Los díscolos del PSOE se reducen a una docena a 24 horas de la investidura de Rajoy

En vísperas de la votación definitiva a Mariano Rajoy, la incertidumbre sigue instalada en el PSOE. La postura entre la gestora y el sector díscolo es irreconciliable, lo que convierte la última sesión de la investidura en un polvorín para los socialistas.

La lista de los diputados dispuestos a desobedecer la resolución del Comité Federal que obliga a la abstención se ha reducido en las últimas horas. Actualmente, son doce los diputados que han anunciado que votarán en contra del candidato del PP. Los siete del PSC, Margarita Robles, Susana Sumelzo, Zaida Cantera, Odón Elorza y Rocío de Frutos. En duda están los dos de Baleares, la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela, María González Veracruz y el propio Pedro Sánchez.

El voto del ex líder del PSOE sería determinante y generaría un efecto arrastre que podría animar a algunos diputados, ahora indecisos, a decantarse por el ’no’, según fuentes socialistas.

Entre los díscolos hay un visible malestar por las formas de la gestora. Reprochan el escaso margen para consensuar una postura cómoda para todos- que pasaría, defienden, por la abstención técnica y limitada de once diputados- y también la carta enviada este miércoles por el portavoz, Antonio Hernando, para cercenar la “libertad de voto” o el voto en conciencia.

En la reunión de grupo que se celebró antes de la primera jornada de la investidura, fueron varios los contrarios a la abstención que se ofrecieron incluso voluntarios si ésta fuese de tipo técnico, como el valenciano José Luis Ábalos. Desde la gestora se rechazó ese debate, sostuvo el propio diputado.

La otra incógnita está en lo que pueda pasar una vez se consume la desobediencia. Desde la gestora se asegura que la decisión no está tomada. Es más, afirman, que ni siquiera se ha planteado. Las opciones van desde una sanción económica- los precedentes la sitúan en los 600 euros-o la expulsión del grupo, algo prácticamente descartado.

En esta última posibilidad influye y mucho la cercanía en escaños de Unidos Podemos. Perder diputados es el escenario que menos conviene en este momento a los socialistas, que deberán asumir el reto de reconstruirse desde el Congreso durante la próxima legislatura. Sin esos diputados, el número de escaños podría igualarse, o incluso verse superado por los de Iglesias y con ello se cedería también el liderazgo de la oposición.

Sin duda todas las miradas estarán puestas el sábado en Pedro Sánchez. Todas las opciones son complejas para el diputado socialista. La abstención-que prácticamente se descarta-supondría ir en contra de lo que ha venido defendiendo. Si mantiene el ‘no’ rompería la disciplina de voto, lo que sería interpretado como un nuevo reto a la actual dirección y cabe recordar que en su despedida como secretario general, Sánchez prometió mantenerse «leal» a la gestora. Si además decidiese renunciar a su acta, se complicaría su batalla por volver a liderar el partido en el próximo congreso.