Los desplantes de Podemos ponen a prueba a un PSOE cada vez más dividido a cuenta de la coalición
Varios dirigentes del PSOE reclaman a Sánchez un mayor marcaje sobre sus socios e incluso le animan a romper el acuerdo, algo que no está dispuesto a hacer


La relación entre el PSOE y Podemos es cada vez peor. Tanto, que en el Partido Socialista ya hay quien le exige al secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que rompa el acuerdo con Pablo Iglesias. Pero eso no va a ocurrir. Pese a las presiones, cada vez más crecientes, Sánchez se muestra convencido del funcionamiento de la coalición. Donde antes aseguraba «no poder dormir» ahora parece no querer despertarse del sueño.
Desde barones territoriales hasta ministros, pasando por dirigentes de la Ejecutiva federal, recelan cada vez más de sus socios de Gobierno. Casi una decena de personas muy cercanas a Sánchez le insisten en que el matrimonio con Podemos está causando estragos en el Partido Socialista. La desconfianza va in crescendo y hay poco que hacer. Un dirigente del PSOE lo resume afirmando que «sus escándalos e ineptitud a la hora de gobernar nos están arrastrando políticamente».
Por escándalos, en el PSOE se refieren a las causas judiciales abiertas contra la formación y contra su líder, Pablo Iglesias. La semana pasada, dos ministras, Carmen Calvo y Margarita Robles, defendían la comparecencia del secretario general de Podemos en el Congreso para dar explicaciones sobre la supuesta financiación irregular del partido. Calvo y Robles aseguraban que era un ejercicio de «transparencia» que Iglesias diera las explicaciones pertinentes en la cámara baja. El grupo parlamentario, por ordenes de Sánchez, rechazó esa posibilidad.
Además de las investigaciones que pesan sobre la cúpula de los morados, la inoperatividad de algunos de los ministros propuestos por Podemos, también desquicia a algunos veteranos socialistas. Estos dirigentes, algunos de ellos en el Consejo de Ministros y con más experiencia de Gobierno que sus socios, lamentan «lo difícil que es trabajar con ellos». Ponen la lupa sobre dos personas concretas: Irene Montero y Manuel Castells.
La ley de Igualdad, que la número dos de la formación morada exigió aprobar antes del 8 de marzo para capitalizar en la manifestación feminista y que estaba llena de errores, hasta el punto que ahora se tendrá que modificar, ha acabado la paciencia de algunos miembros de la dirección del PSOE. También con la de algunos altos cargos de Moncloa. Sobre Castells, básicamente, recuerdan que el ministro de Universidades «está desaparecido, nadie sabe nada de él».
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