Borrell aclara que su nuevo cargo en la UE no va a ser un empujón más contra el independentismo
El próximo jefe de la diplomacia europea Josep Borrell ha querido aclarar en una entrevista que su próximo cargo en la Unión Europea no va a darle más fuerza para combatir el independentismo catalán. Así ha explicado que «el representante de la UE para política exterior y de defensa no se ocupa de los problemas internos de los estados».
Así mismo, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones ha asegurado que no le gusta «nada ser el demonio de nada» pero que cuando hay que actuar conforme a la ley «hay que hacerlo».
Borrell ha recordado que su nombramiento debe ser validado por el Parlamento Europeo y se ha mostrado prudente hasta que se confirme la propuesta aunque ha valorado con positivismo la posibilidad que se la ha abierto de ocupar «uno de los cargos más representativos y visibles de la UE», que tendrá el reto de conseguir una Europa más integrada.
Para Borrell las cuestiones pendientes a llevar a cabo serían la reforma de procedimientos de asilo, construir una política común de inmigración y conseguir que no desaparezca un acuerdo nuclear con Irán: «El mundo que viene es un mundo en que Europa tiene que existir más, tiene que tener más fuerza y, para ello, tiene que estar más unida».
«La política exterior refleja la visión del mundo que se tiene y cada país tiene la suya. La tarea ahora es aproximar estas visiones para actuar con objetivos conjuntos», ha manifestado.
Sánchez insatisfecho
Josep Borrell considera que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez «naturalmente no debía de estar muy satisfecho» por el resultado de la Cumbre europea, ya que el reparto de cargos por el que él había trabajado se rompió y no pudo «ver la realidad».
Sánchez apostó porque fuese el socialdemócrata holandés Frans Timmermans el presidente de la Comisión Europea pero finalmente el puesto fue a parar a la ‘popular’ alemana Ursula von der Leyen.
«Yo creo que el presidente del Gobierno, que actuaba no como presidente del Gobierno de España, sino como negociador de toda la familia socialdemócrata y había puesto todo su empeño, toda su energía, y lo había conseguido en su acuerdo con los principales líderes europeos, naturalmente no debía de estar muy satisfecho porque ese acuerdo se rompiera», ha dicho.