Calvo fue clave en la elección del 28-A para celebrar las elecciones generales
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, sigue ejerciendo una notable influencia en el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Fue ella quien defendió la opción de adelantar las elecciones generales al 28 de abril como la mejor para el Gobierno y el partido y Sánchez la escuchó, confirman a Europa Press distintas fuentes socialistas.
Sánchez tomó la decisión de adelantar los comicios con su círculo más estrecho de colaboradores en la tradicional reunión semanal de maitines, que esta semana se celebró el lunes. Su jefe de gabinete, Iván Redondo, que también ejerce gran influencia sobre Sánchez, era partidario de celebrar las generales cuanto antes si, como se preveía, el proyecto de Presupuestos era tumbado el miércoles en el Congreso y planteó el 14 de abril, Domingo de Ramos.
Esa fecha, que se filtró a la prensa ese mismo lunes, fue rápidamente descartada por la cúpula del PSOE, precisamente porque coincide con el inicio de las vacaciones de Semana Santa para muchos españoles.
La posibilidad de hacer coincidir las generales con las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo estaba descartada desde hace tiempo, según confirman a Europa Press fuentes de la dirección socialista, que reconocen que el ‘súperdomingo’ electoral causaba pavor entre los presidentes autonómicos y alcaldes socialistas, que tendrían poco margen para reivindicar su gestión en una campaña en la que inevitablemente la política nacional y Cataluña lo contaminaría todo.
La opción del 28 de abril fue así ganando enteros en el núcleo duro del Gobierno y del PSOE y el miércoles, cuando efectivamente la oposición tumbó los Presupuestos, Sánchez ya había tomado una decisión, que coincidía con la apuesta que Calvo hizo en la reunión de maitines a la que también asistieron el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos; la portavoz parlamentaria y ‘número dos’ del partido, Adriana Lastra, y el secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán.
A las órdenes de Sánchez
Aunque en el seno del propio Gobierno hay quienes cuestionan la gestión que Calvo ha hecho del diálogo con los independentistas, con la aceptación de la figura del relator como punto álgido, la vicepresidenta ha aplicado la política que Sánchez quería que se hiciese y ha mantenido puntualmente informado al jefe del Ejecutivo de todos sus pasos.
Que Sánchez haya vuelto a confiar en su criterio a la hora de decidir la fecha de las elecciones demuestra que los dos se siguen entendiendo y que Calvo sigue siendo un peso pesado del Ejecutivo, a pesar de su exposición con la cuestión de Cataluña.
La fecha del 28 de abril suscita en cambio dudas y división tanto en el seno del propio Ejecutivo como en el PSOE. De hecho, hay miembros del Gobierno y del partido que preferían convocar a la vuelta del verano.
Ventajas e inconvenientes
La ventaja que presenta convocar ya, según coinciden en señalar fuentes del Gobierno y del PSOE, tiene que ver con aprovechar la foto de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) en la manifestación del domingo pasado en Colón, que incomoda al partido ‘naranja’ y que los socialistas perciben como un error de Ciudadanos que les pasará factura porque les aleja del centro, espacio que dejan libre para que el PSOE lo ocupe.
También invita a convocar ya la imagen que se ha producido esta semana en el Congreso de PP y Ciudadanos votando lo mismo que los partidos independentistas para tumbar los Presupuestos que el Gobierno ha vendido como los más sociales de la historia. Sin embargo, hay ministros dentro del Gobierno que opinan que esas instantáneas no van a favorecer al PSOE sino a Vox.
Estas fuentes creen además que, efectivamente, el voto de castigo se lo podría llevar Pedro Sánchez. Argumentan en este sentido que no es bueno convocar desde una posición de perdedor tras haber sido incapaz de tramitar los Presupuestos.
En cambio, hay quienes opinan que el momento actual también puede resultar propicio para el PSOE porque, con el recuerdo fresco de la ruptura de las negociaciones con los independentistas para aprobar el Presupuesto, resulta más fácil demostrar y explicarle a la ciudadanía que Sánchez no tuvo nunca pactos ocultos con los soberanistas.
Otro argumento en contra de convocar las generales antes del verano que se repite en algunos sectores del Gobierno y del PSOE es la inconveniencia de convocar elecciones con un juicio como el del ‘procés’ en marcha, en el que se está discutiendo sobre la esencia de lo que es España.
Tener al país con un Gobierno en funciones durante el desarrollo del juicio e incluso para cuando llegue la sentencia no es el escenario más conveniente tras la experiencia vivida con el independentismo catalán, apuntan otras fuentes.