Évole convierte su programa en un escaparate de propaganda de los separatistas

Gabriel Rufián
El diputado de ERC Gabriel Rufián, en el programa de Jordi Évole.

Un gigantesco engaño, el capricho de un puñado de políticos corruptos, que ha roto la convivencia y la estabilidad económica de Cataluña. El ex presidente Artur Mas, el ex conseller Toni Comín, la ex diputada de la CUP Anna Gabriel y otros líderes del golpe de Estado separatista han reconocido, en declaraciones al periodista Jordi Évole, que engañaron a dos millones de catalanes: en todo momento eran conscientes de que no tenían la capacidad de dar a sus seguidores la república que les habían prometido durante años. Y por eso Carles Puigdemont optó por hacer las maletas y huir de España.

Coincidiendo con el primer aniversario de la fallida declaración de independencia de Cataluña, La Sexta ha emitido el programa «Salvados: El Dilema», que Jordi Évole ha convertido en un escaparate de propaganda para los separatistas. El periodista ha viajado a Bélgica y Suiza para entrevistar a los políticos separatistas que huyeron de la Justicia. En cambio, la presencia de representantes del PP y del partido más votado en Cataluña, Ciudadanos, ha sido testimonial.

Pero el resultado no puede ser más desalentador para la causa separatista. La confesión más descarnada ha sido la de Anna Gabriel, que tras el golpe de Estado huyó a Suiza: «Yo particularmente soy consciente de que no va a haber una implementación efectiva de la república». ¿Y por qué no lo explicaron?, le pregunta Évole. «Nosotros en más de una ocasiones explicamos lo que se podía explicar», afirma la ex diputada de la CUP, «pero muchas veces se nos acusaba de que contribuíamos a desanimar, a desalentar…» Había que mantener la mentira hasta el final.

También el ex presidente Artur Mas ha reconocido, a regañadientes, el engaño: «No puedo negar que hay personas que pudieron tener la impresión de esto iba a ser una realidad tangible inmediata, y se encontraron que no era así y se han sentido engañadas». Sin un ápice de autocrítica, el impulsor del procés ha sentenciado: «De aquellos vientos se han recogido estas tempestades».

A través de varias entrevistas, el programa ha reconstruido las horas previas a la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017 y los intentos de mediación que se produjeron para evitar la catástrofe final, lo que el líder de los socialistas catalanes Miquel Iceta define como «una tragedia griega».

El empresario Joaquim Coello ha relatado el viaje al País Vasco que realizó, junto a otras tres personas, para pedir la mediación de Íñigo Urkullu. Atendiendo a esta petición, el lehendakari telefoneó a Puigdemont para convencerle de que convocara elecciones autonómicas y se olvidara de declarar la independencia. Sin embargo, el presidente de la Generalitat planteó una exigencia imposible: que Jordi Cuixart y Jordi Sánchez fueran puestos en libertad. Una decisión que correspondía en exclusiva al juez y que por tanto no estaba en manos del Gobierno de Rajoy.

También el ex presidente José Montilla ha relatado los contactos que mantuvo con Puigdemont para que renunciara a seguir adelante con el golpe de Estado: «Cuando le pregunté qué canales mantenía abiertos con el Gobierno, me dijo que no hablaba con nadie. Me pareció dramático».

En la madrugada del 27 de octubre, el periodista Manuel Campo Vidal actuó como interlocutor del entonces conseller de Empresa y Conocimiento Santi Vila, quien le transmitió la disposición de Puigdemont a renunciar al proyecto de independencia, si el Gobierno de Rajoy le garantizaba que no aplicaría el artículo 155. «Hice llegar este mensaje a Pedro Sánchez, María Dolores de Cospedal y Albert Rivera, que me dijo: el problema es que ya nadie se fía de Puigdemont. A ver si se da cuenta de que se juega su libertad y su patrimonio», ha relatado Campo Vidal.

Tras constatar que Puigdemont hacía inviable el acuerdo, Santi Vila presentó su dimisión como conseller en la madrugada del 27 de octubre. Repudiado por los medios de comunicación independentista, hoy no tiene inconveniente en hacer autocrítica: «Aún me pregunto cómo fuimos tan negligentes, tan incapaces».

Pero fue el diputado de ERC Gabriel Rufián quien hizo inviable el acuerdo, al difundir en la misma mañana del 27 de octubre un tuit acusando a Carles Puigdemont de traidor: «15 moneda de plata». Cínicamente, Rufián ha asegurado ahora en el programa de Évole que no se refería a Puigdemont, sino al PSOE y al PNV.

El propio Artur Mas ha confirmado que Puigdemont rompió el acuerdo y renunció a convocar elecciones, porque miles de independentistas habían comenzado a abuchearle ante el Palau de la Generalitat al grito de: «¡traidor!». «Pasar por traidor en beneficio del bien de la comunidad uno se lo puede tragar. Pero que además de traidor te quede cara de tonto, eso es más difícil de asumir», afirma Mas. Puigdemont prefirió declarar la independencia y a continuación huir de España, lo que provocó que el juez enviara a prisión a Oriol Junqueras y la mitad de sus consellers. «Una tragedia griega», dice Miquel Iceta.

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