ERC y PDeCAT se llevan 43 millones en las enmiendas de los Presupuestos de Sánchez, el PNV 32 y Bildu 28
Pedro Sánchez saca adelante unos Presupuestos irreales, cuyas previsiones no encajan ni de lejos con las de Bruselas, pero que le facilitan la supervivencia política. Pero esos Presupuestos se han convertido en toda una competición de chantajes por parte de los socios de Sánchez. ERC y PDeCAT han sacado 43 millones; PNV, 32; y Bildu, 27,8. Son los nuevos líderes del ranking del saqueo, si se descuentan las ayudas a Canarias orquestadas por la devastación del volcán.
Se ha tratado en total de un mercadeo de 295,52 millones de euros. Que ha servido para engrasar alianzas electorales y contentar a los socios que sostienen en el Gobierno a Pedro Sánchez. Las partidas han sido de lo más variadas: desde proyectos de digitalización en euskera, hasta cinematografía en lenguas cooficiales, pasando por ayudas Monasterio de Poblet, al Centro Deportivo de Tortosa, al Archivo Provincial de Tarragona o al pan contra el ruido de localidades catalanas.
Pero los conceptos son lo de menos. La cuestión está en que lo pedían los aliados de Sánchez y ese argumento bien vale unos cientos de millones. El reparto dibuja, de este modo, una sangría presupuestaria -pagada con los impuestos de todos los españoles- plasmada en el siguiente ránking: 43 millones para ERC y PDeCat (muchas de las enmiendas que pedían coincidían, con lo que la cesión ha sido a ambas formaciones); 32 millones para PNV; 27,8 para Bildu; 97 para Nueva Canarias (aunque en este caso hay que tener en cuenta que se encuentran ahí inmersas ayudas por la devastación del volcán); 17 millones para Teruel Existe; y 13 para Compromís. Traducido: si no tienen un partido nacionalista o, al menos, regionalista, la población del resto de comunidades autónomas se quedan sin entrar al reparto de casi 300 millones de euros anuales.
Y todo ello sin contar con el desequilibrio ya inicial del proyecto de Presupuestos. Traducido a territorios, es aún más fácil de ver esta conclusión: Cataluña logra en este chantaje 43,51 millones; País Vasco, 41,9 millones; Aragón, 17,7 millones; y Comunidad Valenciana, 13,3 millones. Y el resto de territorios, a años luz.
Alianzas electorales
Este ha sido el colofón a unos Presupuestos que nacieron como un mero mecanismo de engrase de alianzas electorales. Así, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenía encarrilados los Presupuestos Generales del Estado para 2022 desde el mes de octubre gracias a sus socios nacionalistas, separatistas y proetarras y a las cesiones ante todos ellos. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, aseguró hace ya un mes su acuerdo con el Ejecutivo socialcomunista para la cesión «íntegra» al País Vasco de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y se mostró «optimista» sobre la posibilidad de alcanzar más pactos con el Gobierno de Sánchez en materia de inversión, infraestructuras y digitalización durante la fase de enmiendas parciales. Todo ello lo ha conseguido.
Por su parte, Esquerra Republicana ha conseguido «blindar una cuota de producción en catalán» en la nueva Ley Audiovisual, principal exigencia para no vetar las cuentas del Gobierno junto a la cesión del Ingreso Mínimo Vital como en el País Vasco. Todo ello, más unas inversiones en infraestructuras que duplican las de Madrid, ha sido conseguido.
En cuanto a Bildu, los proetarras ya anunciaron que no iban a presentar enmienda a la totalidad hace tiempo y en octubre subrayaron que las negociaciones iban a “buena marcha” de cara a las enmiendas parciales. Las palabras de Arnaldo Otegi en un foro interno fueron reveladoras: «Si para sacar a 200 presos hay que votar los Presupuestos, los votaremos», manifestó. Todo ello está ya pactado, junto a más de 27 millones en enmiendas adicionales.