La edad es sólo un número: erradicar el edadismo para construir una sociedad para todos

Alrededor del 50% de la población percibe que hay discriminación por edad a personas de 55 años o más

Una de cada tres personas, reporta haber sufrido experiencias de edadismo, según la ONU

edadismo
Personas mayores paseando y charlando con alguien más joven. © Fundación "la Caixa"
María Villardón

Para frenar cualquier acción discriminatoria es esencial identificar qué estamos haciendo mal. Ser conscientes de que, en algunas ocasiones, a veces de manera involuntaria, discriminamos a los demás por cuestión de edad, e incluso nos autocensuramos a nosotros mismos, dejándonos llevar por unos prejuicios que debemos desterrar para siempre y vivir con plena libertad. Sólo así conseguiremos despojarnos de limitaciones propias y ajenas, y disfrutar de un momento vital muy interesante y lleno de nuevas experiencias.

Esta problemática social de discriminación por la edad, sobre todo cuando hablamos de la vejez, siempre ha existido, según los expertos en envejecimiento, aunque se le ha puesto nombre de manera relativamente reciente: edadismo.

El término edadismo se acuña ya en los años 60 por el gerontólogo Robert Butler, pero es en 2022 cuando la RAE lo incorpora a nuestro diccionario de la Lengua –»Discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores»–, y lo hace tras la publicación del Informe Mundial sobre el  Edadismo de la ONU en 2021.

Un obstáculo para la salud y el bienestar

Un señor y una señora aprendiendo más sobre las nuevas tecnologías. © Fundación «la Caixa»

Este informe, entre otros aspectos, determina que la discriminación por edad ocasiona daños y desventajas sobre las personas, y menoscaban la solidaridad intergeneracional. Señala, además, que el edadismo perjudica la salud y bienestar, y constituye un obstáculo importante para la conformación de políticas eficaces, así como la adopción de medidas relativas al envejecimiento saludable.

Vânia de la Fuente-Núñez, médico, experta en edadismo y miembro de la asociación de becarios de la Fundación ”la Caixa”, afirma que «ahora se habla de edadismo, hace unos años no aparecía en ningún sitio. Y creo que jugó un papel fundamental este informe de la ONU, ya que este tipo de análisis son muy poderosos porque ayudan a visibilizar problemas que han sido ignorados por la sociedad».

En este momento, destaca la experta, «hay 93 países que tienen implementadas estrategias para combatir el edadismo y más de 100 países que tienen legislaciones para prohibir la discriminación por edad. En la región de las Américas, por ejemplo, se ha creado la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que es el primer instrumento jurídico vinculante que asegura, protege y promueve los derechos en la vejez».

¿Qué es el edadismo y cómo se manifiesta?

Expone de la Fuente-Núñez que «el edadismo es una forma de discriminación hacia otras personas o hacia nosotros mismos, en función de la edad, y es un cómputo de tres cosas: prejuicios –nuestra manera de sentir–, estereotipos –nuestra forma de pensar– y discriminación –nuestra manera de actuar–».

Aclara también que el edadismo lo «podemos sufrir a lo largo de toda nuestra vida, pero es verdad que las experiencias se concentran sobre todo en dos etapas: la juventud y la vejez. Por ejemplo, en Europa sabemos que una de cada tres personas, reporta haber sufrido experiencias de edadismo y que son las jóvenes y las mayores las que más lo acusan».

Una de cada tres personas, reporta haber sufrido experiencias de edadismo, según la ONU

De hecho, asegura de la Fuente-Núñez, que «no hay país que se libre de ser edadista, pero sí ha quedado demostrado que hay una mayor tasa de situaciones de edadismo en países con ingresos bajos y medianos-bajos, incluidos países del sudeste asiático y africanos. Esto sorprende por los tópicos que señalan que son culturas donde hay un gran valor de piedad filial, que establece que debemos cuidar de nuestros padres en la vejez, y a menudo se piensa que esto es incompatible con la existencia de edadismo en estos lugares».

En España, afirma la misma especialista, «alrededor del 50% de la población percibe que hay discriminación por edad a personas de 55 años o más. Aunque no tenemos datos sobre edadismo hacia la gente joven, la cantidad de personas de esta franja que reportan haberlo sufrido nos hace creer que la cifra puede ser similar».

Derribar prejuicios nos abre la mente

Ante este escenario, se requiere de compromisos y coordinación entre los diferentes agentes sociales para impulsar políticas y estrategias eficaces que pongan punto final a las acciones edadistas que nos rodean cada día y que, además, sufren millones de personas en el mundo. En este sentido, cabe relatar que la Fundación ”la Caixa” lleva años trabajando para dar visibilidad a la problemática del edadismo, a la vez que intenta combatir sus negativas consecuencias en las personas, y lo hace a través de diferentes iniciativas enmarcadas en el Programa de Personas Mayores, acompañándolas en su proceso de envejecimiento y contando con su compromiso y participación para mejorar su bienestar y contribuir al bien común.

La última campaña que ha lanzado la Fundación ”la Caixa” está destinada a señalar y romper los prejuicios íntimamente ligados a la edad y subrayar ese edadismo que interiorizamos y manifestamos casi de forma innata, y lo hace a través de una pregunta: ¿Somos realmente conscientes de hasta qué punto juzgamos a las personas por su edad?

Se trata, en concreto, de un experimento social donde han juntado a ocho personas desconocidas con intereses muy diferentes. Cada una de ellas tenía en sus manos dos afirmaciones reales que pertenecían a alguno de sus compañeros, y sólo con la primera impresión debían adivinar a quién pertenecían.

¿A quién de los presentes le gusta hacer caldo? ¿Quién nada 450.000 metros al año? ¿Cuál de todos ellos tiene un huerto o acaba de terminar una carrera universitaria? ¿Quién ha creado una empresa y sus productos se venden en decenas de países? ¿Qué persona del grupo de autodefine como youtuber?

La edad es sólo un número

Lo que parecía un juego sencillo acabó siendo una demostración clara de cómo los estereotipos nos afectan y de cómo asumimos que ciertas cosas sólo están aceptadas o relacionadas con una edad determinada.

Y es que cuando nos dejamos guiar por los prejuicios, nos olvidamos de lo más importante: la edad no determina lo que una persona siente, quiere o le interesa. 

Hubo muchas sorpresas en las respuestas de los componentes de este grupo, mostrando que la edad es sólo un número. A todos nos une la diversión, las ganas de aprender y de compartir, demostrándonos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

Discriminación silenciosa

Una señora utilizando un ordenador. © Fundación «la Caixa»

Detalla de la Fuente-Núñez que «la edad», entre otros aspectos, «es una de las primeras cosas en las que nos fijamos cuando interactuamos con otra persona; sin embargo, lo único que nos indica la edad es el número de años que ha vivido. El edadismo surge cuando esta característica se instrumentaliza y se utiliza para categorizar y dividir, cuando pensamos que todas las personas que han nacido en una época determinada son de una forma y merecen un trato diferente. Eso genera una serie de problemas que vemos en todas partes, también en las relaciones que tenemos unos con otros e incluso con nosotros mismos».

En definitiva, el edadismo es una discriminación silenciosa que limita a las personas y las encasilla, impidiendo vivir con plenitud y acceder a actividades que las llenan, sólo porque tienen una determinada edad. Incluso, muchas personas empiezan a ser invisibilizadas, tanto en los espacios laborales como sociales.

María Eugenia Gorostiza, catedrática de Matemáticas jubilada y participante en el último debate Hablemos de edadismo. Cómo abordarlo para construir un mundo para todas las edades de la Fundación ”la Caixa”, un espacio donde se reflexionó y se expusieron vivencias y opiniones personales sobre esta problemática y cómo ponerle solución de manera progresiva, relata sus vivencias y las de su alrededor con respecto al edadismo. «En mi caso no lo he sufrido en el ámbito laboral porque soy funcionaria; pero sí lo he compartido y visto en amigas y familiares. He visto que, a partir de una cierta edad, como son los 50 años, empiezas a no pintar nada. Son momentos en los que se viven despidos masivos, arrinconamientos en la empresa, etc., e incluso, preparan actividades en grupo y dan por hecho que tú, por edad, no vas a querer. Pero, ¿por qué? Se dan por sentadas cosas que pueden no ser así», comenta.

«Jubilarte no es el fin de la vida», María Eugenia Gorostiza, catedrática de Matemáticas jubilada

Esta catedrática defiende también que «no hay una educación real para combatir el edadismo. En los institutos, espacios donde he trabajado, no he visto –ni veo– ninguna actividad formativa importante relacionada con mejorar esta problemática. A mí esto siempre me ha preocupado, ya que he percibido negacionismo hacia la existencia del edadismo».

En esta línea, añade de la Fuente-Núñez, «lo que sí que sabemos es que a los cuatro años ya somos conscientes de los estereotipos por edad que hay en nuestra cultura, y los vamos interiorizando y usando para guiar nuestros sentimientos y acciones hacia otras personas, y hacia nosotros mismos».

Deterioro emocional y físico

Dos señoras charlando y compartiendo experiencias. © Fundación «la Caixa»

No sólo el edadismo afecta negativamente a la parte emocional y cognitiva de las personas mayores, también se ha demostrado que la discriminación por la edad tiene un impacto nocivo sobre la salud y el bienestar durante la vejez. «Sabemos que el edadismo está asociado a una muerte más temprana. Un estudio hecho en EEUU determina que las personas que perciben el envejecimiento de forma positiva viven 7,5 años más», apunta de la Fuente-Núñez.

Asegura también que «afecta a la salud física y mental, como presencia de trastornos crónicos, hospitalizaciones, peor recuperación, depresiones –alrededor de seis millones de casos de esta dolencia mental están asociados al edadismo–, aceleración del sistema cognitivo, etc. Y por si fuera poco, también impacta en la calidad de vida, contribuyendo al aislamiento y la soledad no deseada. Por todo ello, considero que es un problema de salud pública».

Falta de concienciación

Sobre la existencia de la conciencia social alrededor de esta problemática, la experta en edadismo y envejecimiento, cree que «lamentablemente, no».

Y añade: «Empieza a haber cambios, pero se necesitan mayores esfuerzos para tomar esa consciencia, ya que muchas personas de la población no lo consideran un problema, sino como una tontería. En España, por ejemplo, el 10% de la población no cree que sea un problema y el 50% cree que no es un problema serio. Pero la evidencia nos dice lo contrario: es de gran magnitud y serio».

Hay iniciativas puntuales para hablar del edadismo, pero falta algo más formal, por eso es complicado que se materialicen las estrategias y políticas. «Las instituciones tienen un papel muy importante y deben abordar el edadismo y la relación con los demás desde momentos tempranos», comenta de la Fuente-Núñez.

María Eugenia también cree que «no debemos autoinfligirnos el edadismo, no podemos adoptar como propios los mensajes discriminatorios. Cuando te jubilas, te jubilas; no podemos dar por aceptado que es el fin de la vida, hay decenas de actividades y espacios donde predomina la comunicación en grupo, dependiendo de nuestras inquietudes hay muchísima oferta, como la red de centros de la Fundación ”la Caixa”».

“No caer en el paternalismo con las personas mayores”, Montse Celdrán, experta en Psicología del Envejecimiento de la Universidad de Barcelona

Subraya, asimismo, esta catedrática jubilada que «los médicos y los geriatras deben también impulsar que las personas mayores participen en actividades y no perder el contacto con la sociedad, y eso creo que también falta un poco por parte de la Medicina e, incluso, de la propia familia. Y echo de menos también campañas institucionales de concienciación sobre el valor que tienen en la sociedad, independientemente de la edad».

Y termina: «Tengo inquietudes y muchas ganas de seguir. Me ha acompañado la salud y me gusta tener la cabeza activa. La sociedad está preparada en este momento sólo para gente joven y guapa, y eso hace que, como decía, interiorices ese edadismo».

¿A tu edad?

Asimismo, Montserrat Celdrán, experta en Psicología del Envejecimiento de la Universidad de Barcelona, relata en la iniciativa Hablemos de edadismo. Hacia una sociedad más intergeneracional y diversa que en su día a día, muchas personas mayores «escuchan cosas como que a su edad no deberían hacer esto o lo otro, y lo acaban creyendo, se sienten menos útiles y válidas, y eso afecta a su salud emocional y física».

Al final, son las propias personas mayores las que interiorizan que es verdad y dejan de hacer actividades que les reportan bienestar, llegando a escuchar el mantra de «‘Yo soy mayor para…’, ‘Yo ya no tengo edad para..’ y lo que están haciendo, sin darse cuenta, es abonar esas ideas edadistas y dar pie a que los demás, efectivamente, digan: ‘Claro, no puedes aprender un nuevo idioma, o esta tecnología, etc.’», recuerda Celdrán.

Celdrán también llama la atención sobre la importancia de «no caer en el paternalismo con las personas mayores, creyendo que ellas, por su edad, no pueden tomar sus propias decisiones. Como hijos o personas que acompañamos a personas en la vejez, debemos aprender a respetarlas, aunque no estemos de acuerdo con ellas, y a escucharlas». Para ello, cree que sería positivo contar con un «manual del envejecimiento familiar para guiar a las personas en su labor de acompañamiento y apoyo necesario, y entender también nuestro propio proceso de vida».

Glosario sobre Edadismo de la Fundación ”la Caixa”

Este fenómeno del edadismo, que como vemos siempre ha existido como algo inherente al ser humano, bien por imposición sociocultural o propia, ha sido definido y puesto sobre la mesa como una problemática colectiva.

La Fundación ”la Caixa” lleva años hablando de edadismo, haciendo una labor de divulgación y concienciación para que cada día más personas sepan qué es y en qué consiste esta discriminación por edad; y también abriendo espacios de reflexión para poner en común la forma de combatirla, incluso poniendo el foco en aspectos concretos, como el uso adecuadodel lenguaje.

Porque, a veces, el propio lenguaje puede ser una trampa en la que todos caemos sin darnos cuenta. Por ello, la Fundación ”la Caixa” lanzó el Glosario sobre edadismo, donde se detalla el uso inadecuado de más de 300 palabras como abuelitojubilado o carcaentre otras, que denotan edadismo hacia las personas mayores cuando las utilizamos inadecuadamente,  ya que podemos infantilizarlos y despersonalizarlos.

Compartir experiencias

Una señora recitando. © Fundación «la Caixa»

Asimismo, desde la fundación impulsan actividades destinadas a gestionar situaciones de discriminación por edad, como es el Taller sobre edadismo: cómo detectarlo y prevenirlo, que se desarrollará en sus 634 centros propios y otros por convenio en toda España a partir de septiembre.

El taller pretende dotar de herramientas a las personas mayores para que puedan hacer frente a situaciones de edadismo y, a su vez, ser agentes activos en la realización de acciones de sensibilización en su entorno comunitario.

La propuesta constará de dos sesiones participativas que combinan actividades y dinámicas de conversación y reflexión, donde las personas mayores pueden compartir sus experiencias.

Todo ello con el fin de aumentar el conocimiento de las personas mayores sobre el edadismo; incrementar sus habilidades para gestionar este tipo de situaciones; identificar y disminuir las acciones y actitudes edadistas hacia uno mismo y hacia los demás, y aumentar la sensibilización comunitaria para hacer frente al edadismo. Abordando, además, temas concretos como el uso de la palabra y el lenguaje, los derechos de las personas mayores, o la importancia de la educación y el poder de la actividad intergeneracional.

Mirada al futuro

Mirar de frente a los retos sociales asociados a la vejez que nos rodean es la forma más segura de encontrar respuestas y construir un mundo adecuado para todas las edades.

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