Los CDR acosan a constitucionalistas en los actos del 17-A en Barcelona
Los autodenominados Comitès de Defensa de la República (CDR), han protagonizado varios incidentes en las inmediaciones de la Plaza de Cataluña. Tras una ‘marcha silenciosa’ que iniciaban a las 10.00 horas al final de La Rambla, han llegado al filo del mediodía a la zona donde se ha celebrado el principal acto en memoria de las víctimas del 17-A y han intentado expulsar a los constitucionalistas que allí se encontraban. Unos minutos de tensión en los que los violentos han proferido insultos y amenazas y ante la pasividad de los Mossos d´Esquadra.
Efectivos de las Unidades Antidisturbios de la policía autonómica catalana (BRIMO) se han visto obligados a establecer un cordón policial para evitar el enfrentamiento físico. Una actuación sin intervención policial pese a la agresividad de los miembros de los CDR, que no han parado de vociferar e increpar con gritos de «fascistas»a los allí presentes, que portaban en algunos casos banderas de España. Algunos ciudadanos ha hecho frente a las provocaciones, y han estado a punto de llegar a las manos entre empujones, como se puede ver en el vídeo.
Poco antes los separatistas, que habían protestado desde primera hora gritando consignas y repartiendo octavillas por las Ramblas contra la presencia del Rey Felipe VI en Barcelona se habían enfrentado a varios ciudadanos que les han recibido haciendo sonar el himno español a todo volumen. Los radicales incluso se encaraban con un periodista de OKDIARIO tratando de impedir que realizara su labor.
Torra deseó «suerte» a los CDR
Los separatistas se concentraban en la plaza Portal de la Pau (al final de la Rambla), justo media hora antes que la hora prevista para el acto oficial organizado por el Ayuntamiento. Hay que recordar que el propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, deseaba a los miembros de estas células de agitación callejera en la víspera de su protesta “toda la suerte” a los “amigos y compañeros” del CDR en su protesta contra el Rey y defendió que “la gente se expresa libremente”.
Nada extraño si tenemos en cuenta la radicalidad del sucesor del golpista Carles Puigdemont al frente de la Generalitat, dos de cuyos hijos son activistas de estos grupos con los que el separatismo impone su control en las calles de Cataluña desde hace un año.