FUERZAS ARMADAS

EEUU corta a España el acceso a su inteligencia militar tras el desplante de Sánchez en el mar Rojo

Peticiones de información en misiones internacionales que se quedan en el limbo y reproches en reuniones

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Cada acto tiene consecuencias, y muy especialmente en el terreno de la diplomacia. El desplante de España a Estados Unidos al negarse Pedro Sánchez a formar parte de la coalición internacional para asegurar el mar Rojo, donde los ataques de los hutíes amenazan el tráfico marítimo mundial, ya deja notar sus efectos. La colaboración entre ambos países en materia de inteligencia militar se ha visto afectada y en algunas misiones, incluso restringida directamente. Donde antes había puertas abiertas, ahora se dan largas. Y los reproches en reuniones bilaterales son cada vez más habituales.

España pierde crédito internacional a marchas forzadas. En apenas dos meses, el Gobierno de Pedro Sánchez logró enemistarse diplomáticamente con Israel, recibir la felicitación del grupo terrorista Hamás, dar la espantada a la misión de EEUU para proteger el mar Rojo, recibir la felicitación de los hutíes y, por último, dejar boquiabiertos a sus socios europeos oponiéndose, también, a enviar a los buques de la Operación Atalanta -que España dirige- a la zona del conflicto. Pero todo tiene consecuencias.

A consecuencia de esta última crisis, la del mar Rojo, las Fuerzas Armadas ya han visto afectada su operatividad habitual. Al menos, según ha podido saber OKDIARIO, en el terreno del intercambio de información e inteligencia militar.

Hace unas semanas, España solicitó al más alto nivel a EEUU una «información reservada» sobre un «asunto delicado» relacionado con la misión internacional Inherent Resolve de Irak, donde aún hay un importante contingente español formado por 170 militares. La petición surgía de las más altas instancias del Estado Mayor de la Defensa, pero ni con esas: no ha habido respuesta, a pesar de que la solicitud era apremiante.

No es el único caso: fuentes militares relatan episodios similares en otros puntos del globo y también directamente entre Madrid y Washington. Asuntos que antes se solucionaban con una llamada, ahora requieren ingentes cantidades de trabajo, y no siempre terminan dando frutos.

La relación bilateral, constatan en las Fuerzas Armadas, se ha resentido sin que ellos puedan hacer nada. Culpan a la sintonía decreciente entre los gobiernos de Pedro Sánchez y Joe Biden.

Reproches en reuniones

«Nadie le ha dicho a España ‘mira, ya no colaboramos’, esto no funciona así. Es una cuestión de gestos y de lo que se trasmite cuando hay reuniones de trabajo de la OTAN. Allí es donde coinciden oficiales aliados, los de nivel medio, y hablan. Ahí es donde se unen puntos y se entienden las cosas. Luego eso se eleva a Defensa y ya ellos analizan o sacan sus conclusiones, pero nosotros tenemos las nuestras», explican fuentes militares preguntadas al respecto por OKDIARIO.

Relatan que las situaciones que están viviendo en algunas misiones, en las que la inteligencia militar estadounidense ha dejado de colaborar, no son fruto de coincidencias. Y que eso ha quedado claro en esos encuentros de oficiales por el tono empleado en reproches. No orientados hacia las Fuerzas Armadas españolas, sino «a quien da las órdenes». Al Gobierno, sucintamente.

«Las relaciones no son lo que eran ni mucho menos. Durante este Gobierno ha habido momentos de muy buenas relaciones, como las que hubo tras la retirada de Afganistán, donde los nuestros colaboraron intensamente, y eso lo agradecieron», explican. Pero lo ganado entonces se ha perdido ahora. Al menos, temporalmente.

Primero fue la Casa Blanca

A principios de este 2024, apenas dos semanas después de la polémica espantada española de la misión del mar Rojo, el Gobierno de Sánchez ya constató que algo no marchaba bien. La Casa Blanca ni siquiera ofreció a España sumarse al grupo de importantes países europeos que lanzaban un ultimátum a los rebeldes para que pongan fin a los ataques navales. No hacía falta aportar medios, sólo posicionarse con el resto de los países, pero España no tuvo ni la oportunidad.

hutíes misil
Miembros de los rebeldes hutíes en Yemen (Foto: EP)

En ese comunicado sí figuraron países como Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica o Italia. Éste último no aportó tampoco medios militares a la misión, pero su negativa se realizó de tal manera que no soliviantó a Washington.

Fuentes diplomáticas advierten que este tipo de gestos tienen un significado muy profundo en la relación y confianza entre países. Especialmente cuando es Estados Unidos quienes los lanzan. España, en pocas palabras, ya no es de fiar para la Casa Blanca.

Moncloa dinamitó la misión

Fue el pasado jueves 21 de diciembre cuando la posición de España ante la UE sorprendió a prácticamente todos los socios que participaban de la decisión: el Gobierno de Pedro Sánchez se negó in extremis a que la Operación Atalanta, que ahora vigila la piratería en aguas del océano Índico, pasase a reforzar también la seguridad en el mar Rojo para evitar los ataques de los rebeldes hutíes a los mercantes internacionales que transitan por esa zona marítima.

Moncloa tomó la decisión de dinamitar esa posible redefinición de la operación militar tras constatar que España estaría al mando de ella, que eso supondría tener que tomar la decisión de entrar en combate y que Sumar, su socio prioritario del Gobierno, se negaba a respaldar la misión.

En todo ese tablero de ajedrez geopolítico, España podría haber jugado un papel fundamental: como actual líder de la Operación Atalanta, que se dirige desde Rota a cargo de un vicealmirante de la Armada, España ostentaría el poder de esa misión en caso de que se redefiniesen sus objetivos. Pero esa «letra pequeña», la del mando -y la responsabilidad en la toma de decisiones-, no la conocía Moncloa tal y como explican las fuentes militares consultadas.

Por ello, el pasado 21 de diciembre, durante una reunión extraordinaria del grupo Relex de consejeros de Relaciones Exteriores de la UE que deciden la política de acción exterior europea, el consejero español anunció el no a esa redefinición de la Operación Atalanta. Un veto que se impuso a los otros 26 síes y dio al traste con la misión. Todo, explican quienes conocieron detalles de como se cocinó el giro radical de posición, se produjo después de que Moncloa analizase la propuesta al detalle y la pusiese en conocimiento de la vicepresidenta del Gobierno y socia prioritaria de Sánchez, Yolanda Díaz. 

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