Cifuentes: “Pablo Iglesias y todos los de Podemos son unos machistas»
Entrevista a entrevista, rueda de prensa a rueda de prensa, mitin a mitin, Cristina Cifuentes (Madrid, 1964) demuestra que está en el mejor momento político y personal de sus 52 años de vida.
Sus índices de aceptación se sitúan en niveles históricos y el accidente que le tuvo con un pie en el más allá es ya poco más de un triste recuerdo que, eso sí, le permitió hacer de la necesidad virtud. Quién le iba a decir aquel 21 de agosto de 2013 que tres años y medio después sería una de las políticas mejor valoradas de este país, que encima las encuestas le otorgarían mayoría absoluta y que la economía madrileña volvería a ir como un tiro.
La presidenta de Madrid es la crónica de una maratoniana que llegó a lo más alto en la madurez en un país en el que se jubila con menos de 50 a los grandes hombres y mujeres de la vida pública. Aunque no lo quiera reconocer, Cifu, como le llaman cariñosamente los suyos, aspira a todo. Mejor dicho, a TODO. Y cuenta para ello con una virtud que pocos conocen: una capacidad innata para no meter la pata.
Pregunta.- Supongo que estará temblando cuando supo que Íñigo Errejón puede ser su rival en la Comunidad de Madrid.
Respuesta.- ¿Temblando? para nada. Me parece una falta de respeto a los ciudadanos de la Comunidad que Podemos haya optado por mandar a Madrid a un paracaidista. Están utilizando Madrid como campo de reeducación del disidente político, se plantean si lo mandan a Siberia o a la Comunidad de Madrid. Es el Partido Comunista de toda la vida pero reconvertido en un partido populista absolutamente de izquierda.
P.- ¿Qué cree que conoce mejor Errejón, Caracas o Madrid?
R.- Creo que Caracas lo debe conocer bastante bien, no sé si él, pero sus compañeros han estado yendo allí bastantes veces, han ido, han dado charlas, han publicado sus libros, han recibido a través de la fundación CEPS dinero del gobierno de Venezuela.
«Creo que Errejón conoce Caracas bastante bien”
P.- Y no sólo cobró dinero de Venezuela, también de la Universidad de Málaga y por no ir a trabajar…
R.- Siempre están pontificando sobre la nueva política, la vieja, la casta, y luego ellos no son capaces de reconocer cuando comenten algún tipo de infracción o error. Por ejemplo, cuando Podemos ataca de forma permanente al alcalde de Alcorcón por unas palabras muy desafortunadas que yo además condené.
P. Pero él pidió disculpas…
R. – Sí y, sin embargo, no quiero pensar qué hubiera ocurrido si cualquier miembro del PP hubiera dicho lo que dijo Iglesias sobre Mariló Montero: «La azotaría hasta que sangrara». Esa es su doble vara de medir, y luego las mujeres de la formación calladas.
“Están utilizando Madrid como campo de reeducación del disidente político”
P.- Ese no fue el único episodio machista de Pablo Iglesias, también le dijo a una periodista «qué bonito abrigo de piel lleva», o a Andrea Levy que le dijo que «si se calienta con Miguel Vila le dejo el despacho».
R.- Pero no sólo Pablo Iglesias es machista, a muchos miembros de Podemos les sale el ramalazo. Yo recuerdo que hace no demasiado el concejal de Hacienda del Ayuntamiento, Sánchez Mato, se refirió a mí con una falta de respeto evidente, como «esa rubia de la coleta». Es más, produjo grandes risas de Rita Maestre que estaba delante. La única que me llamó fue la alcaldesa, cosa que le agradezco. Me dijo que era impresentable, una falta de respeto y educación. Un poquito de respeto, que a mí me han votado los ciudadanos y en mayor número que a él. Pero al final se retratan con este tipo de comentarios.
Comunidad y Ayuntamiento
P.- Cambiemos de tercio. ¿Qué nota le pone al gobierno de Carmena?
R.- No llegaría ni al aprobado. Madrid está más sucia que nunca. Las competencia de un Ayuntamiento son muy básicas y la primera de todas es limpiar las ciudades. El tráfico está bastante mal pero nos preocupa mucho más las ocurrencias del tipo de poner césped en el techo de los autobuses.
P.-¿Y qué le parece el equipo de la alcaldesa?
R.- En el ayuntamiento hay una mezcla de sectarismo ideológico que impide sacar determinados proyectos adelante, con falta de experiencia e incapacidad para gestionar, como en el caso del traslado del Atlético de Madrid a la Peineta.
«Madrid está más sucio que nunca»
P.- Vamos, que no tienen ni idea.
R.- Son incompetentes, creo que hay mucha incompetencia. Hay algunas personas bien intencionadas, como la alcaldesa, pero creo que el equipo no acompaña y hay una falta de experiencia evidente.
P.- Por ejemplo, Zapata.
R.- Zapata ni iría en mis listas porque no comparto prácticamente ninguna de las cosas que dice o hace este señor. Empezando por la apología de la ocupación, que es usurpación de inmuebles, de la propiedad privada, que es un delito tipificado en el código penal.
P.- ¿Qué le parece que el medio millón de votos de Ahora Madrid gobierne sobre tres partidos que suman un millón de votos?
R.- La responsabilidad última de que en Madrid esté gobernando Podemos es del PSOE, que no solo ha posibilitado el gobierno de Podemos sino que ha renunciado a gobernar. Tuvieron la posibilidad de gobernar no habiendo ganado las elecciones con el apoyo del PP y no quisieron.
Independencia de Cataluña
P.- ¿Qué opina de la manifestación en apoyo a Homs de este lunes en Madrid?
R.- Creo que el derecho a manifestación se tiene que poder ejercer pero otra cosas es ejercer coacción sobre un tribunal. Lo que tengo claro es que si fuera a la inversa, el gobierno en Cataluña no lo permitiría.
P.- ¿Está a favor de la aplicación del artículo 155?
R.- La Constitución y nuestro ordenamiento jurídico tienen muchos instrumentos que se pueden aplicar y no veo que hubiera que llevarse las manos a la cabeza si se aplica lo que la Constitución dice.
P.- ¿Cuándo vio la muerte tan cerca se imaginaba algún día que iba a ser presidenta de la Comunidad de Madrid?
R.- Ni antes ni tampoco después, sinceramente. No, pero es verdad que desde ese momento la vida la veo de una manera distinta. Relativizando prácticamente todo y dándole importancia a las cosas importantes de la vida que son pocas y disfrutando de las cosas en el día sin pensar en lo que está por venir.