Aragonés pide cerrar toda España tras alentar infectódromos multitudinarios contra el niño de Canet
El presidente de Cataluña, Pere Aragonés, va a requerir al Gobierno este miércoles en la Conferencia de Presidentes autonómicos que se extienda a toda España el paquete de restricciones y cierres que él ha aplicado a su región. Y lo hace apenas tres días después de alentar y participar en una manifestación en Barcelona con 35.000 personas contra el niño de Canet. El Govern conocía el sábado la situación sanitaria extrema en la que está inmersa Cataluña, con las UCI al 30% y doblando la media nacional.
Sábado 18 de diciembre, Barcelona. Unas 35.000 personas se echan a las calles para reclamar una «escuela en catalán», en plena polémica por la obligación impuesta por un juez a una escuela de Canet para que se dé un 25% de horas lectivas en español a un niño. En primera fila, la plana mayor del Govern con el presidente Pere Aragonés a la cabeza. Cataluña ya se encontraba en riesgo extremo de contagio ese día, y sus UCI rozaban el 30%. El lunes 20 de diciembre, sólo 48 horas después de esa concentración callejera masiva, el Ejecutivo catalán anuncia la vuelta de algunas de las restricciones más duras ante el ascenso imparable de los contagios. Aragonés no compareció para anunciar el toque de queda, el cierre del ocio nocturno, la limitación al 50% de la hostelería o las cenas de Navidad reducidas.
Pero Aragonés busca no ser señalado estas navidades como el territorio más afectado por la pandemia y quiere extender las restricciones a toda España. En una comparecencia este martes, Aragonés ha afirmado que la lucha contra la pandemia no es solo competencia de la Generalitat y que el Gobierno debe implicarse: «Es necesario que los otros territorios adopten medidas». La exigencia se planteará este miércoles ante la Conferencia de Presidentes.
Manifestación en Barcelona
Esa exigencia de volver a cerrar toda España llega 72 horas después de que el Govern alentase esa demostración de fuerza callejera del separatismo en la que el mismo Aragonés participó. «Estamos ante una ofensiva del nacionalismo español que quiere utilizar el futuro de los alumnos para arañar votos fuera de Cataluña», advirtió este sábado Aragonés en referencia a esa sentencia del TSJC que obliga a un colegio a impartir una de cada cuatro horas en español a un niño de Canet de Mar cuya familia solicitó el cumplimiento de la ley. Una afrenta que el Govern se ha tomado como algo personal. También encabezó la marcha la presidenta del Parlament, Laura Borrás, y el indultado Oriol Junqueras. La Generalitat emitió incluso un comunicado sobre la manifestación y sus reivindicaciones.
El #president @perearagones defensa el model lingüístic català, que té el consens polític i de la comunitat educativa
?: «Som davant d’una ofensiva del nacionalisme espanyol que vol utilitzar el futur dels alumnes per esgarrapar vots fora de Catalunya”https://t.co/ALk7OzfGWL
— Govern. Generalitat (@govern) December 18, 2021
Con el Covid desbocado
Ese día, tal y como muestran las estadísticas oficiales del Departamento de Salud de la Generalitat, Barcelona mostraba unas cifras de contagios desorbitadas. El riesgo de rebrote, un indicador que emplean los epidemiólogos catalanes para advertir de la situación que se avecina, se encontraba en nivel alto con más de 1.300 puntos (semáforo rojo). La positividad de los test PCR realizados en la ciudad el sábado mostraba una positividad superior al 11%. El viernes, víspera de la manifestación, era del 12%. La OMS considera que a partir de un 5%, la pandemia circula sin control.
Tampoco evaluó el Gobierno catalán la posibilidad de modificar o no participar de la manifestación en base a las cifras de presión hospitalaria que mostraba la región actualmente. Con 584 casos por cada 100.000 habitantes (incidencia correspondiente a riesgo extremo), la comunidad tiene los peores datos de ocupación de las UCI de toda España. El 29,96% de las plazas de cuidados intensivos están cubiertas por enfermos del covid, siendo la media nacional del 15,4%. La mitad prácticamente.
Los datos que obraban en poder de la Generalitat el sábado no eran muy diferentes a los que mostraban el lunes. Sólo 48 horas después de la manifestación, Pere Aragonés presidió la reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus. De ella salieron las restricciones que va a aplicar el Gobierno catalán y que suponen un torpedo, de nuevo, a la estabilidad económica de sectores como el ocio nocturno, la hostelería, los gimnasios o los espectáculos.
Duras medidas
Las nuevas medidas pasan por restringir a diez personas los encuentros sociales, el cierre del ocio nocturno en toda Cataluña y la limitación al 50% la capacidad de la restauración y al 70% en el caso de gimnasios y teatros. La voluntad es también aplicar un nuevo toque de queda, de 1 a 6 de la madrugada, que afectaría a toda la población.
Aragonés ha decidido así adelantarse a la reunión de la Conferencia de Presidentes que Pedro Sánchez ha convocado para este miércoles por la tarde.
El toque de queda que pretende aplicar la Generalitat va de 1:00 de la madrugada a 6:00 de la mañana. Tendrá que ser validado por el TSJC al no haber activo ningún estado de alarma. Con la medida, que supondrá también la salida a la calle de miles de agentes de la Policía para controlar el cumplimiento, se quiere evitar la movilidad nocturna.