Así es la guardería del Congreso de los Diputados que Bescansa no quiere utilizar

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Imagen de archivo de la entrada de una guardería. Foto: EFE
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Responsable de la mesa de coordinación. Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

El Congreso de los Diputados cuenta con un servicio de guardería desde octubre de 2006 al que diputados y empleados de la Cámara Baja pueden llevar a sus retoños de 0 a 3 años. El centro entró en funcionamiento en octubre de 2006 con la curiosidad de que de los 26 niños inscritos —la guardería puede acoger hasta 42— ninguno era hijo de diputado.

La idea de crear un centro de educación infantil surgió en diciembre de 2004 con el propósito de poder conciliar la vida laboral y familiar de diputados y trabajadores de la Cámara con hijos. El estudio del proyecto corrió a cargo de un grupo de trabajo compuesto por la vicepresidenta primera del Congreso, Carme Chacón (PSOE), y los secretarios María Jesús Sainz (PP) y Javier Barrero (PSOE).

La guardería, situada en la planta baja de uno de los nuevos edificios del Congreso, abre de 08.00 a 21.00 horas, aunque también permanece abierta cuando las sesiones plenarias concluyen más tarde con el fin de adaptarse al horario de los parlamentarios. Esta circunstancia prevé que los niños puedan cenar y dormir en la escuela hasta que los diputados y funcionarios concluyan su jornada en los días de más actividad.

El consejo de las cuidadoras es «no someter a los niños a horarios muy amplios y que no estén más de ocho horas», según explicó una de las responsables del centro. Los niños que más horas tengan que estar en la guardería verán complementada su formación con actividades lúdicas para hacer más llevadera su estancia.

El proyecto educativo del centro, no obstante, es igual para todos los niños. «No establecemos diferencias entre hijos de un ujier o de un ministro», precisa una de las formadoras.

Su superficie es de unos 350 metros cuadrados, en los que se incluye un patio exterior con columpios y arena para jugar. Cuenta con tres aulas, bautizadas con nombres de animales —»delfín» (niños de 0 a 1 años), «pelícano» (1-2 años) y «león» (2-3)—, una sala multiusos y una cocina, puesto que el centro sirve las comidas, supervisadas por un equipo de pediatras. Del total de plazas, ocho corresponden a bebés; catorce a niños de uno y dos años, y veinte a los de hasta tres años.

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