El fraude de los visados: los marroquíes se hacen pasar por menores y los senegaleses por somalíes
Al no exigirse el visado de tránsito la policía desconoce el origen y la edad de los inmigrantes que llegan a Barajas
Un auténtico fraude se está produciendo cada día en el aeropuerto de Barajas con la llegada masiva de inmigrantes ilegales a los que no les piden los visados de tránsito. Estas personas, procedentes mayoritariamente de Marruecos y Senegal, aterrizan en el aeropuerto de Barajas y mienten sobre su origen o edad para poder entrar en España. Según ha podido conocer OKDIARIO a través de fuentes policiales, al llegar, muchos marroquíes se hacen pasar por menores para tener el tratamiento de menas y poder aprovechar las ayudas derivadas a estos inmigrantes. En el caso de los senegaleses, el engaño es sobre su lugar de nacimiento: estos alegan en el aeropuerto que son nacionales de países en conflicto como Somalia para poder pedir asilo y que este les sea concedido más fácilmente.
Concretamente, el modus operandi de estos últimos es el siguiente: vienen en un avión de la aerolínea Royal Air Maroc y durante el vuelo o a su llegada a Madrid se deshacen del pasaporte. Luego se hacen pasar por nacionales de algún Estado africano que esté en situación de conflicto para pedir asilo. Al no haber obligación de pedir los visados de tránsito la Policía no puede saber con exactitud de dónde vienen ni quiénes son por lo que los inmigrantes pueden mentir y cometer fraude para entrar en España.
El engaño que llevan a cabo los marroquíes es más intrincado. Estos inmigrantes embarcan en un vuelo de Royal Air Maroc con destino a Sao Paulo pero con escala en Madrid. A su llegada a la capital de España no continúan con el viaje sino que se deshacen de la documentación y en muchos casos se hacen pasar por menores para pedir asilo. La solicitud del visado de tránsito es el único método del que disponen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para revisar quién entra en España. Sin embargo, el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska no ha aplicado todavía su obligatoriedad desprotegiendo así la frontera aeroportuaria y facilitando la llegada masiva de inmigrantes ilegales.
En este sentido, las mismas fuentes han explicado a este medio que la exigencia de los visados de tránsito es vital para conocer exactamente quién está cruzando la frontera. «Con el visado de tránsito tendrían que ir a la embajada, les tomarían huellas y tendrían que pagar las tasas correspondientes», afirman. Exigir este tipo de visados, aseguran, evitaría asilos en fraude de ley, menas fraudulentos y demás situaciones que aumentase la ilegalidad en una situación ya de por sí irregular.
Los vuelos trampa
Los policías denominan «vuelos trampa» a los que desde hace tiempo aprovechan los inmigrantes para entrar en España de forma ilegal sin que nadie tome medidas al respecto.
Es algo tan sencillo como sacarse un billete para volar a determinados países con un vuelo que haga escala en Madrid. Los inmigrantes llegan de forma ilegal desde Senegal, Marruecos o Kenia. Allí embarcan con la Royal Air Maroc en Casablanca (Marruecos) con destino final a El Salvador, Viru Viru (Bolivia) o Sao Paulo, pero siempre en vuelos con escala en Barajas.
Los inmigrantes cometen fraude al aprovecharse de que esos terceros países de destino no les piden visado para entrar en su territorio, pero tampoco visados de tránsito en Madrid. Sólo en algunos casos se les exige que depositen 1.000 euros para entrar en esos países y siempre se les permite hacer escala en la zona internacional de Madrid, que en realidad es su objetivo principal.
Unos van directos al puesto fronterizo para pedir asilo y otros esperan en la zona internacional a que se haga de noche para trepar por las vallas contiguas al puesto fronterizo de la Policía en el interior de Barajas y entrar fácilmente y de forma ilegal en territorio español. Algunos intentan cruzar a la carrera por los puestos automáticos de pasaportes, otros se han fugado por ventanas o haciendo butrones en los falsos techos de las salas de asilo, donde acaban confinados y mezclados con los peticionarios del mismo.
Este método de entrada ilegal en España se ha popularizado tanto que el año pasado se batieron récords de peticiones de asilo en Barajas, y de llegadas de inmigrantes irregulares sin derecho a asilo, pero con el objetivo de entrar en España a través del aeropuerto de Madrid.
Tanto se ha popularizado que desde el verano del pasado las dos salas de asilo que AENA y el Ministerio del Interior disponen en las terminales 1 y 4 se ha visto desbordadas por completo. A pesar de la habilitación de una tercera sala provisional en la Terminal 2, destinada a mujeres y niños, la situación se ha convertido en un problema acuciante en el aeropuerto.