para ellas son de «belleza y cuidado de personas», para ellos son de «acción, violencia y competición».

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