Trevor Ó Clochartaigh aconseja más huelgas generales

Un asesor irlandés propone a Puigdemont la táctica política del IRA: impulsar la «desobediencia civil»

desobediencia civil
El senador irlandés Trevor Ó Clochartaigh, el primero por la izquierda
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

»Habrá que tomar el camino de la desobediencia civil». Es el consejo al independentismo catalán de Trevor Ó Clochartaigh, senador irlandés de Sinn Féin, histórico brazo político del IRA, y uno de los dirigentes extranjeros que bajo la máscara de ‘observador internacional’ avaló el referéndum ilegal del 1-O.

El senador no se muerde la lengua. En una entrevista en la independentista VilaWeb, Ó Clochartaigh justifica por qué el independentismo debe emprender la senda de la desobediencia civil: «El estado español tiene una historia que demuestra que se quiere mantener intacto y que es capaz de hacer cualquier cosa para asegurarse. Aunque tenga una victoria contundente en las elecciones no la reconocerán. Desde Madrid querrán mantener el control directo. Utilizarán cualquier mecanismo para hacer caer del poder todos los favorables a la autodeterminación o la independencia».

De ahí que, en su opinión, al independentismo catalán no le quede otra alternativa. “Huelgas, huelgas generales, etc”, afirma para resistir frente a “un estado español que no cederá terreno fácilmente”. Propone, en definitiva, una ‘ulsterización’ de Cataluña.

El senador irlandés fue agasajado, junto a otros, en los días previos al 1-O por el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell, ambos imputados ahora por sendos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos.

No extraña, pues, su opinión cuando el periodista le pregunta por el caso de “medio gobierno en prisión en pleno 2017 en el corazón de Europa”: “No estoy muy sorprendido, no. Supongo que tiene que ver nuestra historia con el estado británico y saber cómo se comportó. Nosotros, como partido, históricamente hemos tenido contactos con los vascos, y hemos visto cómo los trataban. Y qué dificultades tenían. Por eso digo que, sinceramente, no me ha sorprendido. Pero creo que la clave es que todo esto cuestiona la democracia en la UE. Por un lado, la UE defiende los derechos civiles y los derechos humanos, pero cuando las dudas se formulan en el marco europeo y dentro uno de los estados de la UE, entonces la actitud no es la misma”.

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