Las cesiones de Sánchez tensan el Gobierno: Borrell no contiene ya su enfado
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no esconde ya su enfado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por lo que consideran son cesiones humillantes para el Gobierno de España.
La política de humillación del Ejecutivo español ante las peticiones de los golpistas catalanes no sólo irrita fuera del Gobierno. También dentro. Y una figura como Josep Borrell no oculta ya su frustración con la política trazada con respecto al separatismo catalán. Las críticas a la política territorial de Sánchez son ya airadas en su círculo más cercano e, incluso, en las reuniones del Consejo de Ministros. Unas críticas que se suman a un clima de tensión creciente entre los barones socialistas, conscientes de que esta sumisión a los pactos con los golpistas catalanes es lo que ha hecho perder su feudo a Susana Díaz en las recientes elecciones andaluzas.
El ministro de Exteriores ha lanzado ya sus críticas en recientes Consejos de Ministros. Lo hizo en referencia a la pasividad del Gobierno al permitir el nuevo desarrollo de embajadas catalanas en el exterior. Y lo ha vuelto a hacer en los últimos días para recordar que las cesiones están alimentando a una bestia que nunca se saciará.
Sus críticas no son aisladas. Y han calado y conectado con un clima creciente en el seno socialista. Así, el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha advertido ya al Ejecutivo de Pedro Sánchez, de que no va a admitir “transacciones” con el separatismo, al que hay que combatir por la vía política, judicial y cultural.
Lambán ha respondido de esta forma en el Pleno de las Cortes de Aragón celebrado este viernes a varias preguntas sobre la situación en Cataluña planteadas por los grupos en el mismo día en el que Sánchez presidía en Barcelona la reunión de su Consejo de Ministros.
El aragonés ha sido uno de los barones más críticos con el acercamiento de Sánchez a los planteamientos de los independentistas. Pero no es el único, desde Castilla-La Mancha Emiliano García Page también ha mostrado su preocupación por la deriva de su partido y los pactos por mantenerse en La Moncloa.
Tensión por las ‘embajadas’ catalanas
Y es que todos ellos miran por el retrovisor lo ocurrido en Andalucía en las recientes elecciones generales. Porque el mal resultado de Susana Díaz en Andalucía ha encendido todas las alarmas del socialismo que teme pagar en sus regiones el precio de mantenerse en La Moncloa Pedro Sánchez.
Uno de los encontronazos más recientes y duros a raíz de esta cuestión fue el que tuvo el propio Borrell hace ya más de un mes en el Consejo de Ministros en el que se debatió el plan de avance de las embajadas catalanas. Allí el ministro de Exteriores advirtió personalmente a Sánchez de la reactivación del golpe independentista, y dejo claro que no comparte la visión ‘buenista’ de otros miembros del Ejecutivo, como Meritxell Batet, que sigue empeñada en un diálogo imposible con Quim Torra y ERC.
“Las seis embajadas que abrieron lo hicieron sin pedir informes preceptivos, y están pendientes de que el Juez actúe”, explican fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores a OKDIARIO. “De momento hemos presentado un recurso, pero aquí la Justicia va a paso de ‘caracol’”, continúan.
“Las otras embajadas que han abierto sí que pidieron el informe previo, pero como la Ley dice que es preceptivo pero no vinculante, nada les obliga a hacer caso“, continúa un alto cargo del Ejecutivo, que cree que “la Ley está mal hecha o no está pensada para una situación de desobediencia sistemática”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, de este modo, alertó a Sánchez de que mantendrá bajo vigilancia las delegaciones de la Generalitat de Cataluña en el exterior, reabiertas tras levantarse la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y todo ello, pese a que Presidencia dio la razón a Batet en sus ansias negociadoras.
La postura de Borrell se ha mantenido incluso sabiendo que es el propio Pedro Sánchez el principal interesado en realizar cesiones ante los separatistas que alarguen la llegada de la nueva fase de explosión del golpe separatista que busca Quim Torra. Y se ha mantenido también después de que el Gobierno aceptase el desarrollo de nuevas embajadas en base, según Sánchez, a que Ley de la Acción y del Servicio Exterior de 2014 obligaba a aceptar la reapertura.