El Estado Mayor se inclina por retirar a los cascos azules de Líbano: «La misión ya no tiene sentido»
Aumentan las voces críticas con la misión en el alto mando español, ante la previsión de un conflicto abierto de Israel y Líbano
Mientras Israel insta a la ONU a retirar a sus cascos azules de la frontera con Líbano, señalando que se han convertido en «escudos humanos» para Hezbolá, el debate sobre la continuidad de la misión se ha instalado en la cúpula militar española. Mientras la línea oficial sigue apostando al apoyo a la operación, cada vez se oyen más alto las voces de quienes en el Estado Mayor apuestan por una retirada progresiva de la misión y de los 650 efectivos que España tiene en la base de Miguel de Cervantes en Marjayún (Líbano), uno de los sectores por los que ha penetrado la ofensiva terrestre israelí contra el grupo terrorista de Hezbolá.
«Ya no tiene sentido en los términos actuales», confiesa a OKDIARIO una fuente de alto nivel de las Fuerzas Armadas españolas. Un sentir que, confiesa, es cada vez mayor entre el generalato, tras constatar que los objetivo de la misión «han saltado por los aires en cuanto se ha dado el enfrentamiento abierto entre Israel y Hezbolá. Aquello es una fuerza de paz, y ya no hay paz, nuestro rol ha cambiado radicalmente».
En un breve resumen de la situación, estas fuentes confirman que «la misión tiene sentido si ambas partes respetan el papel mediador de la ONU, algo que no está ocurriendo en este momento. Por lo que todos los efectivos que hay en la zona están atrapados entre dos fuegos». Los informes de inteligencia que llegan de Líbano al Estado Mayor no presagian que la situación vaya a mejorar.
Sin embargo, y pese a que la situación ha sido ampliamente debatida en varias reuniones de alto nivel, donde se han puesto sobre la mesa las cuestiones estratégicas, el Gobierno y Defensa han confirmado que la misión continuará. Al menos, mientras la ONU no diga lo contrario. «No habrá una retirada unilateral, eso nunca, descartado», explican las fuentes consultadas. Al ser preguntadas por la misión de Irak, en la que sí se produjo una retirada de forma unilateral en 2004, la actual del Líbano es diferente: «Es un mandato de la ONU, no cabe ningún tipo de decisión unilateral».
Pese a ello, dicen, la visión militar española sobre esta misión -cada vez más mayoritaria en el alto escalafón- es similar a la que llega de otros países de nuestro entorno. Italia e Irlanda, dos de las naciones que aportan cascos azules a la misión y que también ocupan posiciones complicadas a día de hoy, también debaten sobre la continuidad de los cascos azules de la Finul. «Al menos, en los términos actuales», explican. La situación se agravará, indican,»si empieza a haber muertos entre los nuestros».
Este mismo lunes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, señaló que «es inaceptable que se vulneren las normas del derecho internacional; que se ataque a una misión de la ONU. Vamos a continuar allí porque tenemos un compromiso firme con la paz y con Líbano».
Aviso de Israel
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha instado al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, a retirar a cascos azules de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul) de la frontera con este país, argumentando que se han convertido en «escudos humanos» para los terroristas de Hezbolá. Netanyahu afirmó que la presencia de la Finul en las zonas controladas por Hezbolá pone en riesgo tanto a los soldados israelíes como a los propios cascos azules.
La petición de Netanyahu se produce tras una semana de incidentes en los que al menos cinco miembros de los cascos azules de la Finul resultaron heridos en Líbano, en hechos atribuidos a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante sus operaciones contra Hezbolá. El 10 de octubre, dos efectivos de cascos azules fueron heridos por el impacto de un proyectil israelí en su cuartel general en Naqoura, y al día siguiente, otros dos pacificadores resultaron heridos en un nuevo ataque israelí. Las FDI admitieron haber disparado en la zona y anunciaron una investigación, mientras reiteraban su demanda de que los cascos azules de la Finul se retiren de Líbano, algo que la ONU ha rechazado.
Netanyahu criticó duramente las negativas de la Finul a retirarse, argumentando que su permanencia en la región favorece a Hezbolá y los convierte en rehenes del grupo terrorista. Además, aprovechó la ocasión para arremeter contra algunos líderes europeos que han denunciado los ataques israelíes, acusándolos de presionar «a la parte equivocada» al exigir contención a Israel en lugar de criticar a Hezbolá.
En particular, Netanyahu señaló que Hezbolá utiliza a la Finul como escudos humanos, de la misma manera que Hamás en Gaza emplea a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), acusando a esta última de colaborar voluntariamente con el grupo islamista. Aunque no mencionó nombres específicos, estas críticas llegan después de que Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, condenara los ataques israelíes y denunciara que se había cruzado «una línea peligrosa» en Líbano.