Las feministas de Montero sin careta: «No queremos que los agresores sexuales se pudran en la cárcel»
La periodista Irantzu Varela participó en una charla de Igualdad donde manifestó que el "feminismo no es punitivista"
Borja Sémper (PP) denuncia "este guirigay por parte de quienes tienen la responsabilidad"
Montero dice que las rebajas de pena son «minoritarias» con casi 400 agresores sexuales beneficiados
Montero claudica pero no dimite: «Estoy dispuesta a ceder, reformar la ley del ‘sólo sí es sí’ y subir penas»
La periodista Irantzu Varela participó el pasado domingo en un acto del Ministerio de Igualdad en defensa de la ley del sólo sí es sí, en el que afirmó que las feministas no quieren que los agresores sexuales «se pudran en la cárcel para siempre», en referencia al escándalo desatado después de que casi 400 delincuentes sexuales hayan visto rebajas sus penas en aplicación de esa ley.
Ante la mirada y el aplauso de la ministra de Igualdad, Irene Montero, así como de la ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, quienes también tomaron la palabra en ese evento celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Varela proclamó que el «punitivismo no es un discurso feminista».
«Nos están vendiendo una historia que no va con nosotras. Nosotras no queremos que se pudran en la cárcel para siempre. Primero, porque ya lo explicaba Angela Davis, que a la cárcel no van los peores, van los más pobres y los más marginados», afirmó la ponente sobre el escenario ante la atenta mirada de las dirigentes de Podemos. Y segundo, agregó, «porque de la cárcel los violentos y machistas sólo salen más violentos y más machistas».
«Nosotras queremos justicia feminista que implica verdad, repetición y garantía de no repetición», explicó, restando así importancia a los cientos y cientos de rebajas de penas a agresores sexuales. Algo que también hizo la propia Irene Montero, quien aseguró que las decisiones judiciales que han supuesto rebajas de penas son «minoritarias» y son fruto de una «mala» aplicación de la ley por parte de los jueces.
Esa postura antipunitivista ya ha sido defendida en anteriores ocasiones por Rosell, quien hace escasos días afirmaba que «el punitivismo no sólo no da más seguridad a las mujeres, sino que nos la quita».
«Tenemos un marco muy organizado a nivel europeo e internacional, como en EEUU y Brasil, de véndeme tu libertad a cambio de una falsa seguridad y de un punitivismo que no tiene nada que ver con la defensa de los derechos humanos, porque de hecho es contrario a ello. El punitivismo no sólo no da más seguridad a las mujeres, sino que nos la quita», defendió la alto cargo de Igualdad en una entrevista en el programa La Cafetera, en Radiocable.com.
Por otro lado, la periodista señaló en el evento de Podemos del pasado domingo que esta «no es la ley de Irene Montero, ni del Ministerio de Igualdad, de este Gobierno, ni de este partido -Podemos-«, sino «la ley de todas las mujeres que nos hemos organizado y de todas las que llevamos la vida poniendo nuestros cuerpos».
Sémper: «Lo querían»
En este contexto, el portavoz del Comité de Campaña del PP, Borja Sémper, en rueda de prensa en Génova y a pregunta de OKDIARIO sobre tales afirmaciones, denunció este lunes que las responsables del Ministerio de Igualdad «primero dijeron que no iba a ver rebaja de penas; después que era culpa de magistradas ‘machistas’; tercero, que si se hacía un recuento y se daba a conocer las rebajas que existían, que hay un contubernio mediático, judeomasónico, que lejos de mirar para otro lado evidencia lo que está sucediendo; y ahora la última es que ‘bueno, no pasa nada, que en el fondo lo queríamos, porque consideramos que el punitivismo no era razonable’», fue desgranando el dirigente popular.
«Ningún modelo de derecho penal, ninguna técnica legislativa, recomienda estos cambios de opinión, estos intentos de desviar la atención y este guirigay por parte de quienes tienen la responsabilidad y manejan un vehículo muy importante, como es un Gobierno, que es difícil de maniobrar y por eso necesita mucha pericia y mucha sensatez», señaló Sémper.
Sin embargo, «aquí lo que tenemos es un juego partidista, de pancarta continua, pero a la hora de la verdad, la sustancia no se ve por ningún lado, y cuando se ve, es negativa, para mal», apostilló.
La ministra de Igualdad se abrió este fin de semana a modificar la ley, tal y como quiere su socio de Gobierno, el PSOE, e incluso a «subir algunas penas» pero, siempre y cuando, no se cambie el «modelo» del «consentimiento en el centro» y se vuelva al «modelo de la violencia y la intimidación».
Montero criticó la propuesta de reforma del texto legislativo hecha por el PP -y ahora copiada por el PSOE- en la que, según explicó, se vuelve a tipificar dos delitos, como en el modelo anterior, pero en lugar de llamarse agresión sexual -cuando existe violencia e intimidación- y abuso sexual -cuando no existe-, ambos se llaman «agresión» pero en uno media esa violencia y en el otro, no.