Las 4 grandes mentiras de Puigdemont en una carta de apenas 22 líneas
La carta del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en respuesta al ultimátum del Gobierno de España para restaurar la legalidad en Cataluña es mucho más breve que la del pasado lunes. Apenas 22 líneas de respuesta envueltas otras vez en un relato victimista plagado de falsedades.
- Dice Puigdemont que «el pueblo de Cataluña, el día 1 de octubre, decidió en un referéndum» con un respaldo «mayor del que votó el Estatut d’Autonomia de Catalunya». Falso. El Estatut fue votado en un referéndum con garantías legales que no existieron el 1-O, donde ni siquiera la votación estuvo supervisada por una Sindicatura Electoral independiente. El Govern cambió las normas de la votación 45 minutos antes de la apertura de los colegios para habilitar el censo universal, algo que no estaba previsto siquiera por la propia ley del referéndum aprobada por el bloque independentista el 6 de septiembre. Todo esto permitió que muchas personas pudieran votar varias veces, incluso con DNI falso y sin estar censadas en Cataluña. En 75 municipios el ‘SÍ’ obtuvo más votos que el censo de la localidad.
- Dice Puigdemont que dejó en «suspenso los efectos» del «mandato popular» del 1-O en favor de la independencia «para propiciar el diálogo que de manera reiterada nos han hecho llegar, a usted y a mí, instituciones y dirigentes políticos y sociales de toda Europa y el resto del mundo». Falso. No hay un solo dirigente de la UE ni de ninguna nación democrática relevante que haya respaldado el diálogo fuera del marco de la Constitución, algo que intencionadamente obvia la carta del presidente catalán a Rajoy. Porque el diálogo que reivindica Puigdemont pretende como único objetivo el reconocimiento pactado de la independencia. Tanto Rajoy, como Sánchez y Rivera, insisten siempre que cualquier diálogo es posible siempre que la Generalitat vuelva a la legalidad.
- Dice Puigdemont que la «represión» del Estado «se ha incrementado y ha comportado la entrada a prisión del presidente de Òmnium Cultural y el presidente de la ANC, entidades de acreditada trayectoria cívica, pacífica y democrática». Falso. Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, presidentes de ambas entidades, no está en la cárcel por sus ideas, sino como presuntos culpables de un delito de sedición apreciado por una magistrada de la Audiencia Nacional. ¿Pacíficas?. Falso también. La juez argumenta en su auto de prisión que a través de las convocatorias de Òmnium y la ANC «se hacía un llamamiento, no a una concentración o manifestación pacífica, sino a la protección de sus gobernantes e instituciones, mediante movilizaciones ciudadanas masivas, frente a los lugares donde se estaban llevando a cabo actuaciones policiales». Como consecuencia de las concentraciones del 20 de septiembre, la secretaria del Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona tuvo que salir de la Consejería de Economía de la Generalitat por una azotea, mientras los más exaltados destrozaron tres todoterrenos de la Guardia Civil, causando daños valorados en 135.600 euros.
- Dice Puigdemont que la aplicación del 155 supondrá la «suspensión de la autonomía». Falso. El artículo en ningún momento habla suspensión, sino que habilita al Gobierno, previa autorización del Senado, para adoptar todas «las medidas necesarias para obligar» a la Comunidad rebelde «al cumplimiento forzoso» de sus obligaciones constitucionales y legales «para la protección del interés general».
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