CATALUÑA

Los empresarios catalanes quieren a Junts en el Govern de Illa para frenar la voracidad fiscal de Sánchez

Los empresarios creen que la presencia de Junts en el Govern frenaría la presión fiscal del PSC

Junts
Salvador Illa, este jueves, saludando al empresario Javier Faus en Barcelona.
Joan Guirado

Los mismos empresarios catalanes que presionaron a Junts para llegar a un acuerdo con el PSOE, tras las elecciones generales del pasado 23 de julio, quieren ahora que el partido de Carles Puigdemont gobierne junto a Salvador Illa la Generalitat. El empresariado apuesta por un pacto sociovergente, en este caso, del PSC con Junts, como el que dirigió la Diputación de Barcelona para frenar la voracidad fiscal de Pedro Sánchez.

Varios de los principales empresarios catalanes, consultados este jueves por este periódico, señalan que «el PSC puede aportar estabilidad a Cataluña» toda vez que rechazan una repetición electoral. También admiten su temor a que «si el PSC gobierna en solitario, por eso, podemos sufrir la misma presión fiscal que ya sufrimos en el Estado con los impuestos autonómicos». Por eso apuestan por «un contrapeso moderado de Junts».

Existe un miedo generalizado entre los empresarios, reunidos esta semana en Barcelona, a que un gobierno del PSC que depende de ERC y los Comuns pueda aumentar la presión fiscal a las empresas. Cataluña «es cada vez menos competitiva», explica un empresario del sector de la construcción, «por la cantidad de impuestos» que deben pagar las sociedades.

La Generalitat es una de las autonomías en la que más impuestos propios se pagan, tal como denunció en campaña electoral Isabel Díaz Ayuso. Entre otros, este 2024, los empresarios han tenido que hacer frente al impuesto sobre grandes establecimientos comerciales, sobre la emisión de gases y partículas a la atmósfera producida por la industria o cánones sobre la deposición controlada de residuos de la construcción.

Esta cantidad de impuestos que no existen en otras comunidades, como Madrid o la Comunidad Valenciana, ambas en manos del PP, ha provocado que varias empresas que movieron sus sedes sociales a esas regiones durante el procés descarten por ahora volver a Cataluña.

Los socialistas de Salvador Illa, que apuestan por que todos los impuestos que se generan en Cataluña los recaude la Generalitat y los transfiera al Estado, pretenden implementar medidas contra el dumping fiscal de otras comunidades autónomas entre las primeras acciones, si llegan al Govern.

Junts, por su parte, propuso en campaña electoral una batería de rebajas y bonificaciones de impuestos, que incluyen la deflactación de un 5% de todos los tramos del IRPF, la exclusión del impuesto de sucesiones y la revisión o supresión del impuesto sobre el patrimonio –que el partido tilda de injusto–.

Nueva financiación

Este miércoles, en la inauguración de la reunión anual del Cercle d’Economía, el president en funciones, Pere Aragonès, reivindicó un gran pacto de políticos y empresarios para acordar un nuevo modelo de financiación para Cataluña con el Estado. En su opinión, «el país lo necesita». Una reivindicación que secundan algunos de los principales empresarios catalanes.

Aragonés, que abandonará la política activa cuando sea relevado como jefe del gobierno autonómico, advirtió que «o hay un acuerdo clave y significativo para un cambio en la financiación de Cataluña o la Cataluña de los 8 millones (de habitantes) no la podremos pagar».

Antes de los comicios, Aragonés hizo pública su propuesta de financiación «singular», inspirada en los modelos vasco y navarro, que contempla la recaudación y gestión de todos los impuestos y una suerte de «cupo» para sufragar inversiones estatales.

El Rey Felipe VI, que ha participado este jueves en las jornadas económicas, sin que ningún miembro del Govern de Aragonés le recibiera ni le acompañase durante su estancia, ha apelado a todos los actores a seguir trabajando unidos para hacer un país y una UE más fuerte.

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