VOX amenaza el voto «urbano, joven y moderado» de Podemos
La irrupción de VOX como partido con firmes aspiraciones electorales amenaza no solo a los feudos más conservadores
VOX se nutre de un electorado crítico con la actual clase política con independencia de su signo ideológico
La irrupción de VOX como partido con firmes aspiraciones electorales amenaza no solo a los feudos más conservadores sino a las bolsas de electorado que hasta ahora se decantaban por las formaciones de izquierda. Entre ellas, Podemos.
Según el análisis de la consultora electocracia.com, de cara a las próximas citas electorales, la formación de Santiago Abascal encontrará asiento entre el votante «joven, urbano, moderado y bien formado» del partido de Pablo Iglesias. Un 30% de los sufragios de VOX en las elecciones en Andalucía ya procedían de votantes ubicados en la izquierda ideológica.
La aparente contradicción con la etiqueta que se ha atribuido a este partido radica, según los analistas, en que se trata de una formación «transversal», que bebe el voto de un sector fuertemente crítico, y hasta cierto punto desideologizado. Votantes que coinciden en el rechazo al sistema establecido y en su cabreo contra la clase política dirigente, sea del signo político que sea.
Los sondeos confirman la entrada de VOX en un futuro Congreso, hasta el punto de que la formación podría ser ‘llave’ para la conformación de mayorías con PP y Ciudadanos.
VOX y Podemos compiten por un votante que rechaza el sistema establecido y expresa su cabreo contra la actual clase política
El partido tiene sus grandes expectativas electorales en las provincias y ciudades con mayor porcentaje de inmigración, uno de los puntos más identificables de su programa. Madrid, Valencia, Alicante, Barcelona, Murcia o Zaragoza son las ciudades con más opciones de cara a las próximas citas electorales.
Esto coincide, en su favor, con aquellas provincias que aportan un mayor número de escaños al arco parlamentario, lo que «asegura a la formación un importante puñado de diputados», constatan los sondeos de electocracia.com.
El freno a la inmigración es uno de los argumentos más destacados del partido de Abascal. Lo ratifica el éxito del partido en la provincia de Almería, una de la más afectada por la llegada de inmigrantes, y, en concreto, en El Ejido, localidad donde el partido logró su mejor resultado porcentual (30% del voto) en las pasadas autonómicas en Andalucía.
En su programa, VOX propone deportar a todos los inmigrantes ilegales a sus países de origen y también a aquellos que estén de forma legal en España, pero que hayan reincidido en la comisión de delitos leves o hayan cometido algún delito grave. Además, defiende que cualquier inmigrante que haya entrado ilegalmente en España estará «incapacitado de por vida a legalizar su situación y por lo tanto a recibir cualquier tipo de ayuda de la administración» y aboga por eliminar el acceso gratuito a la atención sanitaria a inmigrantes ilegales. También propone levantar un muro «infranqueable» en Ceuta y Melilla, cerrar las mezquitas fundamentalistas, la exclusión de la enseñanza del Islam de las escuelas públicas y la suspensión del espacio Schengen hasta la garantía de que no lo puedan utilizar “los criminales” para huir de la justicia, en lo que pone como ejemplo a los políticos catalanes huidos.
Podemos: mejor solos que con IU
Según la proyección, VOX continuará en estos meses su camino por la transversalidad. Por su parte, Podemos presenta actualmente una tendencia a la baja.
Los resultados de las elecciones andaluzas confirmaron que el partido -bajo la marca ‘Adelante Andalucía’- es incapaz de rentabilizar su alianza con otras formaciones, como Izquierda Unida. La candidatura de Teresa Rodríguez logró 17 diputados, tres menos que Podemos (15) e IU (5) por separado en 2015.
«Debe virar su estrategia, no les ha beneficiado la candidatura conjunta. Más allá de las políticas de izquierdas, su posición debe ser contener la llegada de VOX», confirman desde electocracia.com. Esto, analizan, «les podría dar recorrido en las zonas urbanas», donde se ha nutrido de un tipo de voto que ahora está perdiendo, precisamente, en favor del partido de Abascal, y también de Ciudadanos.