El gran éxito de Sánchez le permitirá elegir a sus socios: Iglesias y los nacionalistas o Rivera

Más de 11 millones de españoles han votado a PP, Ciudadanos y Vox. Algunos más que los que han votado al PSOE y Podemos. Sin embargo, la fragmentación ha impedido que esta superioridad se traduzca en escaños en el Congreso de los Diputados. El centroderecha se tiene que conformar con 147 diputados frente a los 165 que suman Sánchez e Iglesias.

SÁNCHEZ TRIUNFA. Con una de las participaciones más altas de la historia de España, Pedro Sánchez ha conseguido un triunfo inapelable. Después de dos derrotas consecutivas ante Rajoy, donde había situado al PSOE ante sus dos peores resultados históricos (90 diputados en 2015 y 85 en 2016), el líder socialista renace. Y con él un PSOE (123 escaños) al que muchos habían aventurado hace unos años el negro futuro del Pasok griego.

El triunfo de Sánchez está cargado de simbolismo. Su primera victoria, la primera del PSOE desde 2008, con José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE vuelve a ser la primera fuerza política y recupera el liderazgo en plazas tan importantes como la de Madrid, a un mes de las elecciones municipales y autonómicas.

Los 123 escaños del PSOE permiten a Sánchez construir la gobernabilidad bien mirando a la derecha (sumaría una holgada mayoría absoluta con los 57 diputados de Ciudadanos) o hacerlo con la izquierda de Podemos y el apoyo de regionalistas, nacionalistas o independentistas. Sánchez seguirá en La Moncloa. Ahora, con la legitimidad incuestionable de las urnas.

EL PP SE HUNDE. Si Sánchez y el PSOE son los triunfadores de la noche, Pablo Casado y el PP son los grandes derrotados. El joven líder del PP tenía una difícil papeleta. Era la primera vez en la historia que el PP competía con una fuerza política de relieve a su derecha, de ahí que los 137 escaños heredados de Rajoy se antojaran una cima infranqueable.

Sin embargo, los 66 escaños alcanzados son una cifra raquítica: menos de la mitad de la que tenía Rajoy cuando fue derribado por la moción de censura. El PP ha perdido más escaños (71) de los que ha conservado, apenas ha aventajado en nueve diputados a Ciudadanos, ha perdido bastiones históricos como Madrid (donde incluso ha sido superado por Ciudadanos), no tendrá representación alguna en el País Vasco, y en Cataluña, donde tenía seis diputados, sólo disfrutará del escaño de Cayetana Álvarez de Toledo.

Un dato: el PP sólo salva los muebles en la Galicia que gobierna Alberto Núñez Feijóo, donde saca nueve escaños frente a dos de Ciudadanos. O lo que es lo mismo: de los nueve diputados que el PP ha sacado de ventaja a los de Rivera, siete han sido en la región del barón gallego.

El PP ha perdido más escaños de los que ha conservado, apenas ha aventajado en un 0,8% a Ciudadanos y ha perdido bastiones históricos como Madrid

RIVERA AVANZA. En la batalla por el liderazgo del centroderecha, Albert Rivera ha sido el gran triunfador. Ciudadanos alcanzó 32 diputados en 2016 y esta noche se ha quedado a solo nueve del PP. La formación naranja ha tomado una fuerza que permitirá a Rivera el abordaje definitivo al PP para hacerse con la hegemonía del centroderecha.

Ciudadanos ha quedado a menos del 0,8% del PP y ha superado a los de Casado en Baleares, Aragón, Madrid y Andalucía. El ‘sorpasso’ no se ha producido, pero se antoja inminente si el PP no reacciona.

DERROTA DE IGLESIAS. Podemos es el otro perdedor del 28-A. Su explosiva irrupción en 2015 se ha diluido en las urnas menos de cuatro años después, donde ha pasado de 71 diputados a 42. Es la factura que el líder de ‘la gente’, Pablo Iglesias, ha pagado por pasar de vivir en un pisito de Vallecas a emprender un proyecto de vida en el casoplón de una selecta urbanización de la sierra madrileña.

Los morados han sido triturados por la estrategia monclovita de movilizar el voto útil de la izquierda hacia el PSOE. Hace cuatro años, Iglesias se jactaba de que «nuestro objetivo vital este año es sobrepasar al PSOE, una condición esencial para el cambio político en España».

Ahora, los de Iglesias sólo pueden aspirar a ser socios del PSOE si Sánchez no opta por Ciudadanos para cimentar su nuevo Gobierno.

Tras el 28-A, el liderazgo incuestionable de Iglesias se tambalea y quizá llegue el momento de su pareja, Irene Montero.

AGRIDULCE VOX. Los de Santiago Abascal irrumpen en el Congreso de los Diputados por primera vez, después de hacerlo con éxito en Andalucía hace cinco meses. Sin embargo, lo hacen con un sabor agridulce. Los 24 disputados verdes que se estrenarán en la Carrera de San Jerónimo se antojan muchos menos de las expectativas que los de Abascal habían generado con sus mítines apoteósicos.

La voz de Vox se escuchará en el Congreso, pero no determinará las políticas del próximo gobierno.

CRECE EL SEPARATISMO. El separatismo multiplica su fuerza en el Congreso de los Diputados. ERC, PDeCAT, PNV y Bildu han pasado de 24 a 32 diputados. Especialmente significativo es el caso de los proetarras, que de dos escaños han pasado a cinco, a sólo uno del PNV