El abogado admite que «nunca hubo juntas de Aizoon porque la infanta confiaba en Urdangarin»
Este miércoles se da por cerrado el juicio del ‘caso Urdangarin’ que se ha seguido en palma en los último meses, con las conclusiones de los últimos letrados de la defensa. Pau Molins, abogado de la infanta Cristina, ha asegurado ante el tribunal que la hermana del Rey «se limitaba a rubricar sin pedir explicaciones» los documentos de la empresa Aizoon que compartía con su marido, Iñaki Urdangarin, que era «el único administrador de hecho y derecho» de la sociedad.
En su informe en la última jornada del juicio, Molins ha defendido la inocencia de la infanta, acusada por Manos Limpias como cooperadora en dos presuntos delitos fiscales de Urdangarin, y ha dicho que su marido ejercía el «dominio absoluto y exclusivo» sobre la compañía y doña Cristina estaba al margen de la gestión cotidiana.
Pau Molins, ha asegurado ante el tribunal del ‘caso Urdangarin’ que la hermana del Rey ha sido víctima durante «los últimos años» de «una masa de prejuicios». Al inicio de su informe final, el letrado de doña Cristina ha sostenido su inocencia y ha citado a Albert Einstein para afirmar: «Vivimos en una triste época en la que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio».
La infanta confiaba «por delegación» en su marido y «para nada participaba en su gestión», según el abogado, quien ha precisado que Aizoon fue creada para prestar servicios de consultoría y asesoramiento en gestión de empresas y para la compraventa de bienes inmuebles.
El abogado ha negado que Aizoon fuera una sociedad pantalla, como alega Manos Limpias, y ha recordado que en 2007 la empresa ingresó 30.576 euros por esa segunda actividad inmobiliaria y 27.330 euros en 2008, y ha recordado que la Agencia Tributaria ha considerado legítimos todos los gastos de la compañía que tuvieron relación con los arrendamientos.
«No es cierto que se constituyese exclusivamente para canalizar los ingresos de Urdangarin y que fuera una sociedad pantalla sin actividad real», ha recalcado. Molins ha admitido que nunca se celebraron formalmente juntas de socios y la infanta «se limitaba a rubricar sin pedir explicaciones» insistiendo en que Urdangarin era el único administrador de hecho y derecho, ejercía «dominio absoluto y exclusivo sobre la compañía» y la confianza en el matrimonio era plena.
El abogado de doña Cristina ha señalado que la hija del rey emérito no tuvo ninguna intervención en el cumplimiento de las obligaciones contables y fiscales de Aizoon, algo de lo que «se ocupaba en exclusiva su marido».
«Siempre ignoró qué concretos gastos eran atribuidos a Aizoon, de qué manera eran contabilizados o declarados fiscalmente y si dicho tratamiento fiscal era o no el correcto», ha dicho Molins.