Así es el palacio de Juan Carlos en el que descansa Sánchez mientras permite los ataques a la Monarquía
La Mareta, el palacio ‘real’ de Lanzarote donde pasa ya las vacaciones Pedro Sánchez y su familia, es un complejo de más de 30.000 metros cuadrados, que, como todo en Lanzarote, no escapa al influjo del gran artista local e internacional de la isla, César Manrique, que la diseñó y la decoró. Regalo de Hussein de Jordania al Rey Juan Carlos, ahora acoge a un presidente que consiente los ataques a la Corona.
Con acceso directo al mar, la finca la integran diez bungalows, de una y dos plantas de altura, el principal, con dos dormitorios, piscina y distintas terrazas. Además, cuenta con gimnasio, otras dos piscinas, pista de tenis, cancha de baloncesto y una amplia zona ajardinada de 10.000 metros cuadrados. El edificio reproduce la arquitectura tradicional de las islas Canarias, de estilo colonial, con paredes blancas y numerosos balcones.
Quienes la han visitado hablan de los espectaculares atardeceres que se pueden contemplar desde la terraza. El interior se encuentra decorado con tonalidades claras y las estancias cuentan con grandes ventanales que iluminan todo el palacete.
La Mareta tiene con una amplia zona de jardines, con un lago central. En uno de los bungalows que jalonan el jardín fue donde falleció la abuela del Rey Felipe María de las Mercedes. La casa fue utilizada durante varios años por la Familia Real tras recibirla como regalo del rey Hussein de Jordania, hasta que la entregó a Patrimonio nacional bajo el reinado de Don Felipe. Hoy, es sede del descanso estival de un presidente que consiente los ataques a la Monarquía, incluso los que vienen de sus socios de coalición.
Los jardines exteriores tienen arena volcánica y vegetación típica de la isla como el conocido ‘asiento de suegra’, los famosos cáctus y grandes palmeras.
Para el presente descanso estival del presidente, La Mareta ha sufrido más obras, en concreto, se ha levantado un muro para ocultar de la vista una de las piscinas y otras zonas de recreo para blindarla de miradas indiscretas
Patrimonio Nacional ha realizado una serie de adaptaciones técnicas en el vallado de la exclusiva finca de 30.900 metros cuadrados. Concretamente en la zona norte del perímetro, el más expuesto a las miradas indiscretas, ya que colinda con una vía de tránsito público. Desde la calle Los Volcanes es posible ver con claridad algunos de los equipamientos de la residencia, como el helipuerto o una zona donde se ubica una de las piscinas de la casa.
Es en ese punto donde recientemente se ha procedido a sustituir una malla semitranslúcida, que permitía ver a través de ella, por una serie de paneles opacos que impiden cualquier visión. Tras esa piscina se encuentran las pistas de tenis y baloncesto, deporte favorito del presidente socialista. El resto del perímetro de la finca está protegido por muros de piedra y abundante vegetación, por lo que es prácticamente impenetrable a curiosos.
Desde que es utilizada por mandatarios nacionales e internacionales ha sufrido reformas importantes, algunas no exentas de polémica.
Reforma de 270.000 euros
Durante su mandato, José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó este complejo en Lanzarote para pasar algunos días de sus vacaciones. Su estancia no estuvo exenta de polémica, ya que en 2005 trascendió por ejemplo que Patrimonio Nacional había gastado 271.697,99 euros para acondicionar la residencia. En concreto, y como admitió el propio Ejecutivo, se realizaron trabajos de pavimentos de paseos y zonas comunes, asfaltados, trabajos en piscina, zona deportiva, fuente y estanque central, arreglo de terrazas exteriores, reposición de baliza en el helipuerto, instalaciones de iluminación y refrigeración, canalización perimetral eléctrica y faroles exteriores.
Entre estas obras figuraba por ejemplo la «pintura de suelos y de marcación para la cancha de baloncesto y tenis» por 8.987 euros. Una zona deportiva de la que podrá disfrutar Sánchez que, como se sabe, presume de su amor por el baloncesto y que llegó a jugar como juvenil en el Estudiantes.
La Mareta fue un regalo del rey Hussein II de Jordania a Don Juan Carlos en 1989. En 2015, y por deseo expreso del Rey Felipe la Residencia Real se puso a disposición del Gobierno, pero con un fin: la promoción y la defensa de los intereses turísticos del país.
Así, según el acuerdo -suscrito entre Patrimonio Nacional y el ministerio de Industria, Energía y Turismo, entonces dirigido por José Manuel Soria– la finca se podría usar para el establecimiento o refuerzo de lazos bilaterales o multilaterales con otros países y organizaciones en materia turística. En definitiva, una forma de promocionar la ‘marca España’, mediante la celebración de actos relacionados con el turismo y la cultura.
En esta residencia se alojaron los cancilleres alemanes Helmut Kohl y Gerhard Schoreder, el expresidente de la URSS, Mijail Gorbachov y su esposa Raisa o el presidente checo Václav Havel. También, los presidentes del Gobierno José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.