El Comisionado de Memoria Histórica de Carmena quiere llamar Arco de la Memoria al Arco de la Victoria
El Comisionado de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid propondrá al Pleno municipal un catálogo de 15 «lugares de memoria» con placas o monumentos conmemorativos por sus «peculiaridades físicas y simbólicas» y en el que se aboga por renombrar el actual Arco de la Victoria de Madrid (en Moncloa) como Arco de la Memoria.
Entre las propuestas de «lugares de memoria» figuran también las cárceles de Carabanchel, Ventas, Torrijos, Porlier, Modelo y Yeserías, entre los edificios señalados y se recomienda al Ayuntamiento que negocie con la Comunidad de Madrid la posibilidad de «habilitar» la visita a los calabozos de la antigua Dirección General de Seguridad durante el Franquismo, actual sede de la Presidencia regional, «con carácter pedagógico».
En el caso del Arco de la Victoria, el Comisionado propone que se acuerde con el titular del terreno (el Consorcio Regional de Transportes de Madrid) la resignificación del monumento mediante un cambio de nombre y que pase a designarse Arco de la Memoria. También propone un estudio y modificación o explicación de la leyenda y de los signos externos, y una intervención en el área externa al monumento que permita el acceso peatonal cómodo al mismo y su inserción en la estructura urbana.
Además, sugiere que el espacio interior del arco sirva para ubicar en su parte disponible una exposición permanente «sobre la batalla de Madrid, el Madrid de la guerra o cualquier otro asunto relacionado con el objeto por el que fue erigido el arco».
El Comisionado anuncia en su informe que, dada la especial significación de este monumento, su propuesta sobre el mismo y su entorno será objeto de un informe independiente, explica el Consistorio en un comunicado.
En cuanto a la Real Casa de Correos, que acoge la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, el informe del Comisionado recalca que en sus sótanos, cuando era la Dirección General de Seguridad (DGS), se «detenía y con frecuencia torturaba a miembros de la oposición», convirtiéndose en un «símbolo emblemático de la represión del régimen franquista y la resistencia contra el mismo».
De la cárcel de Carabanchel, expone que muchos personajes relevantes pasaron por este centro penitenciario que cerró sus puertas en 1998 y propone la colocación de algún elemento «suficientemente visible» que permita dar a conocer la «existencia en aquel lugar del centro penitenciario, su historia, algunos testimonios de los que allí sufrieron condena y movimientos populares surgidos en torno al penal».
Respecto a la cárcel de Ventas, en la calle del Marqués de Mondéjar y muy cerca de la plaza de toros de las Ventas, el informe que se remitirá al Pleno expone que pasó de ser una cárcel de hombres a ser de mujeres y, con el Franquismo, se multiplicó por tres la capacidad de presas del recinto, que eran, «fundamentalmente, políticas acusadas de colaborar con la República y conspirar contra el régimen».
En este caso se propone colocar algún signo visible del emplazamiento donde estuvo esta cárcel y permitir que sea un lugar de recuerdo, para recordar que hay un proyecto de intervención memorialística promovido por distintas asociaciones del barrio y que cuenta con el apoyo de la Junta de Distrito.
De la cárcel de Torrijos se detalla que, a pesar de su corta duración como cárcel, que abarca los años 1939 y 1940, allí fueron recluidos diversos personajes relevantes, como el poeta Miguel Hernández. Al tratarse de un edificio «privado, urbano y céntrico», el Comisionado propone «únicamente la colocación de una placa explicativa del significado del lugar». También se plantea una placa explicativa en los edificios que albergaban las cárceles de Porlier, Modelo y Yeserías.
El documento recomienda también la colocación de una placa explicativa en el edificio (IES Santa Teresa de Jesús) que acogió la ‘Checa de Bellas Artes-Fomento’. Las checas eran centros de detención de personas sospechosas de simpatizar con los ‘sublevados’ que, en su mayoría, surgieron de manera «incontrolada en el Madrid de comienzos de la Guerra Civil» (con un número que oscila entre las 200 y las 350).
Las 13 rosas y brigadistas
También se propone como lugar de memoria el actual cementerio de La Almudena, que fue escenario de «uno de los mayores dramas de la posguerra» durante los primeros años de la dictadura franquista, en los que se produjo una «durísima represión». «Se calcula que, entre los años 1939 y 1945, más de 2.600 personas fueron fusiladas en sus tapias, entre ellas las mujeres conocidas como Las Trece Rosas», expone el documento.
Así, se propone como recomiendan varias asociaciones la intervención escultórica en la parte izquierda de la entrada principal del cementerio; lápida o muro memorial recordatorio de las víctimas en la parte próxima a los restos de la tapia original del cementerio; aprovechamiento del pequeño edificio que hay junto a la entrada para convertirlo en centro documental o de interpretación del lugar y acondicionamiento de las placas existentes y del entorno más próximo.
En el caso del conocido como Cementerio de Fuencarral, el informe expone que fueron enterrados muchos combatientes republicanos y, entre ellos, muchos brigadistas internacionales. Al término de la guerra, el bando nacional desenterró los cuerpos «arrojándolos fuera del cementerio, a un basurero o fosa común».
El Comisionado expone que, con la democracia, se instalaron en la zona varios memoriales a los brigadistas internacionales soviéticos, croatas, judíos, franceses, entre otros, mediante placas. También hay un monumento memorial a los luchadores españoles contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Al respecto, el Comisionado propone adecentar el lugar, colocar el símbolo externo que identifique los lugares de memoria de Madrid y la posibilidad de habilitar espacio en el muro donde se hallan colocadas las placas por parte de las distintas embajadas de los países que han recordado a sus nacionales miembros de las Brigadas Internacionales.
Colegiata y búnker del Capricho
También se alude a la ‘Colina de los Chopos’, nombre que dio el poeta Juan Ramón Jiménez al conjunto de edificios que formaban la Junta para Ampliación de Estudios, el Instituto Escuela y la Residencia de Estudiantes, entre otros, que se transformarían durante la dictadura en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Ramiro de Maeztu. Ahora, se propone la colocación de una placa en el Instituto Ramiro de Maeztu y en algún otro edificio de aquel conjunto.
En la Colegiata de San Isidro, que sufrió un incendio intencionado que destruyó numerosas obras de arte, se propone colocar una placa, y en el búnker del Capricho, del que destaca su buen estado de conservación, se propone colocar una placa o un logo que lo identifique como lugar de memoria.
Para el Congreso de los Diputados, el Comisionado plantea al Ayuntamiento que traslade a la Cámara baja la sugerencia de que, en honor a los diputados asesinados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, se deje constancia de «ese atentado a la soberanía nacional y a la voluntad de concordia que debe presidir nuestra convivencia».