Calvo fue ideóloga de la «plurinacionalidad» de Sánchez y Batet y Borrell sus impulsores
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y los ministros de Exteriores, Josep Borrell y Administración Territorial, Meritxell Batet, fueron los grandes impulsores de la propuesta de ‘plurinacionalidad’ de Pedro Sánchez, que quedó aprobada en el Congreso Federal de junio del año pasado.
En concreto, la comisión que abordó la parte política de la ponencia del reelegido secretario general, Pedro Sánchez, estaba integrada por Borrell y Calvo, además de la presidenta del partido, Cristina Narbona. En la misma, se validó el texto propuesto por Sánchez, en el que se instaba a «perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado en el artículo 2 de la Constitución».
La redacción contó con una enmienda en contra, procedente precisamente de la federación asturiana de Javier Fernández, presidente de la gestora, que quedó desestimada. Batet, que ejerció también como una de las grandes defensoras de esa propuesta en el cónclave, consideró que ese reconocimiento era «un paso en la buena dirección» para «resolver» el problema catalán.
Calvo, la pionera
Pero quien sin duda tiene un papel protagonista en el origen de este concepto es la ahora vicepresidenta del Gobierno.
Ya en 2013, Calvo integró el grupo de trabajo que elaboró el documento de la Fundación Alfonso Perales, «Por una Reforma Federal del Estado Autonómico», coordinado por Gregorio Cámara, a quien Sánchez encargó dirigir la propuesta de reforma constitucional.
En el texto, que serviría después como base para la ‘Declaración de Granada’ de los socialista, se habla por primera vez del reconocimiento de una «España plurinacional» y se cuestiona la existencia misma de la Nación.
Así, los autores plantean que «o en España vamos a un Estado federal o será muy difícil que sigamos hablando de Estado español como lo hemos conocido hasta ahora».
«O en España vamos a un Estado federal o será muy difícil que sigamos hablando de Estado español como lo hemos conocido hasta ahora»
«Es más: o ese Estado federal se conforma como Estado plurinacional o se nos presentarán dificultades prácticamente insalvables para el nuevo pacto que ha de permitir en el futuro la integración en el Estado español de lo que hasta ahora han sido todos sus territorios», añaden.
En el texto se defiende que «la misma complejidad de la sociedad actual prepara el terreno para pensar la realidad de un Estado que albergue en su seno naciones distintas, lo cual ha de ser, además, la traducción jurídico-política de la realidad de una España plural de la que decimos que es una “nación de naciones”. La pluralidad nacional, reconocida como tal, ha de ser la malla sobre la que se rediseñe el armazón institucional de un Estado asentado sobre un pacto ciudadano con voluntad de perdurar desde lo que supone la lealtad constitucional que todo federalismo implica».
«Tampoco se justifica como principio de obligado cumplimiento el que a cada nación por fuerza haya de corresponderle un Estado. Por las vías de un federalismo pluralista, capaz de reconocer las identidades nacionales como hecho político que reclama un bien diseñado ejercicio de soberanía compartida a diversos niveles, las aspiraciones nacionales que hoy desbordan el marco jurídicopolítico de determinadas comunidades autónomas pueden encontrar, y estamos seguros de que así será, un acomodo suficiente para ver realizados sus objetivos de autogobierno y sus pretensiones en cuanto a despliegue de las legítimas diferencias configuradoras de su específica realidad nacional», se puede leer en uno de sus párrafos.
La propuesta insta a reconocer los «derechos históricos» de ciertas comunidades, aunque, aclaran, eso «no tiene por qué suponer, no deben suponer, diferencias en lo que a los derechos de los ciudadanos y ciudadanas se refiere».