La fugada Ponsatí defiende su inmunidad europea en el Supremo para evitar su extradición por sedición

Clara Ponsatí
Clara Ponsatí

El letrado de la ex consejera del Gobierno de Cataluña y actual europarlamentaria, la fugada Clara Ponsatí, ha defendido este martes ante la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo que se retire la euroorden del Alto Tribunal en el que se solicita al Parlamento Europeo la retirada de la inmunidad de Ponsatí, paso necesario para una futura extradición. Tanto la Fiscalía del Supremo como la acusación popular ejercida por Vox se han mostrado contrarios a las pretensiones del letrado, Gonzalo Boye.

Según ha podido saber OKDIARIO por fuentes del Alto Tribunal, la vista ha durado muy poco, alrededor de unos 25 minutos, y eso que los magistrados le habían concedido 20 minutos a cada parte para las alegaciones. El motivo es que todos han asumido que la vista era “un mero trámite” teniendo en cuenta que el Supremo ya se ha pronunciado en las apelaciones presentadas por los otros dos fugados sobre el mismo tema.

Así, el Supremo ya rechazó en octubre de este año la apelación presentada por el ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el ex consejero Toni Comín, pero como han explicado las fuentes, “la defensa de Ponsatí no podía dejar de ir a la apelación y defender su postura, pues si hubiera renunciado podría parecer que está renunciando a un derecho”.

Trámite

Pero pese a las formalidades, todos los presentes asumen que la Sala de Apelaciones “mantendrá el criterio que ha seguido hasta ahora, lo contrario sería no sólo excepcional, sino un escándalo jurídico”, afirman. Por tanto, la defensa de los tres fugados sabe que la baza jurídica de cara a evitar una futura extradición está en que no se les retire la inmunidad a los tres europarlamentarios fugados de la Justicia Española.

Eso sí, Gonzalo Boye tiene una bala en la recámara al menos en el caso de Clara Ponsatí. El próximo día 1 de enero, Gran Bretaña dejará de pertenecer a la Unión Europea y, según las fuentes consultadas, Boye solicitará que la euroorden de extradición cursada contra su defendida deje de tener efectos prácticos ya que, al salir de la Unión, la forma de solicitar una extradición es la que se utiliza con países como Estados Unidos o Argentina, y no la Orden Europea de Extradición.

Si la jugada le sale bien a Boye, en el caso de Ponsatí, el proceso de extradición se podría ampliar muchísimo con respecto al de Puigdemont y Comín, pues habría que empezar de cero con una Orden de Extradición Ordinaria. Mientras que con los otros dos fugados, ambos residentes en países de la Unión Europea, los plazos se acortarían de manera sustancial, pues una vez retirada la inmunidad, sólo faltaría que los magistrados encargados del caso decidan si aceptan, o no, la petición de España.

Pero antes de llegar a ese punto, la Eurocámara todavía tiene que decidir si retira la inmunidad de los tres. La retirada del privilegio consta de cuatro fases, de las cuales sólo se ha procedido con la primera.

Las fases

La primera de las fases fue la reunión de la Comisión de Justicia (JURI), en la que los miembros expresaron de manera verbal sus posturas a la petición tanto del Supremo, como de España como país.

A principios de diciembre se tenía que celebrar la segunda fase, en la que los tres eurodiputados acuden ante la JURI y exponen sus argumentos, así como responden a las preguntas de los miembros de la comisión. En esta fase pueden ir acompañados de su letrado. Según la normativa europea ha de ser presencial, pero con el Coronavirus el presidente instó a hacerla semipresencial. Fue entonces cuando Gonzalo Boye inundó los correos electrónicos de los miembros con documentación en castellano y catalán. La falta de tiempo para traducir todo el papeleo llevó al presidente a posponer la reunión para enero de 2021.

Tras eso, llega la tercera fase, donde el ponente, el búlgaro Angel Dzhamnazki deberá elaborar un informe con las conclusiones de la comisión JURI. Una vez esté escrito ese informe, se dará traslado a todos los europarlamentarios que, ya en la cuarta fase, deberán votar a mano alzada si apoyan o no la retirada de la inmunidad. La historia reciente de la Eurocámara no juega a favor de los fugados, ya que en la anterior legislatura, de las 55 peticiones que hubo, solo cinco eurodiputados consiguieron mantener su privilegio.

Y se da la casualidad de que los cinco fue por el mismo motivo, porque habían realizado declaraciones que, según Bruselas, estaban amparadas por la inmunidad que otorga se miembro del Europarlamento. Unos hechos completamente diferentes a los de Toni Comín, Carles Puigdemont y Clara Ponsatí, cuya extradición está solicitada por un delito de sedición en concurso con uno de malversación.

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