La ANC amenaza con dar el salto a la política si ERC y Junts facilitan la investidura de Sánchez
La autodenominada Asamblea Nacional Catalana promovió que 570.000 votantes separatistas renegaran de ERC o Junts el 23J
Gran parte de los miembros del Consell per la República que votaron a favor de bloquear la investidura son de la ANC
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) amenaza con presentarse a las elecciones autonómicas si ERC y Junts acaban apoyando la investidura de Pedro Sánchez. Un movimiento que, de producirse, cambiaría el tablero político en Cataluña. La ANC, muy próxima al partido de Laura Borràs y Carles Puigdemont, pretende así recoger a quienes censuran que los dos principales partidos catalanes se impliquen en la gobernabilidad del Estado. Parte de ellos ya hicieron oír su voz en el referéndum del Consell per la República, en el que un 74,9% de los votos pidió a Puigdemont bloquear la investidura.
La principal organización civil del independentismo confía en que la votación del Consell per la República «mueva cosas» en el tablero político. De no hacerlo, explican, «las moveremos nosotros en Cataluña».
La ANC ha empezado a dar pasos en la dirección de estar presentes en el hemiciclo del Parlament en lugar de apoyar a los partidos separatistas. La entidad presidida por la ex juntera Dolors Feliu, que alardea de haber provocado la ruptura del Govern el año pasado dejando a Pere Aragonés en minoría -en una votación interna que la dirección de Junts pensaba ganar-, utilizó la manifestación de la Diada de este año para meter presión a ERC y a Junts. Con el objetivo de que se echen atrás en sus planes para investir a Sánchez «a cambio de la amnistía, del referéndum o lo que sea».
«Lo que ocurre en España ni nos importa ni nos debe importar», señalan desde la ANC respecto a la investidura, que a la vez advierten que «no tenemos que pedir permiso a nadie para decidir nuestro futuro».
Su capacidad de influencia, aunque ha ido disminuyendo en las distintas manifestaciones, sigue siendo alta entre los separatistas más radicalizados. Pues el medio millón de abstencionistas que hicieron perder siete escaños a ERC y uno a Junts en los comicios del 23 de julio, se quedaron en casa gracias al llamamiento de la ANC.
En el caso de que estas abstenciones se tradujeran en votos, teniendo en cuenta los resultados en Cataluña en 2021, una candidatura al margen de ERC y Junts superaría con creces a ambas formaciones políticas. E incluso podría disputar el primer puesto al PSC.
El temor a que eso ocurra, reconocen en ERC y en Junts, es evidente. En este segundo partido, el fundado por Carles Puigdemont, hay aún más miedo que en el de Oriol Junqueras. Pues en los últimos años JxCat ha alimentado políticamente la ANC y su enfrentamiento directo con ERC, a los que han llegado a llamar botiflers.
El 23J ERC se dejó algo más de 420.000 votos en el camino y Junts unos 130.000. Sumados son los mismos apoyos que la candidatura de Laura Borràs obtuvo en las elecciones al Parlament en 2021.
En el partido que dirige la ex presidenta del Parlament condenada por corrupción, el temor se centra en cómo vender su cambio de postura a la oposición frontal al Gobierno a lo largo de los últimos cuatro años, llamando «vendepatrias» a ERC por negociar con el PSOE, de la noche a la mañana.
Tras el acuerdo para la Mesa una parte importante de las élites mediáticas del independentismo ya equipararon a Junts con ERC. Algo que les molesta especialmente.